domingo 26  de  enero 2025
Colombia

"Empresarios" en las cárceles de Colombia

Dentro de los recintos todo tiene un precio, incluido el acceso a televisión por cable, las drogas y acceso a licores

¿Cuántos centros de reclusión hay en Colombia?¿Cuántos presos hay?¿Cuántos ingresan y salen por año?¿Cuál es la capacidad de reclusión?¿Cuánto gasta el INPEC en remisiones de internos a las audiencias y citas médicas?¿Cuántas cárceles cumplen las normas modernas de arquitectura penitenciaria?¿Cuánto cuesta construir una cárcel de 4.000 presos? ¿Cuántos muertos ha reportado el INPEC de personas bajos su custodia? ¿Podrán los presos producir comida para ellos, las fuerzas militares y Bienestar Familiar? ¿Qué función cumplen las colonias de presos? ¿Que será mejor el hacinamiento o el trabajo en el campo?

Hay 142 centros de reclusión de los cuales solo 10 cumplen las normas modernas de arquitectura penitenciaria. El hacinamiento alcanza un nivel del 54,5%, es decir, que para una capacidad de 75.726 cupos hay una población carcelaria de 113. 890 presos. Ingresan al año 47 mil y salen 37 mil. El INPEC gasta 150.000 millones de pesos colombianos en remisiones de internos a las audiencias y citas medicas, es decir, un 50% de lo que cuesta construir una cárcel para 4.000 presos. De acuerdo con el INPEC en los últimos cinco años se han reportado 500 muertos de personas que estaban bajo su custodia. Las estadísticas muestran que la cifra ha aumentado año tras año. En 2008 se reportaron 47 fallecimientos, 2009= 56; 2010=112; 2011=138; 2012=147 y este año van 140. Las causas han sido homicidio, suicidio, narcotráfico, hurto, delitos sexuales, muerte por enfermedad o muerte natural.

La situación carcelaria es de gravedad inusitada. La mayoría de guandocas son chiqueros, cocheras o pocilgas aptas más bien para calungos, perros sarnosos, chandosos que para humanos donde pulula el bareto, la perica, el basuco y todo tipo de alucinógenos. Miren este dato oficial. En 2010, la Personería de Medellín, en su informe sobre los derechos Humanos, reveló que el 70% de los internos de la cárcel de Bellavista se drogaba con marihuana, bazuco, o medicamentos alucinógenos (“roches”,”ruedas” y “pepas”).

Para simplificar: 4370 internos consumían como promedio tres dosis diarias de $1.000 cada una, es decir, en un año esa sola perlita sumaba la no despreciable suma de $4.785 millones. Si un presidiario se droga una vez al día con dosis de $2.000, al mes eso representa para su familia un gasto de $60.000 y de 720.000 pesos por año.

Eso es lo micro: para los “caciques” la diferencia entre una y tres dosis diarias equivale a tener u ingreso anual entre los $3.747 millones y $11.241 millones. Ocurre en las penitenciarías, sobre todo en las que la explosión de reclusos crea un mercado para que abunden las rentas ilegales, controladas por caciques que imponen su ley, garantizan un “orden social” y llenan sus bolsillos. ¿Que necesitan? Preguntan los “muchachos” al recién llegado, que previamente ha debido hacer alguna gestión con el “cacique” para asegurar que lo pongan en “un buen lugar”. “Hay patios buenos y malos”, anota un expresidiario de Bellavista. “El 2 es de élite”. Para llegar allí debe pagar entre 10 y 12 millones de pesos, para que le den un cambuche dentro de una celda, con televisión, parabólica y hasta licorera, si quiere”.

Una opción más módica es comprar un zarzo, dentro de la misma celda, con cama y televisor por 800.000 pesos: cada centímetro cuadrado se hace rendir al máximo. En los pasillo se arman cuadros de madera con plancha, en los que cabe una colchoneta: los llaman busetas y valen $1 millón 500.000 pesos. Los camarotes y cambuches llevan en Bellavista 30 años y forman parte de un orden social establecido. El numero de camarotes pasan de 3.200 que con un promedio de 200.000 pesos mensuales produciría la no despreciable suma de $640 millones al mes y mas de $7.600 millones por año. Eso no lo monopoliza una sola organización. Depende de quien controle los patios, un territorio que también es objeto de disputas.

La cosecha cafetera de 2016 prometía ser la mayor de los últimos 10 años, 14,5 millones de sacos de 60 kilos, pero paradójicamente faltan recolectores de café. Otrora la oferta de mano de obra en el sector cafetero excedía la demanda pero llegaron los cultivos de coca y los recolectores del sur del país decidieron que era mejor ser raspachin de coca que recolector de café. Al respecto dice el Gerente de la Federación de cafeteros Roberto Vélez: “Este déficit de recolectores nos tiene preocupados porque es un tema que se está volviendo coyuntural y complicado para el café, ya que hemos elevado la producción, hoy por ejemplo se necesitan 60 mil personas para trabajar en los cultivos durante el segundo semestre”.

El gobierno ha salido calceto, carretudo con mucha carrumia en los pies de la emergencia carcelaria y se afrijolo un tamal en la difícil tarea de la descongestión. Sin duda alguna, la mejor respuesta es volcar esa fuerza laboral improductiva al campo. Allí en las cárceles están hacinados, hambrientos, confinados los trabajadores que necesita el campo.

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