“La institución de la burocracia estadounidense para manejar un sistema migratorio está en pedazos”, afirmó en una exclusiva con DIARIO LAS AMÉRICAS un alto funcionario de la Casa Blanca que habló bajo condición de preservar su identidad debido a la delicadeza del asunto.
El tema migratorio “es algo que va a tomar mucho tiempo reparar, que no se va a poder arreglar de un día para otro, y tenemos que trabajar de una forma regia con México para poder manejar ese flujo de personas” [que intentan llegar a EEUU], admitió.
En esta cita presidencial, la segunda de Biden en una semana luego de su reunión virtual con el Primer Ministro canadiense, los dos líderes discutirán la cooperación en materia de migración, esfuerzos conjuntos de desarrollo en el sur de México y Centroamérica, la recuperación tras el COVID-19 y la cooperación económica en el marco del Acuerdo Comercial de América del Norte (TMEC), según el Departamento de Estado.
Fuera de la agenda tradicional, según el funcionario, Biden está concentrado en recobrar lo que califica como una “pérdida de posición” de Estados Unidos en el mundo, sobre todo, frente a sus vecinos en ambos lados de la frontera norte y sur, donde Canadá se vio afectada por las desavenencias entre el premier Justin Trudeau y el expresidente Donald Trump, y en el caso mexicano, por la ofensiva a la inmigración ilegal desde ese país.
“Nuestro interés a nivel de los dos presidentes es tener de nuevo una cooperación y un diálogo institucional entre ambos países. El secretario (de Estado) Antony Blinken habló con su homólogo mexicano, tenemos a nuestro gabinete hablando y buscando líneas de cooperación con los mexicanos, porque esta es la forma donde podemos abarcar temas de manera responsable y de respeto mutuo”, acotó la fuente.
En las primeras semanas de febrero el presidente Biden emitió varias decenas de órdenes ejecutivas, entre ellas, algunas dedicadas a reformar, en una serie de pasos, el sistema migratorio de la nación.
“El tema inmediato es el flujo migratorio en la frontera sur de los Estados Unidos. Heredamos un sistema migratorio en reparo, donde nuestra capacidad para asilo, que se ha distinguido por años por procesar de forma digna a los inmigrantes, es casi ya inexistente”, dijo el funcionario.
A partir del 19 de febrero, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS por su sigla en inglés) comenzó la fase uno de un programa para restaurar el procesamiento seguro y ordenado en la frontera sur.
El DHS está manejando los casos de los individuos que fueron forzados a permanecer en México bajo los Protocolos de Protección al Migrante (MPP). Unas 25.000 personas retornadas bajo este programa estrella contra la inmigración ilegal de la administración Trump, mantienen sus casos abiertos.
“Nuestro enfoque ha sido tener un sistema migratorio que no solo impulse las leyes del país, sino también trate a los inmigrantes con dignidad y tenga un sistema de asilo que pueda asistir a quienes están huyendo de peligro”, argumentó el funcionario.
Comercio en ruedas
Si un asunto tiene una conexión estelar entre México y Estados Unidos es el comercio, del cual ambos países dependen estratégicamente en sectores como manufactura, energía o exportación de alimentos.
En 2020, el suceso más relevante en lo que se refiere al intercambio comercial fue la entrada en vigor, el primero de julio, del Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) que remplazó al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN o NAFTA por sus siglas en inglés).
Con el estallido de la pandemia en 2020 y el cierre de muchos sectores de la economía, los flujos comerciales de Estados Unidos y México no se vieron afectados del todo, según la Oficina del Censo estadounidense, pero sí el de personas que a diario cruzaban ambas fronteras y son fuentes de negocios e ingresos.
Más de un millón de personas y cerca de 300.000 automóviles circulan a diario entre ambos países en medio de 3.200 kilómetros de frontera, que incluyen 48 condados de EEUU frente a 94 municipios mexicanos. Lo que allí sucede cada 24 horas es un motor vital para la economía de las dos naciones.
Los asesores del gobierno están conscientes del peso económico que tiene su frontera sur con México, pero reconocen que lograr un control de la pandemia será igual de beneficioso para el comercio.
“Para que EEUU pueda recuperarse económicamente tenemos que abrir las fronteras, pero para hacer esto se necesita que México tenga la pandemia bajo control”, admitió el alto funcionario.
De enero a noviembre de 2020 el comercio bilateral ascendió a 488.849 millones de dólares, posicionando a México como el segundo socio comercial de Estados Unidos. Y a pesar de los estragos de la pandemia, los exportadores estadounidenses vendieron a sus socios mexicanos productos por el orden de los US$193.044 millones, superando lo enviado a China, relevan cifras de la Oficina del Censo.
Polémicas y diálogo
La reforma energética y la polémica Ley de Seguridad Nacional mexicana, avalada por López Obrador, que limitaría la cooperación en asuntos de inteligencia, son temas que la administración Biden está discutiendo con sus pares mexicanos, según fuentes del Departamento de Estado consultadas por DIARIO LAS AMÉRICAS.
El 15 de enero pasado el Gobierno mexicano publicó los lineamientos para la ejecución de su Ley de Seguridad Nacional, aprobada por el Congreso y Senado en diciembre.
Surgió semanas después del arresto en Estados Unidos del general Salvador Cienfuegos, excomandante de las Fuerzas Militares de México.
Washington había criticado la legislación porque limitaba la participación de sus agentes, en especial la DEA (Agencia Antidroga), en labores de inteligencia contra el crimen organizado. La nueva regla es más flexible con esa cooperación y garantizaría la privacidad de las investigaciones, un punto clave en un país donde los funcionarios de las instituciones han resultado estar involucrados con cárteles de droga.
“Nosotros hemos visto que, aunque la ley haya pasado, estamos trabajando de forma muy estrecha con las fuerzas de seguridad mexicana. Pero creo que lo más necesario en este momento es tener la voluntad de cómo podemos trabajar de forma más estrecha ambos países en temas de seguridad”, dijo un alto cargo de la Administración del presidente estadounidense a DIARIO LAS AMÉRICAS.
El gabinete de seguridad del presidente Biden no descarta que puedan hacerse modificaciones a la Iniciativa Mérida, en vigencia desde 2008, para combatir el narcotráfico y el crimen organizado entre ambos países.
“Buscamos trabajar junto con los mexicanos para desarrollar una estrategia, sea reformando la Iniciativa Mérida para que tenga mucho más impacto. Que sea para la búsqueda de lavado de dinero, químicos para producir drogas, y otras áreas que alimentan el crimen organizado”, acotó el funcionario.
Con más de 2.3 mil millones de dólares de fondos asignados por el Congreso de Estados Unidos, la Iniciativa Mérida ha entregado 1.6 mil millones de dólares en equipo y entrenamiento hasta 2020, de acuerdo con un reporte del Departamento de Estado. Los mexicanos, no obstante, han informado su interés de “acabar” con este plan y trabajar sobre la base de prioridades específicas que ellos detecten.
Por: Frank López Ballestero
Especial
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