Ziff, con un extenso currículo como diplomático, antes de ocupar el presente cargo en la Habana, se desempeñó como director de Grupo de Trabajo sobre Migración de la Oficina del hemisferio occidental del Departamento de Estado.
¿Cómo está funcionando el nuevo programa de parole implementado por la administración del presidente Joe Biden?
La meta de los EEUU siempre es que haya una emigración ordenada, segura y controlada. Para que se no se haga de una forma peligrosa y que la gente se sienta apropiadamente protegida y no tengan que ponerse en manos de coyotes, o lanzarse al mar.
El programa de parole es una innovación bastante importante. Porque, en general, en el pasado, en los programas de visa [los beneficiarios] debían tener un vínculo familiar en los EEUU. El programa de parole no requiere ese vínculo. Aunque incluye también a familiares, deja la posibilidad que una ONG, una iglesia, u otra organización pueda patrocinar a cualquiera.
Es un programa bastante ágil. Se hace todo online. No se involucra la embajada.
Hemos visto en las tres semanas que ha estado operando que es un proceso que funciona y se han aprobado bastantes personas, aunque no tengo las cifras exactas.
Los beneficiarios no tienen que ir a la embajada. Es un trámite entre el patrocinador, el beneficiario y Departamento de Seguridad Nacional, DHS, por sus siglas en inglés. Es totalmente opaco a la embajada y no requiere ninguna intervención de esta.
El programa de reunificación familiar y el parole, son sistemas paralelos que funcionan cada uno por sí mismo.
¿Considera que la demanda interpuesta por 20 Estados contra el programa de parole puede prosperar?
No voy a comentar sobre cuestiones legales que no me incumben. Nadie puede predecir el futuro. Simplemente, creo que el programa de parole ha regularizado un problema que, desde hace unos años, resultaba en un número abrumador de emigrantes irregulares en la frontera suroeste de los EEUU. Si la meta es ordenar y asegurar la migración, creo que el programa de parole está funcionando muy bien.
¿Se contempla algún programa de refugio para los perseguidos políticos en Cuba?
Pensamos que los programas de visa existentes toman en cuenta las situaciones particulares de las personas y se pueden acoger a estos.
Todavía no se ha hablado de restablecer el programa de refugiados que funcionaba antes en Cuba. No obstante, estamos muy conscientes de la situación política en la isla, la situación de los DDHH, la situación precaria de muchos activistas y disidentes. Obviamente, mencionamos las 700 personas encarceladas, después del 11 de julio de 2021 y los 1.000 prisioneros políticos que existen. Nosotros abogamos y velamos por toda esta comunidad. No hay encuentro con el gobierno cubano en el que no se aborde ese tema.
- El presidente Biden, entre otras medidas, anunció que iba promover el emprendimiento privado en Cuba. ¿Cómo lo materializará? -
El emprendimiento en el sector privado en Cuba es muy presente, vigente y relevante. Garantiza empleo, ingresos y futuro a muchísimos cubanos. Nosotros desde la embajada, damos capacitación online y establecemos vínculos entre colegas, para que se ayuden entre sí. Tenemos un programa de mujeres emprendedoras. Hemos visto que las mujeres y los afrocubanos son comunidades en las que debemos esforzarnos más para incentivar el emprendimiento. Creemos que es un sector donde se puede influir más y hacemos lo posible para lograrlo.
Nosotros tenemos contacto con la comunidad empresarial y emprendedora en Cuba. Ofrecemos oportunidades y establecemos vínculos particulares con ellos. Vemos dónde y cómo podemos ayudar.
Obviamente, en Cuba no hay una gran tradición de emprendimiento. Por obvias razones históricas. Pero hay actores y PYMES que están funcionando muy fuerte. Nosotros creemos que esto es clave para el futuro de la isla.
Estamos apoyando a toda iniciativa privada. Nuestra meta es ayudar al pueblo cubano y no al régimen cubano. Eso es importante.
Existe la idea de que el régimen de la Habana utilizó la ola de migrantes como un arma para sentar a Washington a negociar. ¿Qué piensa la administración de Biden?
Yo simplemente creo que una ola de migrantes existe cuando las personas, de cualquier país, no tienen esperanzas de futuro.
En Cuba, vistas las condiciones económicas, sociales, y políticas, mucha gente ha perdido la esperanza en que las cosas mejoren. Esa ola puso en peligro a muchísimas personas. Una de las razones por las que deseamos mejorar las condiciones en la isla es para que la gente tenga un futuro en casa y no se vean obligados a salir de su país a buscarse su futuro.
¿En qué momento de las relaciones bilaterales nos encontramos y en qué la administración Biden quiere hacer énfasis?
Yo creo que uno tiene que tomar en cuenta que las operaciones en la embajada fueron suspendidas por casi cinco años. Ahora estamos retomando una relación que yo califico de correcta y pragmática.
Tenemos relación con el régimen cubano en temas concernientes a la seguridad nacional de los EEUU. Tratamos temas de terrorismo y temas de crimen. Todo lo relacionado con el crimen trasnacional, narcótico y falsificación de documentos.
Cuba es una isla muy grande. En un lugar muy estratégico, a 90 millas de los EEUU.
Nuestro interés primordial y central son los DDHH en Cuba. Eso no significa que sea la única prioridad. Tenemos otras que podemos trabajar en paralelo a la prioridad máxima.
