lunes 17  de  noviembre 2025
EEUU

Reserva Federal: Entre histórica inflación y freno económico

Luego de una año de pasividad frente a la galopante inflación, el Banco Central decidió finalmente subir las tasas de interés entre 0.25% y 0.50%
Por Leonardo Morales

Finalmente, ante una inflación histórica de 7,9% en Estados Unidos (EEUU), la Reserva Federal (Fed) o Banco Central decidió subir las tasas de interés a 0.25%-0,50% y eliminó el programa de estimulación económica, que emprendió a principios de la pandemia de COVID-19 para salvar la economía estadounidense.

Un año después, ese fructífero plan de emergencia económica dio más problemas que beneficios porque contribuyó a la peor inflación en más de cuatro décadas en EEUU.

La Casa Blanca se empeñó desde enero del 2021 en continuar con los estímulos económicos cuando ya no era necesario.

Economistas y legisladores republicanos alertaron sobre los contraproducentes gastos y la inflación, pero fueron tildados de "alarmistas" y acusados de "crear un pánico infundado entre los estadounidenses". Doce meses más tarde, los graves problemas económicos en el país les dieron la razón.

El origen de la escalada inflacionaria en EEUU comenzó con la firma de órdenes ejecutivas del presidente Joe Biden para limitar la extracción y exportaciones de petróleo estadounidense, y cancelar líneas de abastecimiento de crudo a través de oleoductos desde Canadá, con un precio justo y beneficios para ambas naciones.

A partir de este momento, los consumidores estadounidenses se enfrentaron a un ascenso sostenido y veloz de precios, el mayor en más de 40 años.

En el 2019, EEUU fue el mayor exportador de petróleo del mundo por encima de Arabia Saudita y Rusia.

El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell y la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, defendieron desde la llegada de Biden a la Casa Blanca la extensión del plan de estímulo económico implementado por el propio Powell a principios de la pandemia de COVID-19 en EEUU.

Medidas en el 2020 y el retroceso en el 2021

Powell y Yellen recalcaron reiteradas veces que “la inflación era temporal y se mantendría sobre el 2% u el 3%”, como máximo, para descender rápidamente.

Durante meses primó en Washington esta percepción y se le restó importancia al tema, desde la Casa Blanca hasta las instituciones financieras federales, a pesar de que el aumento del nivel inflacionario subía cada mes.

Los incrementos interanuales de precios se aceleraron ante la mirada inerte de la Reserva Federal, el Tesoro y la Casa Blanca: 2,7% en marzo, 4,2% en abril, 4,9% en mayo, 5,3% en junio. Ya en octubre, la cifra era de 6,2%, en noviembre de 6,8% y en diciembre llegó a 7,1%. El índice actual: 7,9%. Se espera que el nivel inflacionario de marzo sobrepase el 8%, con el impacto de la guerra en Ucrania.

Entre las medidas puestas en práctica por la crisis sanitaria en EEUU, figuraron la reducción a casi 0% de las tasas de interés, varias inyecciones de liquidez al sistema financiero estadounidense, venta mensual de activos del Tesoro por 120.000 millones de dólares; más de 2.3 billones de dólares en ayudas a las pequeñas y medianas empresas y respaldo directo a las familias norteamericanas.

El resultado de estas acciones fue sorprendente: una recuperación económica rápida, sólida y baja inflación mediante el control de los precios del combustible, debido al bajo consumo por los confinamientos y por la autonomía energética lograda por el gobierno del expresidente Donald Trump.

La inflación en EEUU en el 2020 fue apenas de 1,3%. Un panorama muy diferente se fomentó después con la administración Biden.

La evitable inflación

La dependencia energética y de suministros de EEUU, la inacción de la Reserva Federal, la falta de mano de obra (más de 10 millones de empleos vacantes), el exceso de ayudas federales por la pandemia junto a las ventas de bonos del tesoro por dos años, han sido las principales causas que agudizaron el nivel inflacionario en el país. Las consecuencias las pagan los consumidores.

El Congreso aprobó 13.600 millones de dólares de ayuda militar y humanitaria a Ucrania, como parte de una ampliación del presupuesto federal a $1,5 billones.

En busca de un acuerdo bipartidista de urgencia, la Casa Blanca dejó fuera los fondos previstos para la pandemia. Ahora, Biden ha solicitado $22.000 millones adicionales, además de la política de ayudas exteriores retomada por Washington en enero 20 del 2021.

Todas esas cifras y muchas otras suman en el nivel inflacionario del país, donde los precios no dan indicios de un descenso cercano. Incluso, el mismo Powell dijo que habrá varias subidas consecutivas de tasas para poder contener y hacer descender los precios, pero tomará tiempo.

Escalada de precios

“Hay poca sorpresa sobre el aumento de la inflación. Ahora vemos el efecto combinado de los costos de energía con el de los bienes”, afirma Marc Scudillo, director general de EisnerAmper Wealth Management and Corporate Benefits.

El índice de productos agrícolas avanzó un 7,9%, mientras que los alimentos en el hogar aumentaron un 8,6%.

La carne de res aumentó un 16,2% y la de cerdo un 14%, el jamón (+7,1%), el pollo (+13,2%) y el pescado y los mariscos un (+10,4%).

Por su parte, el costo de los huevos subió un 11,4%, mientras que la leche avanzó un 11,2%.

El precio de las frutas y verduras tuvo un alza del 7,6%, incluido un aumento del 7,8% en las manzanas, el 16,2% en los cítricos y un 7,9% en verduras.

Los precios del café en general se incrementaron por encima del 10,5%. La lista de alimentos encarecidos y productos esenciales de consumo es extensa.

Guerra en Ucrania

Analistas consideran que las presiones inflacionarias de los alimentos se intensificarán en los próximos meses, impulsadas por el conflicto militar entre Ucrania y Rusia y su impacto en los flujos comerciales mundiales con el aumento de los precios de la energía, los fertilizantes y los cereales.

Moscú y Kiev entregan la tercera parte de la producción de cereales, químicos y materias primas en el planeta. Y Rusia es el segundo exportador de crudo con 7 millones de barriles diarios.

En otros sectores de EEUU ha ocurrido lo mismo. El índice energético se intensificó 25,6%, impulsado por un incremento del 43,6% en el petróleo refinado y del 38% en la gasolina. En estados como California, los conductores pagan por encima de los 6 dólares el galón de gasolina regular.

Los precios de las viviendas nuevas y de uso, los vehículos y otros bienes duraderos se han multiplicado en el 2021 y 2022.

Los vehículos nuevos aumentaron un 12,4%, mientras que los automóviles y camiones usados un 41,2%.

Al quedarse a la expectativa y en espera de un reajuste automático de la economía estadounidense, la Reserva Federal ahora se enfrenta a una situación sumamente compleja y caótica.

Luego de múltiples advertencias por la actitud pasiva de la Reserva Federal, analistas coinciden en que haber actuado a tiempo y con una corrección de la política económica de la administración Biden, en especial contra la industria petrolera estadounidense y el exceso de ayudas federales, se hubiese evitado una crisis inflacionaria de tal magnitud, la peor en más de 40 años.

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