La vida es una experiencia que, como humanos, asumimos de diferentes modos. Hay seres que pasan por ella sin saber que existieron, mientras que otros la viven para perpetuar la existencia del ser. Iván Herrera, presidente de UniVista Insurance, pertenece a este último grupo de personas. Él es uno de esos hombres que entiende que la vida no te regala nada, porque ella en sí misma es el regalo. Lo demás solo se obtiene con esfuerzo y sacrificio.
Esfuerzo y sacrificio es justamente lo que ha hecho que, en este 2019, UniVista cumpla su primera década de trabajo abriendo espacios al éxito entre las agencias de seguros. “El año pasado estábamos en el número 33 en la lista de las agencias más grandes de los Estados Unidos. Este año escalamos al número 31- asegura con orgullo Herrera-. Estamos creciendo en la primera mitad del año más de un 30% de lo que hicimos durante el año pasado en la primera parte”, puntualiza.
Una empresa distinta a las demás
Pero UniVista no es un proyecto emanado de la nada. Nació de una visión muy personal de su fundador quien había estudiado con detenimiento cómo se comportaba este mercado en la ciudad de Miami. “Nos dimos cuenta de que el negocio de agencias de seguros, como otros tantos, necesitaba de alguien que hiciera algo diferente”, explica Iván.
A partir de esta perspectiva, decidió apostar por la tecnología y la logística. Contrató programadores venidos de Bélgica, España, e incluso algunos de Cuba y, al mismo tiempo, orientó sus mejores recursos en renovar las oficinas que ya se encontraban funcionando y abrió otras nuevas ubicadas en lugares céntricos y de fácil acceso para sus clientes.
Pero, ¿en realidad, qué hace a UniVista distinto al resto de sus competidores en el mercado de los seguros? La respuesta de Herrera es su regla de oro: “Como empresario hay dos cosas que puedes hacer. Una, o buscas personas mediocres para que hagan lo que tú les digas, o buscas personas preparadas para que hagan lo que ellos saben hacer”, señala sin titubear.
No es su fórmula secreta, sino una metodología de trabajo, pero aplicada con exactitud y mucho rigor. UniVista crece y se multiplica gracias a que, como acota el propio Iván “nos dimos a la tarea de buscar personas que saben de su rama” y esto les permitió aplicar e implementar novedosas herramientas en la optimización de sus servicios tanto en contabilidad, recursos humanos como atención al cliente.
En consecuencia, llamadas telefónicas, trámites, ventas, reportes, procesamientos de pólizas, etc., fueron incorporados a un sistema automatizado en el cual se integró el uso de modernos softwares, modelos propios de ordenamiento y métodos de organización que, no solo maximizaron tiempo y espacio, sino también beneficiaron enormemente la calidad del trabajo de sus empleados.
“Todo esto ha sido a base de golpe, de experiencias propias”, precisa Herrera, pese al hecho de que, como él mismo admite, “no sabíamos nada de seguros”. Pero la tozudez en Iván brilla más como virtud que como defecto. Por eso su empeño ante quienes le ensombrecían el futuro diciéndole que “eso no lo puedes hacer”.
“Uno es el que arriesga en todo, en tiempo, en recursos, y lo ponemos en práctica -manifiesta-. Hay algunas cosas que nos han funcionado muy bien, y las tenemos todavía, hay otras que hemos tenido que dejar atrás”, precisa este cubano, quien emigró de su Alquízar natal durante la última década del siglo XX.
La senda del inmigrante
Y es que el suyo, fue el camino de quienes debieron abandonarlo todo. De los que se vieron forzados a dejar en el pasado familia, amigos, país o recuerdos, para salir en busca de vida y libertad en tierra de futuro. Pero, del mismo modo, el suyo también es un ejemplo de quienes han sabido aprovechar las oportunidades que les brinda Estados Unidos; de esos que han estado dispuestos a trabajar con honestidad, perseverancia y tesón para poder honrar con creces esa oportunidad.
“Históricamente los inmigrantes, por el proceso que pasamos y por las dificultades que vivimos en nuestros países, vemos la vida diferente”, expresa Iván, para quien no hay mejor interpretación de este punto de vista que su propio modo de entender el éxito: “Yo creo que la ética de trabajo que tenemos y la manera en que hacemos las cosas es lo que nos ha hecho tener estos resultados”.
Es también el fruto de un sacrificio inmenso que termina por retribuir mucha gratitud. Cada año UniVista se dedica a promover espacios de interacción con la comunidad hispana a través de iniciativas que incluyen ofertas de gasolina a precios económicos, entrega de materiales y útiles escolares, así como otras actividades de apoyo a la Liga Contra el Cáncer o eventos realizados en conjunto con St Jude Hospital.
“Es la manera de agradecerles lo tanto que me han apoyado”, asegura Iván, al tiempo que enfatiza cuán enfocados están en el mercado hispano. “Es una comunidad que fue marginada por mucho tiempo y nosotros le hemos dado la opción, no solamente del producto, sino de hablar su mismo idioma”.
Justamente, es esta compenetración con sus clientes lo que le ha permitido a UniVista fertilizar una relación de confianza basado en un vínculo que se asemeja al de una gran familia. “Sabemos cómo piensan, lo que necesitan, y es lo que les hemos ofrecido, la seguridad de que estamos ahí cuando ellos nos necesitan a nosotros”.
El futuro, los proyectos y las palabras
Iván Herrera es consciente de que nunca podrá parar de trabajar. Por eso las ideas, los proyectos, los planes, le emergen a borbotones como las palabras de sus labios.
Me cuenta que está preparando un software que cambiará la manera de vender seguros en Estados Unidos; me dice que también está empeñado en sacar adelante UniVistaTV, un canal audiovisual que se ha convertido en su ventana a las redes sociales y porque, además, con ello puede ayudar a otros pequeños negocios a darse a conocer; me adelanta del propósito de trabajar mucho más con el mercado en inglés y me habla de crecer en todo sentido...
… y mientras sus ideas siguen corriendo más rápido que sus palabras, prefiero detenerme por un instante en una frase que me ha dicho antes, muy a la usanza cubana, pero que se ajusta perfectamente al esfuerzo de su vida: “Yo no he tenido la suerte que me digan, mira, ésta es tu oportunidad -atestigua-. Yo solo, con un machete, he abierto manigua y entonces, detrás de mí, ha venido mucha gente. Me alegra hacer eso”.