-El papel de los diplomáticos es defender los intereses de su propio país, puede ahondar en los otros intereses de EEUU en Cuba. ¿Cómo usted lo desempeña? Teniendo en cuenta que el régimen se auto proclama antiestadounidense. Diaz Canel en su reciente visita a Rusia expresó que Moscú y La Habana tienen un enemigo común. Una idea que repitió en la cumbre de la CELAC de Buenos Aires, hace dos semanas.
EEUU tiene una relación con Cuba de siglos. Tenemos relaciones culturales, personales, artísticas, económicas, desde la fundación de los EEUU. Nuestros intereses son múltiples en la isla, queremos, más que nada, que el pueblo cubano tenga un futuro próspero, democrático y libre.
Nuestros esfuerzos están dirigidos a, por ejemplo: el sector privado para crear empleo y esperanza. En el sector artístico estamos interesados en crear vínculos para que los cubanos conozcan la realidad de los EEUU. No solamente la realidad que se filtra por los medios oficialistas. Trabajamos para amplificar las voces de los disidentes. Todo está enfocado para que Cuba haga el cambio necesario.
Estoy seguro de que, en el régimen cubano, comparten la idea de que no se puede usar un modelo del siglo XX en el mundo globalizado del siglo XXI. Tienen que producirse cambios. Son obvios, sobre todo cuando la zafra azucarera es la más baja de la historia, cuando falta la corriente eléctrica, cuando la gente no puede encontrar comida, o no hay petróleo, ni gasolina. Estas son señales obvias de que tiene que haber un cambio. Nosotros estamos tratando de incentivar para que ese cambio se produzca en la dirección correcta y que dé como resultado un mejor futuro para Cuba y para los cubanos.
¿Tiene usted relación con funcionarios de régimen de la Habana?
Yo tengo una relación con funcionarios del gobierno cubano por temas muy concretos. Por ejemplo, la reconstrucción de la embajada. El edificio de embajada está en muy mal estado, por estar en el malecón y por falta de mantenimiento. Nosotros necesitamos permisos y otros procedimientos del gobierno cubano para poder restablecer la embajada e incrementar el personal.
Hace un año, teníamos más o menos 15 funcionarios, ahora tenemos más del doble y también hemos duplicado el número de cónsules. Una embajada del tamaño de la de La Habana debería tener unos 15 cónsules. Sin embargo, contamos con cinco y necesitamos más. Para que sea posible, necesitamos ascensores que funcionen, electricidad que funcione, un perímetro nuevo. Se requiere hacer una gran reconstrucción en la embajada para poder retomar las funciones normales.
-Al parecer, uno de los objetivos de la administración Biden es remover a Cuba de la lista de los países patrocinadores del terrorismo. ¿Qué ha cambiado para que esto se produzca, máxime cuando Díaz-Canel expresó abiertamente que apoya a Rusia en todo lo relacionado con la invasión a Ucrania?
Yo he escuchado esa idea de parte del gobierno cubano, pero no de parte del gobierno de los EEUU. El tema de la lista de países que patrocinan el terrorismo se revisa periódicamente, pero no hay ninguna novedad al respecto.
¿Tiene usted alguna actualización sobre los ataques sónicos al personal de la embajada de EEUU de cinco años?
Hay una investigación multidisciplinaria de parte de entidades de inteligencia, del Departamento de Estado, de nuestras fuerzas militares, para investigar de dónde salieron esos ataques. No hay cosa más importante para el Departamento de Estado y para cualquier embajador que la seguridad y la salud del personal. Estamos muy pendientes de esa [investigación] la estamos siguiendo. Yo no tendría personal en la Habana si sintiéramos que no es seguro.
¿Cómo usted valora la situación de los DDHH en la isla, principalmente después de la ola represiva desatada tras el levantamiento del 11 de julio de 2021?
¡Mala, mala! No hay razón para que haya 700 presos por manifestaciones pacíficas, tras el 11 de julio. No hay razón para encarcelar a mil presos políticos que simplemente están ejerciendo sus derechos, existentes en la Constitución Cubana.
El obstáculo principal para mejorar las relaciones de los EEUU y Cuba son los DDHH. Hay que mejorar la situación de los DDHH, liberar a los presos [políticos], dejar que la gente ejerza sus derechos para poder pensar en una mejora de nuestras relaciones.
¿Cuál es la línea roja, el imperativo moral que se impone EEUU en las relaciones con la Habana?
Nosotros todo lo que podamos hacer para mejorar las condiciones del pueblo cubano, lo intentaremos. Pero, hay que recalcar que el futuro de Cuba está en manos cubanas. Nosotros podemos apoyar, abogar, empujar, presionar, pero al final del día, los cubanos tienen que decidir el futuro de su isla.
¿Se van a retomar los programas para fortalecer la sociedad civil?
Estamos muy enfocados con todos esos temas. Tenemos contactos constantes con grupos disidentes. Tenemos mucho contacto con la comunidad afrocubana. Todo está muy ligado a fortalecer la sociedad civil, imprescindible para los derechos del pueblo cubano y el futuro de Cuba.
En la medida que vayamos teniendo más personal en la embajada, podremos abarcar aún más esos programas.
Si usted tuviera la oportunidad de enviar un mensaje al pueblo cubano, ¿qué le diría?
Que no pierdan la esperanza. El pueblo cubano tiene un carácter muy fuerte. Tienen un potencial empresarial tremendo. Lo hemos visto aquí [en Miami]. Los EEUU está haciendo lo posible para que estén en un ambiente donde ese potencial pueda prosperar y el pueblo tenga un futuro digno, democrático y próspero.
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