sábado 23  de  septiembre 2023
ESPIONAJE

¿Permitirá Cuba a China construir base para espiar a EEUU?

Presuntamente La Habana habría firmado un acuerdo con China para construir una base de espionaje contra Estados Unidos en un elocuente desafío a Washington
Por Leonardo Morales

MIAMI- La desesperación del régimen de Cuba por obtener liquidez pudiera ser una de las motivaciones para que se firmara un presunto acuerdo entre Pekín y La Habana sobre una base de espionaje, revelado en un artículo exclusivo de The Wall Steet Journal (WSJ) y sobre el cual ahora el Pentágono y el Departamento de Seguridad Nacional afirman que los datos son inexactos.

"He visto ese artículo de prensa. No es exacto", declaró el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, al canal MSNBC.

Según el Journal, que cita fuentes estadounidenses anónimas, un acuerdo secreto prevé la instalación de una estación de escuchas telefónicas en la isla caribeña, a unas 100 millas de la costa de Florida, donde se encuentran importantes bases militares estadounidenses.

China pagará a Cuba "miles de millones de dólares" para construir esta instalación, aseguró el diario.

China tiene una base espía activa en Cuba desde al menos 2019 como parte de los intentos de Pekín de mejorar su capacidad de recopilación de inteligencia a nivel global, según un funcionario del gobierno de EEUU.

La comunidad de inteligencia de EEUU está al tanto desde hace tiempo del espionaje que China realiza desde Cuba y de los intentos del régimen asiático de establecer centros de compilación de inteligencia en todo el mundo, dijo el funcionario, que solicitó el anonimato porque no estaba autorizado a hacer declaraciones sobre el asunto.

Pentágono y Seguridad nacional reaccionan

"Lo que puedo decirles es que esta administración está preocupada desde el primer día por las actividades de influencia de China en todo el mundo, y por supuesto en este hemisferio y en esta región", aseguró Kirby, quien añadió que el gobierno lo sigue "muy de cerca".

"Somos muy conscientes de los esfuerzos de la República Popular China para invertir en infraestructura en todo el mundo con fines militares, incluso en este hemisferio, y hemos hablado muchas veces sobre ellos”, indicó Kirby.

"Según la información que tenemos, esto no es exacto. No estamos al tanto de que China y Cuba" desarrollen "un tipo de base de espionaje", reaccionó en rueda de prensa diaria el portavoz del Pentágono, general Pat Ryder, quien aseguró que Estados Unidos monitorea "permanentemente" las relaciones entre Pekín y La Habana.

Sin embargo, el diario WSJ indicó que funcionarios estadounidenses describieron como convincente la información de inteligencia sobre el sitio planificado para Cuba, aparentemente reunida en las últimas semanas. Dijeron que la base permitiría a China emitir y operar señales de inteligencia, conocidas en el mundo del espionaje como SIGINT, que podrían incluir el monitoreo de una variedad de comunicaciones, incluidos correos electrónicos, llamadas telefónicas y transmisiones satelitales.

Los funcionarios se negaron a proporcionar más detalles sobre la ubicación propuesta de la estación de escucha o si la construcción había comenzado.

La embajada china en Washington no hizo comentarios, tampoco la embajada cubana.

Los motivos del régimen de La Habana

Pero al régimen de la Isla le sobran motivos para hacerlo, primero en su política de enfrentamiento directo a Estados Unidos y de acercamiento meloso a China desde hace décadas en busca de un salvavidas que le ayude a salir o paliar el caos interno y la crónica recesión económica.

La escasez de todo tipo de productos y recursos, el rechazo y descontento crecientes de la gran mayoría de la población junto a la pugna de poder y la corrupción internas han agravado la agonía de los cubanos, cuya precariedad social se agudiza por días frente a un desgobierno sin liquidez financiera, empecinado en un sistema fracasado y prácticamente sin crédito en el exterior por sus impagos y su descomunal deuda con decenas de países y entidades.

Rusia, China y en menor medida Venezuela, regresan a ser, prácticamente, los únicos "patrocinadores" interesados en que el descalabro del sistema socialista en Cuba no caiga completamente, mucho menos ahora en el centro de una escalada de tensiones chino-rusas con EEUU.

Lo que sigue manteniendo al régimen con vida es el interés de Moscú y Pekín en Cuba como sitio estratégico militar y geopolítico, muy similar a lo ocurrido durante la llamada "Crisis de los misiles" en 1962 y el temor latente en los años posteriores. De lo contrario, la dinastía Castrista hubiera firmado su claudicación hace décadas.

Para el economista Pedro Monreal, "la aceleración de la inflación de los alimentos en Cuba en marzo de 2023 es alarmante", reseña Diario de Cuba

"El aumento interanual del 75% duplicó la variación interanual de marzo de 2022. Inevitablemente provoca empobrecimiento masivo en Cuba y la política económica actual del régimen es inefectiva", señaló Monreal en Twitter.

Los productos que más subieron de precio fueron el arroz, con efecto mensual del 36,37%; la carne de cerdo, con 7,78; el queso blanco, 4,85; las aves, 1,58%, y la leche líquida, 1,38%.

Al desabastecimiento general de productos de primera necesidad, se suma la crisis energética, el regreso de los apagones y la escasez de combustible, que afecta a todos los sectores de la economía, incluidos el comercio interior y la agricultura.

