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MIAMI.– Barack Obama anda preocupado con su legado. El miércoles, el mandatario se va al Capitolio a reunirse con los congresistas y senadores demócratas para estudiar la forma de blindar el ‘Obamacare’, su gran orgullo, ante la perspectiva de su desaparición frente a un presidente electo que prometió que su primer acto en la Casa Blanca seria borrarlo de un plumazo reforzado ahora por el apoyo de un aplastante congreso republicano.
El mandatario acude a los suyos después que el líder de la mayoría republicana en el senado, Mitch McConell, anunció que el primer punto en la agenda del Congreso el año entrante va a ser la derogación de la Ley de Salud Asequible, popularmente conocida como Obamacare, y que ha permitido a 20 millones de estadounidenses tener un seguro de salud subsidiado por el Gobierno, como la tercera edad dispone del Medicare y los más desfavorecidos del Medicaid.
El viernes, el grupo parlamentario demócrata envió una convocatoria a los miembros de Senado y Cámara de Representantes a acudir a la reunión, en el auditorio del Congreso, para “discutir las formas de lucha contra los planes del Partido Republicano de anular el Acta Asequible de Salud”.
Es la primera vez en este siglo y la segunda en los últimos 70 años, cuando los republicanos quisieron acabar con el sistema de seguridad social creado por el presidente Franklin Delano Roosevelt en los años 30, que los demócratas se movilizan en masa en las dos cámaras del Parlamento.
“La próxima semana los republicanos en el Congreso, una vez más, van a intentar acabar con una ley que le ha dado a 20 millones de estadounidenses la posibilidad de acceder a un seguro, que le ha ampliado la protección muchos millones más, mejorado la calidad de vida y salud ofrecida por los profesionales del sector y ayudado a reducir los gastos públicos de salud”, dijo una fuente de la Casa Blanca.
El plan de los demócratas es estudiar un mecanismo legislativo que coloque en un estado de suspensión toda decisión que la mayoría republicana vaya a tomar sobre el Obamacare, partiendo del principio de que Obama ha dicho, en su entorno, que para el mandatario la defensa del Obamacare es “una cuestión de principio” en el marco de su legado y de “como quiere ser recordado”, porque tiene la absoluta convicción de que es favorable al pueblo estadounidense.
El Obamacare es, además, una pequeña victoria personal sobre la excandidata presidencial demócrata que siendo primera dama en la década de los 90 el siglo pasado, no logró crear una sistema universal de acceso a la salud pública como le encargó su esposo, el expresidente Bill Clinton, en sus promesas electorales.