WASHINGTON.-dpa
Según el juez federal, John Hinckley no ha "mostrado ningún síntoma de enfermedad mental activa, comportamiento violento, ni interés por las armas o comportamiento suicida" desde 1983
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John Hinckley, el hombre que intentó asesinar al ex presidente de Estados Unidos Ronald Reagan en 1981, ya no representa un peligro para la sociedad y saldrá de la clínica mental en la que estaba internado en los próximos días, según sentenció hoy un tribunal en Washington.
El juez federal de distrito Paul Friedman dictaminó que Hinckley, de 61 años, podrá salir a partir del 5 de agosto para vivir con su anciana madre en Williamsburg, estado de Virginia.
Sin embargo, Hinckley podrá mantener su libertad siempre y cuando no tenga contacto con las víctimas, sus familiares o con la actriz Jodie Foster. Tampoco podrá acercarse a áreas donde se encuentre el actual presidente o los miembros del Congreso y sus movimientos serán seguidos por el servicio secreto, agregó el juez.
Hinckley disparó contra Reagan, su secretario de prensa James Brady y otras dos agentes de seguridad fuera de un hotel de Washington el 30 de marzo de 1981. Una bala, que rebotó en la limusina presidencial, terminó luego a pocos centímetros del corazón de Reagan. Brady fue alcanzado por una bala en la cabeza, pero sobrevivió.
Más tarde, Hinckley dijo que lo hizo para llamar la atención de Foster.
En 1982, un jurado lo declaró inocente de todos los cargos por razones de demencia y fue internado en una clínica psiquiátrica de régimen cerrado.
Friedman dijo que Hinckley no ha "mostrado ningún síntoma de enfermedad mental activa, comportamiento violento, ni interés por las armas o comportamiento suicida" desde 1983 y que ha estado en remisión durante 27 años. Sin embargo, agregó que continuará recibiendo tratamiento médico ambulatorio.
"El tribunal determina que predominan las evidencias que demuestran que el señor Hinckley no presenta ningún peligro para sí mismo o para otros en el futuro", concluye el tribunal.
Hinckley, quien estuvo haciendo visitas sin supervisión a su madre durante los últimos 10 años y cumplió las normas en más de 80 visitas, no podrá consumir alcohol, drogas, utilizar las redes sociales o poseer un arma. Podrá acceder a Internet, pero tiene prohibido el acceso a cualquier página web o búsqueda de información relacionada con sus delitos o víctimas durante los primeros seis meses de su puesta en libertad.
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