lunes 30  de  septiembre 2024
EEUU/GOBIERNO

Senadores republicanos exigen respuestas por supuesta manipulación de datos del gobierno Biden-Harris

“¡ESCÁNDALO! La administración Biden-Harris ha sido sorprendida manipulando de forma fraudulenta las estadísticas laborales para ocultar el verdadero alcance de la ruina económica que han infligido a Estados Unidos”, afirmó Donald Trump

Por Leonardo Morales

En los últimos dos años, los departamentos del gobierno de Joe Biden han mostrado una inconsistencia visible en las estadísticas económicas que ha llamado la atención de economistas independientes y conservadores; ahora de senadores republicanos en el Congreso en Washington.

Un grupo de senadores republicanos quiere saber cómo el Departamento de Trabajo del presidente Biden sobreestimó con severidad la cantidad de nuevos empleos creados durante el año pasado, después de que la agencia hiciera su mayor revisión a la baja de las cifras de nóminas de EEUU desde 2009.

“Estas cifras engañosas crearon una falsa impresión en el público y pusieron en duda la validez de la precisión y legitimidad de la Oficina”, escribieron los senadores en una carta a la secretaria interina del Trabajo, Julie Su.

“A medida que nos acercamos a las elecciones presidenciales en pocas semanas, el estado de la economía sigue siendo uno de los principales problemas para los estadounidenses. No debería haber confusión cuando se trata de evaluar la salud de nuestra economía”, agregaron los senadores.

Ultimátum por supuesta manipulación

Los republicanos en Washington le dieron a la interina Julie Su hasta el 9 de septiembre para responder.

Otros republicanos dieron la voz de alarma sobre las correcciones, incluido el expresidente Donald Trump.

“¡ESCÁNDALO! La administración Biden-Harris ha sido sorprendida manipulando de forma fraudulenta las estadísticas laborales para ocultar el verdadero alcance de la ruina económica que han infligido a Estados Unidos”, afirmó Trump en una publicación de Truth Social la semana pasada.

“Los nuevos datos de la Oficina de Estadísticas Laborales muestran que la administración aumentó las cifras con 818.000 empleos adicionales que NO EXISTEN, Y NUNCA EXISTIERON”.

La cuestionada Su ha permanecido como secretaria de trabajo interina desde marzo del año pasado a pesar de que su nominación se estancó en el Senado debido a la oposición del senador Joe Manchin (I-WV) y los 49 republicanos.

Los datos dieron pie a que la Reserva Federal, alineada a la Casa Blanca desde 2021, anunciara la probabilidad de que en septiembre comiencen los recortes de la tasa referencial de interés incrementada 11 veces por la Reserva Federal. Las declaraciones de Jerome Powell, el presidente de esta institución que supuestamente trabaja de forma independiente, ocurren bajo las fuerte presiones políticas de los demócratas, la gran prensa de izquierda, Wall Street y gobiernos extranjeros.

El anuncio sucedió también días después de que las bolsas mundiales se desplomaran con las cifras de empleo corregidas y el ascenso del desempleo al 4,3%; entre ellas Wall Street donde el Dow Jones, su indicador principal, perdió más de 1.000 puntos el lunes 5 de agosto.

La desestabilización del mercado laboral es uno de los índices por los que se rige el Banco Central para combatir la inflación, de ahí la importancia de las estadísticas de empleo.

"Traición a la confianza"

Otro de los alarmantes ejemplos de probable manipulación de datos es la "abrupta e incongruente caída" de la inflación, cuando los precios siguen en una escalada sin freno, con la excepción del combustible que se ha mantenido en niveles altos pero que ha cedido gracias al incremento de la producción de petróleo suplicada por la administración Biden.

"Traición a la confianza de las instituciones", así calificaron los senadores el hecho de que las cifras del gobierno de Biden suben y bajan a conveniencia de los intereses de la izquierda y la extrema izquierda.

Las cifras revisadas de la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS), publicadas la semana pasada, sugirieron que en realidad hubo 818.000 empleos menos durante los 12 meses que terminaron en marzo de lo que se informó inicialmente, una indicación de que la economía es menos robusta de lo que dice la Casa Blanca.

Eso significa que el crecimiento real del empleo durante ese período fue alrededor de un 30% menor de lo que se pensaba inicialmente.

