jueves 23  de  enero 2025
ELECCIONES 2016

Debate cambia el curso de la batalla presidencial

De nuevo, la campaña vuelve al redil y el asunto se esgrime apenas entre dos candidatos, la exsecretaria de Estado Hillary Clinton y el magnate inmobiliario Donald Trump. Ambos no podían ser más diferentes y eso es lo que hace más interesante la carrera presidencial
Por RUI FERREIRA

MIAMI.– Una de las grandes novedades del primer debate presidencial de este lunes es que puso en su cauce esta campaña electoral.

Hasta ahora, los estadounidenses asistieron a una especie de anarquía controlada, a comenzar por las huestes republicanas a brazos con 14 candidatos al inicio, cada cual con su visión diferente y que en la medida que los debates de las primarias los fueron decantando, aumentaron los ataques entre sí.

Al final terminó por imponerse el menos esperado de todos, un ‘outsider’ que parece haber movilizado un sector del electorado que, hasta entonces, permanecía ajeno al partido, pero no por eso menos extremista, y que al mismo tiempo terminó por demostrar que el partido republicano nunca logró encontrar alguien mejor y se encuentra al borde a la fractura.

Desde el lunes por la noche, las cosas han cambiado. De nuevo, la campaña vuelve al redil y el asunto se esgrime apenas entre dos candidatos, la exsecretaria de Estado Hillary Clinton y el magnate inmobiliario Donald J. Trump. Ambos no podían ser más diferentes y eso es lo que hace más interesante la carrera presidencial a partir de hoy.

Los separa tanto este debate que parece que se ha acabado esa creencia de los abstencionistas de que las diferencias entre los candidatos suelen ser las mismas que hay ‘entre la Pepsi y la Coca-Cola’. A partir del encuentro del lunes es muy difícil que alguien permanezca indiferente ante cualquiera de ellos dos, el electorado – y sólo en Estados Unidos 81.4 millones presenciaron el encontronazo – va a tener que decantarse por dos posturas diametralmente opuestas que pudieran profundizar aún más la división en el país. Tanto es así que este martes cada bando reclamaba la victoria, pese a que dentro y fuera de Estados Unidos la generalidad de los observadores se inclinaba por Clinton.

Ese enfrentamiento aún no había terminado cuando este cambio en la campaña ya se estaba reflejando en la pequeña pantalla. “Hillary vino muy bien preparada. Esto es una novedad porque hasta ahora, incluso en los debates de las primarias, ella lucía dubitativa. Ahora se vio totalmente concentrada. Obviamente hay un cambio en su equipo, como que hubo una sacudida. Es posible que me equivoque, pero ella bien puede haber sellado estas elecciones anoche”, comentó David Gergen, uno de los analistas de la cadena CNN y asesor de cinco presidentes estadounidenses de ambos partidos.

En contrapartida, aunque Gergen piensa que Trump estuvo muy mal, algo de positivo ha sacado de la intervención del magnate. “Al mismo tiempo también tengo dudas de si ella realmente logró apartarlo de su camino. Si hay algo de cierto es que los seguidores de Trump no lo están juzgando por los cánones tradicionales. Han escuchado tantas promesas que desconfían de los políticos y quieren algo distinto. Trump desplegó la imagen de un individuo enojado, pero a su vez le dio voz a los que están enojados en este país y esas personas se van a mantener a su lado”, enfatizó Gergen.

Para Timothy Naftali, autor de varias biografías y estudios sobre los presidentes de Estados Unidos, el regreso a la ‘normalidad’ en la campaña se debe mayormente al desempeño de Clinton pero por una característica muy particular. “Ella parecía el Ronald Reagan de los años 80 y eso cautiva a los republicanos indecisos o que no les gusta Trump”, ha dicho.

Pero, como suele suceder cuando el río vuelve a su cauce, en una campaña ‘normalizada’ un enfrentamiento ‘mano-a-mano’ hace las cosas más claras y reduce la atención sobre dos candidatos y permite sacar a relucir virtudes y defectos con más claridad porque, aunque se odian, saben que no sirve de nada porque lo que cuenta es el electorado. Y, al menos en el caso de Trump lo obliga a ser mucho más cuidadoso y a volver al estrado de los debates con un discurso más pulido e inteligente. Uno de los grandes aportes de su derrota el lunes es que ha quemado las naves y ya no tiene marcha atrás.

“La cuestión ahora es si Trump será capaz de recuperarse del envite. Por todos era sabido que Hillary Clinton tenía que ganar el primer debate y los dos siguientes ante un personaje como Trump. (…) La cuestión es si los seguidores de Trump seguirán manteniendo su postura y apoyando su candidatura. Hillary Clinton, aunque no emociona a nadie, ha demostrado que efectivamente su trabajo lo sabe hacer, y que la experiencia es un grado”, ha comentado la corresponsal de la cadena española Telecinco en Estados Unidos, Pilar García de la Granja.

Este martes en Miami, Trump dijo algo que termina por definir el nuevo rumbo de la campaña. “No hay duda. Esto es las grandes ligas”, subrayó.

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