Las tasas de la Fed alcanzaron ahora un rango de 4,50-4,75%. "Los indicadores recientes muestran un crecimiento moderado de los gastos y de la producción", remarcó el Comité de Política Monetaria de la Fed (FOMC) en un comunicado tras dos días de reunión, la primera del año.
"Los indicadores recientes muestran un crecimiento moderado de los gastos y de la producción", remarcó el Comité de Política Monetaria de la Fed (FOMC) en un comunicado tras dos días de reunión, la primera del año.
"La inflación se moderó un poco pero sigue alta", añadió el organismo.
Por eso, el comité "anticipa" que nuevos incrementos de tasas "serán apropiados" para conducir la inflación al objetivo de 2% anual, explica el texto.
La Fed subió ocho veces consecutivas los tipos de interés de referencia desde marzo de 2022, incluyendo cuatro aumentos seguidos de 0,75 puntos porcentuales, en un intento por enfriar la economía y contener la inflación.
Encarecer el crédito supone desalentar el consumo y la inversión, y quita presión sobre los precios.
Este incremento anunciado el miércoles, de un cuarto de punto porcentual, marca una moderación desde el medio punto de aumento de diciembre y los incrementos mayores del año pasado.
"Creo que es tiempo de bajar el ritmo (de incrementos de tasas) sin detenerlo", dijo el 20 de enero Christopher Waller, uno de los gobernadores de la Fed.
El aumento de tasas de interés encarece el crédito y con ello desalienta el consumo y la inversión, que presionan los precios al alza.
Algunos economistas alineados a las políticas de la Casa Blanca desean desde hace meses una señal de una eventual pausa en su agresiva estrategia de aumentar los costos de los préstamos. Pero lo realmente cierto es que el presidente de la institución, Jerome Powell, enfatizó una vez más que la campaña de la Fed para controlar la inflación está lejos de terminar.
Los precios de los alimentos y algunas materias primas han seguido en aumento. La carne, embutidos y los huevos de gallina se han disparado en las últimas semanas, en especial las posturas de aves.
Los aumentos sustanciales de las tasas del año pasado reflejaron un acuerdo casi unánime entre los funcionarios de la Fed de que necesitaban actuar rápidamente para encarecer los créditos y así enfriar el peor brote de inflación en más de 40 años. Pero con signos de un crecimiento económico más débil, junto con lecturas de inflación cada vez más bajas, descensos en el gasto del consumidor e incluso algunos signos de desaceleración en el mercado laboral, la Fed ahora avanza por un terreno más traicionero.
Menos consumo, despidos masivos y freno en las contrataciones podrían ayudar a aliviar aún más la inflación, sin embargo, el la administración de Joe Biden y la extrema izquierda sigue regalando miles de millones de dólares a entidades, organizaciones y gobiernos en todos el mundo. Hasta un estipendio durante 6 meses, de forma insólita, entregó Biden a policías y miembros del ejército en Líbano.
La guerra de Ucrania ha costado a los contribuyentes más de 100.000 millones de dólares y la Casa Blanca acaba de enviar $125 millones para comenzar a reparar el sistema eléctrico en algunas regiones de Ucrania. Todos saben que es apenas el comienzo de otro pretexto para continuar con las regalías.
Además de la irresponsabilidad del actual gobierno, a muchos economistas e inversionistas de Wall Street les preocupa que la Reserva Federal aumente demasiado las tasas y las mantenga así por mucho tiempo, lo que agudizaría la recesión que sufre el país desde hace meses y que el gobierno se niega a reconocer en plena complicidad con los grandes medios de extrema izquierda.
Los encargados de las políticas del Banco Central insisten en que, si no siguen el combate a la inflación con la restricción de los créditos, esta podría volver a repuntar y se requerirían medidas aún más dolorosas para sofocarla.
Ante tanta incertidumbre, varios de los funcionarios han dicho que están a favor de aumentos de tasas más pequeños para tener tiempo de evaluar su impacto.