Si bien la BLS a menudo revisa sus estimaciones de empleo mucho después de que las cifras iniciales aparezcan en los titulares, los legisladores dijeron que el reajuste fue inusualmente grande.

El senador Roger Marshall (republicano de Kansas), que lidera la iniciativa, dijo que el público merece una investigación para determinar si las cifras fueron manipuladas intencionalmente para impulsar a la administración Harris-Biden.

“Usar el dinero de los contribuyentes para engañar al público con fines políticos es una traición escandalosa a la confianza y una de las razones por las que los estadounidenses han perdido toda la fe en esta administración”, dijo Marshall a The New York Post.

“Manipular las cifras para crear una narrativa falsa mientras la gente lucha por pagar la gasolina y los alimentos no solo es deshonesto, sino insultante”.

Al republicano de Kansas se unieron los senadores Ted Budd (republicano de Carolina del Norte), Rick Scott (republicano de Florida), Markwayne Mullin (republicano de Oklahoma) y Marsha Blackburn (republicana de Tennessee).

La revisión de este año marca la mayor de su tipo desde 2009, cuando las estimaciones de empleo se exageraron en 824.000.

En total, la BLS estima que se agregaron 2,1 millones de empleos a la economía estadounidense durante el período de 12 meses que finaliza en marzo de 2024, en lugar de los 2,9 millones informados anteriormente, una revisión a la baja del 28%.

Marshall y los demás republicanos quieren saber cuántos empleos se recuperaron de la pandemia de COVID-19, cuántos empleos nuevos fueron de tiempo completo y de tiempo parcial, así como cuántos empleos nuevos fueron en puestos gubernamentales.

La inflación, otro posible ejemplo

Durante el gobierno de Joe Biden los datos siempre han sido confusos y demasiado variables por momentos para ser creíbles. La inflación pasó de 9,1% (economistas consideran que la cifra fue mayor) al actual 2,9% en poco más de 14 meses sin que los consumidores percibieran ninguna caída en los precios de los productos, excepto en el valor de la gasolina (galón de octanage regular) que cedió de 5.2 dólares como promedio nacional en junio de 2022 y se ha mantenido entre los $3.30 y $3.90.

El costo de los alimentos bajo el gobierno de Biden ha ascendido por encima del 34%, los seguros un 16%, los combustibles un 56% la electricidad un 18%.

Entre 2021 y 2024, más de 4.200 medicamentos tuvieron aumentos de precios y casi la mitad de ellos el incremento fue superior al 10%. Ahora Biden y Harris se jactan de haber sido los defensores de los consumidores y de bajar el precio de algunos fármacos, a pocas semanas de las elecciones presidenciales de noviembre.

El valor de los servicios se ha disparado en los últimos tres años. Entre el precio de los hoteles y los nuevos recargos, los servicios médicos, los lugares de entretenimiento (excepto parques nacionales o estatales) junto al costo de salir a comer fuera de casa, se ha convertido en actividades prohibitivas para gran parte de los trabajadores.

El costo de un almuerzo para un matrimonio y dos niños en cualquier restaurante de comida rápida (que antes era lo más barato y asequible) no baja de los 70 dólares como promedio, cuando en el 2019 el desembolso rondaba los 45 dólares. Esto, sin entrar en detalles en la ropa, el calzado y el resto de los productos de primera necesidad en el hogar.

Las deudas de tarjetas de crédito de los estadounidenses se encuentran en cifras récord, cuando más del 60% de los estadounidenses apenas llega a fin de mes con sus ingresos. Casi dos tercios de la población laboral en EEUU tiene en estos momentos dos empleos o más para poder cubrir sus necesidades básicas.

En el 2022, la economía tuvo dos trimestres consecutivos en contracción, lo que se considera de manera técnica como la entrada en una recesión; una definición que nunca fue asumida por el gobierno de Biden y menos por la gran prensa de izquierda.

La administración Biden ha repetido que la economía está sólida, cuando los estadounidenses están cada vez peor. A pesar de las dificultades que también han sufrido que han derivado en olas masivas de despidos desde el 2022, compañías poderosas como las farmacéuticas, las tecnológicas, las petroleras y los grandes bancos han sido los grandes beneficiados durante el gobierno actual, no la clase media ni la clase baja trabajadora como prometió el dueto Joe Biden-Kamala Harris antes de tomar el poder en la Casa Blanca.

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