MIAMI.-RUI FERREIRA
Especial
@ruiefe
El primer día de sesiones estuvo dedicado a exaltar las cualidades de Hillary Rodham Clinton para ejercer la presidencia
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Como era de esperarse, el primer día de la convención demócrata comenzó con conatos de revuelta. Temprano en la mañana la ahora dimisionaria presidenta del partido, Debbie Wasserman Schultz, se vio impedida de discursar en un desayuno con la delegación de Florida. Tan pronto se apareció en el podio, una parte de la audiencia comenzó a abuchearla mientras otros gritaban, "Debbie vete", "Vergüenza debía darte" o "No te queremos aquí".
Los asistentes la criticaban por el escándalo de los correos electrónicos revelados la víspera, donde se constata que gran parte del entorno de la congresista por Ft. Lauderdale, conspiró para sacar de la carrera al senador por Vermont Bernie Sanders, el gran rival dentro del partido de la virtual nominada, Hillary Clinton. El escándalo llevó a Wasserman a presentar la renuncia, efectiva a partir del viernes. Pero de todos modos, antes del mediodía ya ella estaba discutiendo con los organizadores quien pagaría por su boleto de avión de regreso al sur de Florida y al final de la tarde, estaba la convención comenzado, cuando volvió a casa.
El otro conato estuvo en la oposición que los partidarios de Sanders siguen haciendo a Clinton. El senador de Vermont tuvo oportunidad de palparlo en un discurso a media mañana cuando, al hacer un llamado al voto en la exsecretaria de Estado, fue abucheado por una parte del auditorio que comenzó a correar "Sanders, Sanders, Sanders". Éste intentó hacer un llamado a la unidad, hizo una descripción de los peligros que, en su opinión, amenazan a Estados Unidos si el candidato republicano, Donald Trump es electo.
"Tenemos que derrotar a Donald Trump y hacer todo lo humanamente posible para elegir a Hillary Clinton a la Casa Blanca", dijo Sanders. Pero no fue suficiente para aplacar a sus huestes. A un punto tal que al mediodía hubo de publicar en su cuenta Twitter un desesperado llamado ante la perspectiva de que los abucheos se extendieran al pleno de la convención durante la tarde.
"Les pido como una cortesía personal hacia mí que se abstengan de todo tipo de protesta en el auditorio. Es importantísimo que expliquemos esto a nuestras delegaciones", escribió el veterano senador. Aparentemente dio resultado porque en las primera horas de la primera sesión (la convención de Filadelfia termina el jueves con la coronación de Clinton), no se escucharon muchas protestas contra la virtual nominada demócrata.
El primer día de sesiones estuvo dedicado a exaltar las cualidades de Hillary Rodham Clinton para ejercer la presidencia. Participaron en el panegírico una constelación de estrellas, desde la primera dama, Michele Obama, pasando por la senadora por Massachusetts, Elizabet Warren, el mismo Sanders, así como la actriz Eva Longoria, la comediante Sarah Silverman, que compartió el escenario con el senador y excomediante, Al Franken, el director de la campaña John Podesta y la congresista federal, Marcia Fudge.
Fudge tuvo un momento difícil, ya que sustituyó a la ahora en desgracia Wasserman Schultz, en la presidencia de la convención. Tuvo dificultad en acallar a la multitud indignada con la congresista por Ft. Lauderdale, a quien atribuyen el escándalo de los correos electrónicos. "Les pido que me respeten a mí como yo los respeto a ustedes. Vamos a llevar esta convención con normalidad. Todos somos demócratas y debemos comportarnos como tal", dijo la congresista por Ohio.
En el horario estelar le tocó el turno a los grandes pesos pesados del partido. Bernie Sanders cerró el primer día de la convención con un discurso digno de su campaña, enfatizando que la 'revolución social' seguirá, incluso después de la elecciones. "Entiendo que muchos están desilusionados, pero nadie más que yo", dijo.
