lunes 25  de  agosto 2025
Política

Trump responde a críticas por medidas de seguridad: "No me gustan los dictadores, no soy un dictador"

Sus declaraciones ocurren luego de firmar órdenes que endurecen las medidas de seguridad federal en Washington y para procesar a quien queme la bandera de EEUU

Por REDACCIÓN/Diario Las Américas

WASHINGTON — El presidente Donald Trump sugirió este lunes que tal vez a los estadounidenses les gustaría tener un dictador. "Quizás nos guste [tener a] un dictador. A mí no me gustan los dictadores. No soy un dictador. Soy un hombre con mucho sentido común y una persona inteligente”.

Sus declaraciones ocurren luego de firmar órdenes que endurecen las medidas de seguridad federal en Washington y para procesar a quien queme la bandera del país.

En un evento de más de una hora en el Despacho Oval, Trump se quejó de que ni los medios ni sus críticos le reconocen suficiente mérito por su ofensiva contra la delincuencia y la inmigración ilegal, ahora respaldada por la Guardia Nacional.

"Dicen: 'No lo necesitamos a él. Libertad, libertad. Es un dictador. Es un dictador'. (Pero) mucha gente dice: 'Quizás nos guste un dictador", comentó Trump a la prensa.

Luego matizó: "No me gustan los dictadores. No soy un dictador. Soy un hombre con gran sentido común y una persona inteligente", dijo en respuesta a las preguntas de los medios sobre sus últimos movimientos, que los demócratas están comparando con los de líderes de regímenes no democráticos.

Trump amenazó con desplegar la Guardia Nacional en otro bastión demócrata, la ciudad de Baltimore, Maryland, luego de haberlo hecho en Washington, con el fin, según dijo, de ampliar su ofensiva contra la delincuencia y la inmigración. Igualmente en Chicago, otro bastión demócrata afectado por la delincuencia.

Este mes, Trump desplegó la Guardia Nacional en las calles de Washington DC, en una demostración de fuerza que, en su opinión, equivale a una toma de control federal de la policía del Capitolio de Estados Unidos.

En junio, ya había ordenado el envío de casi 5,000 soldados a Los Ángeles, en principio para sofocar las violentas protestas contra las redadas antiinmigración que, asegura, fueron aprovechadas por "alborotadores profesionales" para desestabilizar al país.

Trump ordenó reforzar el despliegue de agentes en Washington, con el fin de que 2.000 efectivos patrullen las calles armados —la semana pasada, el Pentágono y el Ejército aseguraron que dichos efectivos no llevarían armas—. El viernes, la fiscal general Pam Bondi presumió de que se han llevado a cabo más de 700 arrestos desde que empezó la operación; el lunes la cifra había subido hasta los 1.000, y que se han incautado 91 armas de fuego ilegales.

Cárcel para actos de profanación

El presidente criticó especialmente a J.B. Pritzker, gobernador de Illinois y un acérrimo opositor, quien ha rechazado enérgicamente el posible envío de tropas a Chicago.

Este lunes, el presidente firmó una orden que endurece los procesos para quienes quemen la bandera estadounidense, pese a un fallo de 1989 de la Corte Suprema que establece que ese acto está protegido por las leyes de libertad de expresión.

"Si quemas una bandera, te dan un año de cárcel; nada de salidas anticipadas, nada de nada", aseguró.

"El fiscal general priorizará la aplicación, en la máxima medida posible, de las leyes penales y civiles de nuestra Nación contra los actos de profanación de la bandera estadounidense que violen las leyes aplicables", apuntó Trump en un mandato dirigido directamente a la fiscal general, Pam Bondi.

Para Trump, la bandera "es el símbolo más sagrado y preciado de Estados Unidos y de la libertad, la identidad y la fuerza estadounidenses". "Durante casi dos siglos y medio, miles de patriotas estadounidenses han luchado, derramado sangre y muerto para que la bandera estadounidense ondee con orgullo", recordó.

"La bandera estadounidense es un símbolo especial en nuestra vida nacional que debe unir y representar a todos los estadounidenses de todos los orígenes y condiciones sociales", argumentado, por lo que "profanarla es particularmente ofensivo y provocador".

"Es una declaración de desprecio, hostilidad y violencia contra nuestra nación: la expresión más clara de oposición a la unión política que preserva nuestros derechos, libertad y seguridad. Quemar esta representación de Estados Unidos podría incitar a la violencia y disturbios", afirmó.

"Perturbación del orden público"

Trump también ordenó al secretario de Defensa, Pete Hegseth, crear una unidad dentro de la Guardia Nacional asignada a Washington para el orden público y poner fin a las fianzas sin pago en efectivo.

Los demócratas han acusado repetidamente a Trump de llevar su poder presidencial supuestamente mucho más allá de los límites constitucionales al tomar medidas drásticas contra las oficinas federales, desmontar políticas progresistas o, más recientemente, desplegar tropas en la capital estadounidense.

La quema de la bandera en sí misma no está tipificada como delito, pero podría encajar en otros tipos penales como "perturbación del orden público" o incumplimiento de la normativa medioambiental. La Fiscalía tendrá un duro trabajo por delante, ya que la jurisprudencia del Tribunal Supremo ampara la quema de la bandera como una expresión política protegida por la Primera Enmienda a través de un fallo de 1989.

El propio Trump defendió este lunes en rueda de prensa desde el Despacho Oval la orden ejecutiva porque "están quemando banderas por todo el país". "Queman la bandera estadounidense por todo el mundo, como ya saben, por una decisión judicial muy triste, por 5 a 4 (votos). Lo llamaron libertad de expresión", se lamentó.

FUENTE: Con informaciòn de AFP y Europa Press

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