El exgobernador de Florida Jeb Bush afirmó ante los votantes escépticos en un estado influyente en las elecciones primarias, que no suavizará sus posturas sobre inmigración para ganar el respaldo de los conservadores en su posible campaña presidencial.
Jeb Bush, es hermano de un presidente e hijo de otro, y llegó a New Hampshire consciente de sus retos para ganarse a los votantes conservadores que lo ven como muy moderado durante una campaña presidencial que es prácticamente un hecho.
Enfrentando un interrogatorio sin complicaciones, el republicano retó a los pobladores de New Hampshire a pasar tiempo aprendiendo de los temas y evitar las agudas críticas partidistas. Dijo que "los hechos no importan", agregando que los verdaderos líderes no se retractan de sus creencias por conveniencia política.
Al abrir una discusión de mesa redonda con líderes empresariales, defendió su postura sobre el tema inmigración con un espaldarazo a la historia de su familia en el asunto. "Mi hermano también lo intentó", comentó Bush al referirse sobre los intentos fallidos de George W. Bush en cuestiones migratorias. "Llevamos literalmente dos décadas tratando de llegar al siglo XXI con un sistema inmigratorio que tenga sentido".
Bush apoyó un acercamiento integral y bipartidista para arreglar el fallido sistema inmigratorio del país, que fue autorizado por el Senado, pero que bajo la presión de los conservadores, se derrumbó en la Cámara de Representantes.