Fue así como, en esta campaña electoral, "inciamos una revolución para transformar Estados Unidos y nuestra revolución sigue. Porque, las elecciones van y vienen pero la lucha del pueblo para cambiar el Gobierno continúa, un Gobierno de justicia racial, social y de defensa del medio ambiente. Esta lucha sigue y espero ser parte de esa lucha junto a ustedes", aseguró el senador.
Porque, "y déjenme ser claro en esto, esta elección no es sobre ningún candidato, sea Hillary Clinton, Donald Trump o Bernie Sanders y otros candidatos; esta elección no es sobre los chismes políticos, los sondeos, las campañas estratégicas y todos esos temas en que la prensa gasta tanto tiempo discutiendo".
Sino que, subrayó Sanders, "esta elección es sobre las necesidades del pueblo americano y el tipo de futuro que vamos a crear para nuestros hijos y nietos. Esta elección es para acabar con la contracción de 40 años de nuestra clase media. Si no transformamos nuestra economía, las próximas generaciones van a tener un nivel de vida inferior al nuestro. Esta elección es sobre la igualdad de ingresos y riqueza en los Estados Unidos de hoy".
"Necesitamos un liderazgo que unifique a nuestro pueblo, que lo fortalezca, no un liderazgo que insulta a los mexicanos, a los musulmanes, a los afroamericanos, a las mujeres y a todos. (Por ello) cualquier persona en su sano juicio concluirá que Hillary Clinton debe ser el próximo presidente", afirmó el senador.
La primera en hablar en el espacio estelar fue la primera dama, Michelle Obama, quien en un discurso de poco más de 15 minutos, recordó la carrera de Clinton destacando su preocupación por la educación y como su presencia en la Casa Blanca puede abrir la oportunidad a seguir con esa política que ella comenzó a promover durante el primer mandato de su esposo, el expresidente Bill Clinton. "Lo importante es quien tiene el poder de seguir la educación de nuestros hijos y eso lo tiene nuestra amiga Hillary Clinton", afirmó la primera dama.
Es por ello, "que confío en ella para liderar el país porque he visto como se preocupa con la educación de sus hijos (de los estadounidenses). Esa responsabilidad que tenemos como padres", agregó.
Obama no perdió la oportunidad de lanzar algunas pullas a Trump, a quien no mencionó por nombre, pero acusó de ser un "abusador". "Cuando eres comandante-en-jefe y tienes a los militares bajo tu mando y los códigos nucleares, no puedes tomar decisiones en caliente", enfatizó. "Ella es realmente la única persona realmente competente para ser presidente".
Le siguió Elizabeth Warren, que era la favorita de Bernie Sanders para ser candidata la vicepresidente, a tal punto que los seguidores del senador por Vermont y descontentos con Clinton la recibieron a los gritos de "te queremos a ti, te queremos a ti".
Warren no perdió tiempo en apuntarle los cañones a Trump, de quien dijo ser alguien a quien nunca le importaron los demás sino que ha vivido mirando su ombligo. "Ha sido un hombre que nunca ha sacrificado nada y que solo quiere todo para si, todas las horas del día".
Mientras que, "del otro lado tenemos una mujer que se preocupa por nuestros niños, por nuestra salud por nuestro bienestar y seguridad. (Por ello) estoy con Hillary".
Warren explicó que esta elección se ha vuelto una cuestión 'personal' porque es el momento de palpar "quienes somos como gente y que tipo de pueblo queremos ser". Algo, que en su opinión, no le interesa al candidato republicano: "¿Dónde estuvo Donald Trump en todas estas luchas? Ni una sola vez levantó el dedo para ayudar a la clase trabajadora".
"Toda su vida ha sido aprovecharse de este sistema rapaz. Donald Trump estaba extasiado con la crisis financiera del 2008 porque vio en ello una oportunidad de hacer dinero. Estafó a gente con su universidad. Se declaró seis veces en quiebra para proteger su dinero. ¿Qué tipo de hombre hace esto? Un hombre que jamás será presidente de Estados Unidos. Y (nosotros) tenemos el líder para lograrlo, Hillary Clinton y (el senador por Virginia) Tim Kaine", puntualizó Warren, cuyo discurso se extendió más allá de lo pautado y algunos analistas calificaron de 'por veces aburrido'.
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