WASHINGTON.- El presidente Donald Trump anunció el jueves que a partir del 1 de septiembre Estados Unidos aplicará nuevos aranceles del 10% a productos provenientes de China valorados en 300.000 millones de dólares, aumentando así la guerra comercial entre ambos países.
El mandatario hizo el anuncio en un mensaje en Twitter mientras las negociaciones comerciales entre ambos países continúan a paso lento. Sin embargo, Trump culpó a Beijing de su nueva medida comercial, alegando que el país asiático no frenó la venta de fentanilo a Estados Unidos o por no comprar bienes agrícolas estadounidenses, como soya, en grandes cantidades.
Tras la noticia, los precios de las acciones se vieron afectados. El promedio industrial Dow Jones, que momentos antes había subido casi 300 puntos, estaba 200 por debajo tras los tuits de Trump.
Estados Unidos ya aplicó impuestos comerciales de 25% a bienes chinos por valor de 250.000 millones de dólares. China respondió con aranceles a productos estadounidenses valorados en 110.000 millones de dólares, entre ellos productos agrícolas, en un ataque directo a los partidarios de Trump en las zonas rurales de Estados Unidos.
Trump hizo las amenazas después de que una delegación estadounidense regresara a Washington de lo que la Casa Blanca describió como conversaciones comerciales “constructivas” en Shanghái. Se espera que las negociaciones continúen en Washington en septiembre, aunque las fechas exactas no se anunciaron.
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El representante comercial estadounidense Robert Lighthizer, al centro, intercambia posición con el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, mientras a la derecha se encuentra el vicepresidente chino Liu He looks, en el Centro de Conferencias Xijiao, en Shanghái, el 31 de julio de 2019.
AP/Ng Han Guan, Pool
Además de las amenazas, Trump también tuiteó: “¡Estamos ansiosos por continuar nuestro diálogo positivo con China para un Acuerdo Comercial integral y sentir que el futuro entre nuestros países será uno brillante!”.
Las dos economías más grandes del mundo están estancadas en una guerra comercial por las acusaciones de Estados Unidos de que Beijing utiliza tácticas predatorias –incluso robar secretos comerciales y obligar a compañías extranjeras a entregar tecnología– en un intento por tomar el control del dominio tecnológico estadounidense.
Las conversaciones se vinieron abajo en mayo cuando Estados Unidos acusó a China de incumplir compromisos previos.
FUENTE: Con información de AP