La eliminación de la Ley de Salud Asequible, popularmente conocida como ‘Obamacare’, no es una tarea fácil para los republicanos. Sin embargo, de suceder, sus consecuencias serían devastadoras para quienes se han beneficiado porque los detractores en Washington, que buscan derogarla, no han presentado una alternativa posible, a pesar de que la suspensión de los subsidios de salud, crearía en lo inmediato un vacío que podría extenderse por años.
Sin alternativa quedarían unos 20 millones de estadounidenses, 10% de los cuales residen en Florida.
Se enfrentarían a un futuro incierto en parte porque nadie tiene una explicación clara de cómo algunos podrán sostener el tratamiento de enfermedades tan graves como un cáncer o una diabetes aguda.
Esto sin contar que quienes dependen del Medicaid, a todas luces también serían afectados porque muchos de los subsidios otorgados por el ‘Obamacare’ están vinculados, en el ámbito estatal, a ese sistema federal de subsidio para personas de bajos recursos.
Una de las formas de dejar derogado el Obamacare pudiera alcanzarse con la eliminación en la Cámara de Representantes, de unos 400 millones de dólares destinados a subsidios, a partir del rediseño del presupuesto federal, porque todo el sistema de salud asequible, depende de eso.
Cambiar el presupuesto implica, en lo mínimo una sesión legislativa de más de seis meses que se pudiera prolongar en el Senado, donde por lo menos cuatro senadores republicanos están en contra de acabar con el actual programa de salud. La diferencia entre republicanos y demócratas es precisamente esa, solo cuatro senadores.
¿Considera que el Obamacare de...
Aunque hay quien crea que todo el proceso puede tardar mucho más tiempo. Según el congresista Chris Collins, del comité de transición del presidente electo, todo el proceso pudiera tardar tres años. “Esto es un asunto complejo, porque implica el diseño de una alternativa, pero ya la presentaremos”, dijo el jueves a la cadena CNN.
El líder de la minoría demócrata en el Senado no pudo ocular una sonrisa al escucharlo. “Quieren transformarnos en un país de enfermos”, por Dios”, dijo Chuck Schumer, señalando que si una alternativa no es presentada al mismo tiempo que la derogación, se crearía un vacío sanitario “sumamente peligroso y doloroso”.
La otra forma de acabar con el Obamacare, un poco más fácil pero también lenta, porque seguramente llevará a la extensión de los debates en el Capitolio federal, es retirar los fondos a las partes claves de todo el sistema que el presidente Barack Obama ve como su gran legado. Es que al retirar los fondos subsidiados a las aseguradoras, estas ya no estarían obligadas a cumplir con la extensión de pólizas de seguro a bajos precios para el consumidor.
La única forma que los republicanos tienen de acelerar el proceso de derogación del Obamacare es votar en el llamado proceso de ‘reconciliación’. Aunque tengan la mayoría en ambas Cámaras, del Senado, la votación final sería hecha por mayoría simple y no por los 60%, o sea, más del 50%. Esta opción tiene para los opositores al Obamacare una ventaja: impediría el llamado ‘filibusterismo’, o sea, que para retardar la votación, los senadores pueden estar discursando eternamente.
A su vez, “el derecho al ‘filibusterismo’ es en sí bastante frágil porque no está consignado en las reglas del Senado y siempre se llevó a cabo por efecto de un precedente, por lo cual es bastante fácil impedirlo”, señala el analista político Gregory Koger. Y sin un ‘filibusterismo’, los republicanos tienen las puertas totalmente abiertas a acabar con el ‘Obamacare’ y sustituirlo por algo, que nadie sabe todavía qué va a ser.
Asimismo, los republicanos pueden eliminar partes del Obamacare sin la necesidad de tocar el presupuesto federal. Esto puede suceder a partir de la eliminación de los beneficios gratuitos de prevención de salud o la obligatoriedad de que las pólizas sean iguales para todos, esté una persona enferma o sana, sin olvidar que entrega directamente a las aseguradoras el manejo financiero de la póliza y acaba con los llamados ‘mercados’ de venta del seguro subsidiado.
Tres aspectos importantes, y a la vez atractivos del Obamacare, es que permite a los padres incluir en la póliza a los hijos hasta los 25 años de edad que vivan con ellos, o acabar con los límites impuestos a una cobertura vitalicia y prohibir que una persona sea rechazada por una precondición clínica. Acabar con estos tres beneficios será mucho más difícil porque no dependen del presupuesto federal y por las reglas impuestas por el Senado. Habría que cambiarlas y hasta los mismos republicanos lo consideran una misión imposible.
Pero si lo logran, en el fondo, son buenas noticias para aquellos empleados que dependen del seguro de su trabajo. Sin embargo, sería una desgracia para aquellos que compran su propio seguro, como un contratista, un trabajador por cuenta propia o toda persona que no está incluida en un plan de salud colectivo pagado por su empleador.
De entrada, estas personas verían su seguro interrumpido y si los republicanos no aparecen con un plan alternativo, estarían sujetos al aumento brutal de las pólizas o quedarían irremediablemente sin un seguro de salud. “Esto sería un golpe mortal a la ampliación de la cobertura prevista en el Obamacare”, considera John McDonough, un profesor de la Universidad de Harvard que colaboró con el Senado en el diseño de la Ley de Salud Asequible.
No es probable que durante el 2017 algo nuevo suceda, al menos que altere las pólizas que los beneficiarios del Obamacare tienen en estos momentos. Después de todo, la etapa de inscripción todavía no ha terminado ni terminará antes de la toma de posesión del presidente electo Donald Trump, quien durante la campaña presidencial se opuso al Sistema de Salud Asequible, pero tras la victoria y conversar con Obama, admitió que hay partes que se deben mantener.
El consejo de los especialistas es que quien haya firmado la extensión de Obamacare en el 2017 tenga claro que va a tener un respiro. Pero que deben comenzar a hacer planes alternativos para el 2018 y más allá.