La ineficiencia durante décadas en todos los sectores de la economía cubana, forzaron al difunto gobernante Fidel Castro a convencer a inversionistas de que Cuba ofrecía las garantías para el crecimiento acelerado de capitales. En los últimos 29 años, grandes y medianas empresas extranjeras comprobaron la falsedad de dicha afirmación.

A muchas de estas empresas, Castro buscó la forma de no pagarles lo acordado. La gran mayoría se retiró de la isla y otras arribaron, pero con un capital reducido y con menos capacidad de poder contribuir a sacar al régimen de la isla del abismo, donde casi el 90% de lo que se consume se importa, mientras que apenas existen las producciones de alimentos y otros bienes esenciales.

El ejemplo es la fallida y languidecida industria azucarera, insuficiente hasta para abastecer el propio mercado nacional. Apenas 23 centrales azucareros, 12 menos que en 2022, están previsto que arranquen en noviembre, después de la peor zafra en los últimos 150 años.

Ahora se prevén apenas 455.198 toneladas, según AZCUBA. La cifra es menor que la del año anterior de 473.000 toneladas.

La otra es la rama agrícola, totalmente incapaz de abastacer la cuarta parte de las necesidades de los cubanos.

El turismo, ante un incremento sustancial de la violencia y el desabastecimiento, se ha desplomado y se concentra cada vez más en los cubanoamericanos que visitan la isla forzados por sus vínculos familiares (la mayoría), luego del gran impacto de la pandemia.

Cuba recibió en 2022, 1,6 millones de turistas, según cifras del régimen de La Habana.

Los pocos recursos que obtiene Cuba en estos momentos llegan a través de las remesas de cubanos en el exterior y la flexibilización de la política del gobierno de Joe Biden hacia la Isla. Sin embargo, la caótica situación interna se hace irresistible en cada semana que transcurre.

La tenaz ambición de China

Por su parte, China lidera una expansión de la presencia militar y comercial en todo el mundo y en en particular en América Latina. En los últimos 10 años, sus acciones se han acelerado contra los intereses de EEUU, porque el régimen comunista chino no quiere ser segundo, busca la hegemonía mundial y el presidente Xi Jinping está decidido a lograrlo.

La instalación de una base de espionaje en Cuba, muy cerca de la costa de Florida, sería interpretada por Washington como una amenaza sin precedentes y "un nuevo y descarado desafío geopolítico" del régimen chino a EEUU, como reseñó The Wall Street Journal.

El tibio desmentido público hecho este jueves por los voceros del Pentágono y del Departamente de Seguridad Nacional responden a no sembrar el pánico y desatar las alarmas en un Washington que enfrenta severas crisis internas y la falta de liderazgo en la Casa Blanca.

La revelación sobre el presunto acuerdo generó críticas de republicanos sobre la postura de la administración Biden respecto a China y a Cuba.

“Joe Biden necesita despertar a las verdaderas amenazas chinas en nuestra puerta”, escribió en Twitter Nikki Haley, exgobernadora de Carolina del Sur, exembajadora de Naciones Unidas y actual candidata presidencial republicana.

“La amenaza a Estados Unidos por parte de Cuba no solo es real, es mucho peor que esto”, tuiteó el senador cubanoamericano por Florida, Marco Rubio.

El tema salta en medio de los esfuerzos de la administración Biden para mejorar las relaciones entre Estados Unidos y China, después de meses de tirantez que siguieron al vuelo de un globo espía chino sobre territorio estadounidense a principios de este año.

El mes pasado, el presidente Biden envió al director de la Agencia Central de Inteligencia, William Burns, a un viaje secreto a Pekín, y el asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan, sostuvo conversaciones con un alto funcionario chino en Viena.

La justificación de China para instalar una base de observación en Cuba en contra de EEUU que aviones militares estadounidenses vuelan sobre el Mar de China Meridional, realizando vigilancia electrónica.

Estados Unidos vende armas a Taiwán, territorio que China considera como una provincia renegada, despliega un pequeño número de tropas allí para entrenar a sus militares y navega en barcos de la Armada a través del Estrecho de Taiwán.

“El establecimiento de esta instalación señala una nueva fase de escalada en la estrategia de defensa más amplia de China. Es un poco un cambio de juego”, dijo Craig Singleton, miembro de un grupo de expertos en seguridad nacional en Washington. “La selección de Cuba también es intencionalmente provocativa”.

Cuba ha sido una espina para Washington desde que se convirtió en una dictadura comunista después de 1959 y Castro, en el centro de la crisis de los misiles en Cuba, envió un cable al entonces presidente soviético, Nikita Khrushchev, pidiéndole que considerara un ataque nuclear contra los EEUU.

En las décadas que siguieron, el régimen castrista fomentó movimientos revolucionarios desestabilizadores y violentos en toda América Latina en un intento de difundir el comunismo y la lucha antiamericana. Su comportamiento se moderó después del final de la Guerra Fría, pero las intenciones y el rechazo a EEUU siguen invariables.

En noviembre, el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel se reunió con Xi Jinping en la capital china.

Durante la Guerra Fría, la Unión Soviética operó su sitio de inteligencia de señales más grande en el extranjero en las afueras de La Habana. El sitio, que cerró después de 2001, supuestamente albergaba a cientos de oficiales de inteligencia soviéticos, cubanos y de otros países de Europa del Este.

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