La izquierda y la extrema izquierda emplean todas las vías posibles para destruir la imagen y el imperio económico de Donald Trump, el presidente 45 de Estados Unidos
El presidente 45 de Estados Unidos Donald J. Trump.
PATRICK T. FALLON/ AFPNUEVA YORK- A pocas horas de que los abogados del expresidente estadounidense Donald Trump ofrecieran pagar una fianza por 100 millones de dólares, el juez de Nueva York Arthur F. Engoron rechazó la propuesta.
Engoron impuso una descomunal e injusta multa - calificada así por la defensa- por un valor de 355 millones de dólares en un caso civil en el que acusa al exmandatario de "inflar" el valor de sus propiedades.
Esta posiblemente sea la sanción más elevada ordenada por un juez en Nueva York a un empresario en un caso civil.
El objetivo es claro y más allá del cumplimiento de la ley lo que se busca es destruir el imperio Trump, como parte de una campaña feroz para que no regrese a la Presidencia de Estados Unidos en noviembre de este año.
La izquierda y la extrema izquierda han empleado todas las vías posibles para destruir la imagen del presidente 45 de Estados Unidos, su liderazgo conservador y el sólido respaldo popular que se ha incrementado en medio de una ola de acusaciones emprendida por el Departamento de Justicia de Joe Biden contra el exmandatario.
En el foco de los demócratas y de la Casa Blanca también están sus partidarios más cercanos y su enorme movimiento MAGA (Make America Great Again), una tendencia que comparten decenas de millones de estadounidenses frente a las acciones globalistas y de transformación hacia un Nuevo Orden Mundial que impulsa la izquierda en EEUU y en todo el mundo, con una mayor fuerza después de la pandemia de COVID-19.
Con visibles matices políticos, el juez se ensañó contra el exmandatario que lo fustigó en todo momento al ver la actitud arrogante del juez que denotó -en opinión de Trump y sus abogados- la parcialidad en el caso y su animadversión respecto a la figura del exinquilino de la Casa Blanca.
La medida plantea la posibilidad de que Trump, un promotor inmobiliario de gran éxito y hombre de negocios en Nueva York antes de entrar en la política, tenga que vender algunas de sus propiedades emblemáticas para cubrir la multa, si fracasa su apelación en curso.
A Trump se le pidió que fijara una fianza para hacer frente al fallo dictado el 16 de febrero, según el cual supuestamente manipuló el valor de sus propiedades para obtener intereses más favorables en préstamos y seguros.
La fianza es una garantía de que pagará cualquier sanción que se le imponga en caso de que fracase su recurso, y normalmente estaría suscrita por una aseguradora o una compañía de fianzas especializada.
A Trump, prácticamente ya el candidato presidencial republicano en las elecciones de noviembre, también se le prohibió dirigir negocios en el estado de Nueva York durante tres años y solicitar préstamos a instituciones con sede allí.
Los abogados de Trump solicitaron a la División de Apelaciones de la Corte Suprema de Nueva York "una fianza por valor de 100 millones de dólares".
El escrito dice que las "vastas" propiedades inmobiliarias de Trump "bastarían por sí solas para garantizar adecuadamente cualquier sentencia que se confirme".
"La fianza simplemente serviría como garantía adicional", según la defensa del expresidente.
Los abogados de Trump tacharon la decisión original del juez Arthur Engoron como "muy injusta, exorbitante y punitiva".
La "ilegal e inconstitucional prohibición total de Engoron sobre las transacciones de préstamos haría imposible asegurar y pagar una fianza completa", argumentaron los abogados
El hostigamiento a Trump y el intento de desacreditar su imagen forma parte del plan de la izquierda y la extrema izquierda de aplastarlo política y económicamente para impedir que llegue a la Casa Blanca.
Trump acusó al juez Engoron durante el desarrollo de este proceso, acusándolo de estar "fuera de control" y lejos de la verdadera justicia.
FUENTE: Con información de AP y AFP.
Descarga LA APP