viernes 13  de  diciembre 2024
EEUU

El pasado racial reabre heridas

El mortal incidente ocurrido en Charlottesville saca a la luz la ola de intolerancia racial que aún habita en la sociedad estadounidense
Diario las Américas | JESÚS HERNÁNDEZ
Por JESÚS HERNÁNDEZ

MIAMI.- Luego de varios días de debates acerca de los disturbios en Virginia el sábado pasado, persiste la preocupación sobre la intolerancia racial que renace en la sociedad estadounidense.

El presidente Donald Trump responsabilizó este martes de la violencia el sábado en Charlottesville, Virginia, a “ambos lados” por igual, los llamados grupos neonazis y supremacistas como a los manifestantes de izquierda que les hicieron frente, independientemente de quien haya ocasionado la muerte de una mujer de 32 años, además de 19 heridos.

"Hubo un grupo de un lado que fue malo y hubo un grupo del otro lado que también fue muy violento", dijo Trump durante una conferencia de prensa en Nueva York.

El presidente calificó de "horrible" lo sucedido en Charlottesville, pero insistió en que no todos los que acudieron a la protesta eran neonazis o supremacistas blancos.

"He condenado a los neonazis, he condenado a muchos grupos. Pero no toda esa gente eran neonazis, créame. No todas esas personas eran supremacistas blancos, ni mucho menos", subrayó Trump.

"Mucha gente también estaba allí para protestar por la retirada de una estatua de Robert E. Lee. Esta semana es Robert E. Lee. (...) Me pregunto, ¿es George Washington la semana que viene? ¿Es Thomas Jefferson la siguiente?", añadió el Presidente.

Hace apenas seis meses los medios de comunicación divulgaron la ola de intransigencia que habría aumentado los crímenes de odio un 30%. Y detalló cómo en apenas 60 días, tras las elecciones presidenciales, el 8 de noviembre, la nación había registrado más 400 incidentes de intimidaciones, insultos, amenazas y pintadas que atentan contra inmigrantes, afroamericanos, homosexuales, musulmanes, hispanos y mujeres.

La cifra ha continuado en aumento. De hecho, la organización sin fines de lucro Southern Poverty Law Center, con sede en Montgomery, Alabama, que vela por la defensa de los derechos civiles, reporta más de 1.065 casos de odio, que contabiliza 1.039 incidentes cometidos contra los grupos antes mencionados y 26 contra simpatizantes del presidente Donald Trump.

Entre tanto, la localidad de Charlottesville, en Virginia, con cerca de 50.000 habitantes, sigue cuestionándose cómo esta apacible ciudad, que ostenta a The University of Virginia, fundada por Thomas Jefferson en 1819, se convirtió repentinamente en el caos que provocó que un joven ultraderechista blanco atropellara con su automóvil a un grupo de manifestantes que protestaban contra la marcha de los supremacistas.

Horas después, el Departamento de Justicia anunciaba que realizaría una investigación para definir “las circunstancias que provocaron el fatal incidente vehicular” que acabó con la vida de una mujer de 32 años, además de dejar 19 heridos y dos policías muertos en un accidente relacionado con el atentando, que fue catalogado de terrorismo doméstico por varios medios de comunicación.

“La violencia y las muertes ocasionadas en Charlottesville golpean el corazón de la ley y la justicia estadounidenses”, señaló el procurador general de la nación Jeff Sessions en un comunicado.

Antecedentes

A todo esto, sumamos la presencia de grupos muy bien organizados, como el Ku Klux Klan (KKK) y el movimiento Alt-right, que continúan teniendo un peso determinado dentro de las filas más extremistas de la sociedad estadounidense.

Por ejemplo, KKK fue fundado originalmente en 1865, en Tennessee, para luchar contra la abolición de la esclavitud, mediante asesinatos de afroamericanos y atentados contra políticos.

Declarada inconstitucional y disuelta en 1861, la organización resurgió con otras tácticas en 1915 y otra vez a finales de los años 60 con el auge del movimiento de defensa de derechos civiles de la población negra.

Entretanto, el movimiento Alt-right, que da nombre a la "derecha alternativa" en Estados Unidos, es un grupo con un ideario racista y radical de derechas, que defiende la supuesta supremacía blanca que considera se ve amenazada por otras razas.

Intolerancia

El incidente en Charlottesville es uno de los tantos que podrían suceder. Una aparente simple estatua, dedicada a Robert E. Lee, el general de la Confederación durante la Guerra Civil Americana, enfrentó a supremacistas blancos y contramanifestantes, la mayoría afroamericanos y antifascistas que defienden la decisión del Ayuntamiento de retirar el monumento.

“Charlottesville es un capítulo más. Y para afrontar el problema hay que reconocer que la aceptación de las razas no está funcionando como creímos”, comentó el profesor de sociología de Virginia Commonwealth University, Eric Summers, durante una ponencia en las redes sociales.

Summers mencionó que el “aparente paso de aceptación” que se percibió en las elecciones presidenciales de 2008 y 2012, cuando el entonces senador Barack Obama ganó ambas contiendas, no logró “renovar las bases de la sociedad” como se esperaba y terminó creando un “caldo de cultivo oculto” que saltó a mediados de 2015, cuando un hombre blanco mató a nueve afroamericanos en una iglesia de Charleston y se reabrió el viejo debate sobre los símbolos de la Confederación.

A ello, según el profesor Summers, se unieron “los implícitos guiños mutuos entre supremacistas blancos y el entonces candidato presidencial Donald Trump”.

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