MIAMI.- La primera planta de grafeno turboestrático que opera hasta este momento en el mundo, echó a andar el 31 de enero en EEUU, Tennessee.
La primera planta de producción continua, constante y sin componente químicos de grafeno turboestrático, opera en Tennessee desde el 31 de enero
MIAMI.- La primera planta de grafeno turboestrático que opera hasta este momento en el mundo, echó a andar el 31 de enero en EEUU, Tennessee.
El grafeno, conocido como el “material del siglo XXI” y “del futuro”, se considera como una revolución en el mundo energético, de la tecnología, la construcción y la medicina, teniendo en cuenta que por sus usos puede sustituir combustibles fósiles y minerales que generan un gran impacto al ecosistema.
El elemento, compuesto por átomos de carbono se obtenía principalmente del grafito. Por sus propiedades es 200 veces más resistente que el acero y cinco veces más ligero que el aluminio; tiene alta dureza, elasticidad, flexibilidad y transparencia, y capacidad de conductividad térmica y eléctrica. Estas características le otorgan un gran potencial para impulsar el desarrollo en diversos sectores de la sociedad, aseguran expertos.
En la planta que comenzó a operar en Tennessee bajo el nombre Faradyne Power, donde se está produciendo el grafeno turboestrático, su presidente José Tost, asegura que “el proceso (de producción) es100% renovable”.
En el cual asegura, se utiliza biomasa (residuos agrícolas, forestales, agroalimentarios y materia orgánica), según dijo en entrevista con DIARIO LAS AMÉRICAS.
El grafeno tiene gran versatilidad, se comercializa en láminas; se puede emplear en electrónica, informática o aeronáutica, mientras que en polvo se puede emplear en otros campos como el de la construcción.
La presencia del grafeno puede ser común en diversos dispositivos de uso cotidiano, comocomputadoras, teléfonos, equipos de música, sensores y prótesis. Además, se puede utilizar en la fabricación de aviones, satélites espaciales, vehículos y edificios que, de acuerdo con el sitio web Graphenano, serían construcciones más seguras y resistentes.
“El grafeno normal es el elemento en el planeta Tierra que puede almacenar más electricidad de todos. El que nosotros desarrollamos, que se llama grafeno turboestrático, tiene de cinco a 20 veces mayor capacidad que el normal”, resalta Tost.
Según expertos, por su transparencia y flexibilidad, el grafeno podría ser una alternativa en la fabricación de pantallas para todo tipo de dispositivos, asimismo aseguran, por su alta conductividad puede alargar por diez la vida útil de las baterías y acelerar el proceso de carga para que ocurra en menor cantidad de tiempo, por lo que podría ser empleado en sustituir gran parte de las baterías de litio, que son inflamables y altamente contaminantes.
Hasta el momento no existía un agente de grafeno de calidad constante y de alto volumen, por lo cual se veía frenado el desarrollo de productos con este material, debido a que se dependía al 100% de las importaciones del componente, así como de otras materias primas importantes para industria eléctrica y de superconductores.
En plena escalada de tensiones entre China y Washington, Pekín, que procesa el 100% del grafito, hasta ahora clave para la fabricación de baterías, impuso restricciones a su exportación a EEUU y Europa.
Dejar atrás la dependencia chinay de otros mercados extranjeros es hoy en día una de las principales prioridades de EEUU.
“Nuestras baterías son limpias, no necesitan ninguno de esos componentes. Toda la materia prima para producirlas son 100% locales, lo único que utilizamos es grafeno y cobre o aluminio. Todos los materiales los tenemos en Estados Unidos, no tenemos que importar, por lo que nos permite evadir la dependencia de terceros para poder competir”, subraya Tost.
El proceso que realiza la empresa estadounidense consiste en “secuestrar” el dióxido de carbono (CO2) a través de los árboles muertos de la naturaleza, que tienden a ocasionar incendios forestales, para transformarlo en grafeno turbostrático.
“Este material tiene unas cualidades especiales y ha sido, hasta ahora, extremadamente difícil de obtener y es algo que viene de recursos muy limitados (minas de grafito)”, indica Tost.
El grafeno se extraía principalmente del grafito, en un proceso que es bastante complejo y dañino para el planeta, según estudios. “No es un proceso limpio, tienes que usar unos procesos altamente químicos para poder sacar el grafeno que viene del grafito”, agrega.
Este es un procedimiento sumamente costoso, por lo que el precio comercial del grafeno ronda entre los 67.000 y 200.000 dólares por tonelada. Además, anteriormente no había manera de que el proceso de extracción fuera constante, por lo que la calidad del grafeno variaba por lote.
“Nosotros logramos hacer que por primera vez se tenga una producción continua y con la misma calidad. Tenemos la manera de poder hacerlo así y además sea económico, sin utilizar ningún componente químico, que pueda agredir al medio ambiente”, destaca Tost.
Actualmente, el Pentágono invierte, además, millones de dólares en la búsqueda de un sustituto del litio, que le permita fabricar baterías sin riesgo de accidentes para impulsar el futuro del ejército, el transporte y las energías renovables, sin depender de Pekín.
Esta preocupación quedaría atrás con la fabricación de baterías de grafeno que tiene una capacidad de almacenamiento de energía de cinco a 20 veces más que cualquiera de las baterías existentes.