CALIFORNIA.- Una impactante historia de secuestro y abuso sexual llegó a su fin, el pasado 9 de julio, cuando una niña de 13 años fue rescatada en Long Beach, al sur de Los Ángeles, gracias a la valiente intervención de unos buenos samaritanos. La niña, cuyo nombre se mantiene en anonimato para proteger su identidad, había sido secuestrada en San Antonio, Texas, días antes y su pesadilla llegó a su fin cuando un transeúnte vio un desesperado mensaje dentro del automóvil estacionado donde se encontraba cautiva.
Según la información proporcionada por la policía y las autoridades federales, la niña fue secuestrada el 6 de julio mientras caminaba por una calle en San Antonio. Steven Robert Sablan, un hombre de 61 años de Cleburne, Texas, se acercó a ella en su vehículo, mostrándole una pistola y amenazándola con dañarla si no subía al auto. Sin más opciones, la niña accedió y durante el trayecto, Sablan abusó sexualmente de ella repetidamente, mientras cruzaban por Nuevo México y Arizona hasta llegar a California.
El 7 de julio, la madre de la niña reportó su desaparición a las autoridades de San Antonio, desatando una intensa búsqueda para encontrarla y llevarla de regreso a salvo. Mientras tanto, en Long Beach, el secuestrador estacionó el vehículo en una lavandería y le ordenó a la niña que se cambiara de ropa. Aprovechando esta oportunidad, la joven escribió un mensaje desesperado en un pedazo de papel que decía "ayúdame".
Fue entonces cuando unos buenos samaritanos, al percatarse de la niña visiblemente angustiada y sosteniendo el mensaje, no dudaron en actuar de inmediato. Reconociendo la gravedad de la situación, llamaron al número de emergencias 911, lo que llevó a una rápida respuesta de los agentes policiales.
La policía, tras una investigación, detuvo a Steven Robert Sablan y fue acusado por un jurado investigador federal de secuestro y transporte de un menor con intención de participar en actividades sexuales delictivas. Actualmente, Sablan se encuentra recluido en el Centro de Detención Federal Metropolitano, en el centro de Los Ángeles, y se desconoce si cuenta con un abogado en este momento.
La valentía y pronta reacción de los buenos samaritanos y las fuerzas del orden lograron poner fin a esta terrible pesadilla para la niña. Las autoridades están brindando el apoyo y la atención necesaria para su recuperación emocional y física, mientras que la comunidad se une para expresar su solidaridad y apoyo a la familia afectada.
Este caso ha puesto de relieve la importancia de la vigilancia ciudadana y la pronta respuesta ante situaciones de emergencia, así como la necesidad de seguir trabajando para prevenir y combatir el abuso y la explotación de menores en todas sus formas.
FUENTE: Con información de AFP