[email protected]
@JesusHdezHquez
[email protected]
@JesusHdezHquez
MIAMI.- Cada mes alguien hace uso de un arma de asalto y arremete a mansalva contra la gente, y poco o nada hacen legisladores, ante el temor de que cualquier restricción sea calificada de ‘ataque’ a la Segunda Enmienda a la Constitución del país.
Y lo peor es: la presión de fuerzas que responden a intereses comerciales, como puede ser la venta de armas, hace lo suyo para impedir limitaciones.
Ni una semana después de las ocho muertes en la matanza de los spas de Atlanta, la nación volvió a vivir otra tragedia, una más de la violencia armada que el país es incapaz de afrontar.
Sea de Colorado, California, Texas, Ohio o Florida, las noticias de asaltos y asesinatos de conciudadanos irrumpe en las portadas de los periódicos y las pantallas de televisores, como si de una guerra civil se tratara.
Europa, el mundo, mira con asombro cómo los que viven en Estados Unidos pueden vivir así. Mientras lo que viven en el país se preguntan dónde ocurrirá la próxima agresión. ¿Será el supermercado, el centro comercial que visitan o la escuela del pequeño hijo o nieto?
Esta vez hubo 10 muertos. Un hombre, de apenas 21 años, compró un fusil de asalto tipo AR-15 y seis días después irrumpió en un supermercado en Colorado.
Es el mismo rifle que guerrilleros y delincuentes usan en otros países y la National Rifle Association promociona como el "fusil de los Estados Unidos".
La Policía identificó al individuo como Ahmad Al Aliwi Alissa de Arvada, oriundo de Siria, que emigró a Estados Unidos a los tres años, donde creció y se hizo ciudadano del país que lo acogió.
En una comparecencia ante el tribunal, el abogado aseguró que el individuo tiene una “enfermedad mental” que no especificó y pidió posponer la vista para evaluar “el caso”.
“No importa si es sirio, musulmán, chino o loco. El problema lo tenemos aquí. Nosotros. No somos capaces de establecer una red de antecedentes penales y mentales y un reglamento que ponga en orden la venta de armas”, alegó Mario Tavares, profesor de ciencias políticas de Fordham University, en Nueva York.
¿Restricciones?
El control de armas está definido por el enfrentamiento de quienes abogan por más regulaciones y quienes se oponen a ello.
Y para ello ambas partes interpretan la ley, específicamente la Constitución, que plantea: “Siendo necesaria una milicia bien organizada para la seguridad de un Estado libre, el derecho del pueblo a poseer y portar armas, no será infringido”.
“Esa concesión es interpretada como el derecho del pueblo estadounidense a poseer y portar armas”, señaló el académico, quien añadió: “Ni tan siquiera la Corte Suprema se atreve a reinterpretar esa enmienda, que plantea ‘poseer y portar armas’ para tener ‘una milicia bien organizada para la seguridad de un Estado libre’, no dice para tenerlas y agredir”.
Hoy se estima que los civiles en el país poseen unos 395 millones de armas de fuego, y que entre el 35% y el 42% de los hogares del país tienen al menos una pistola.
En efecto, Estados Unidos tiene el mayor número estimado de armas per cápita, con 121 armas por cada 100 personas.
Una orden federal restringió la producción y venta del AR-15 y sus derivados entre 1994 y 2004, aunque no afectó a fusiles semiautomáticos más sencillos.
Siete estados mantienen una orden similar y prohíben la venta de este tipo de arma: California, New Jersey, Connecticut, Hawaii, Maryland, Massachusetts y New York.
Congreso
Tras la masacre en Colorado, el presidente Joe Biden instó al Congreso de la nación a proclamar nuevas restricciones de armas, entre ellas la prohibición de los rifles de asalto y los cargadores de munición de alta capacidad.
"No necesitamos esperar un minuto más, y mucho menos una hora para tomar medidas de sentido común que salvarán vidas en el futuro", señaló el mandatario.
En estos momentos el Senado cuenta con dos proyectos de ley que fueron adoptados por la Cámara Baja y que tienen como objetivo cerrar vacíos legales en el sistema de verificación de antecedentes.
El líder de la mayoría mínima en el Senado, Chuck Schumer, demócrata por Nueva York, comentó que atendería el asunto pronto.
Por otra parte, el líder de la minoría en el Senado, Mitch McConnell, republicano por Kentucky, anticipó que su grupo analizaría las propuestas de reforma de armas de los demócratas y "tendría una discusión completa y sólida", pero arrojó dudas sobre la posibilidad de un acuerdo bipartidista.
"Ha habido diferencias filosóficas profundamente arraigadas entre republicanos y demócratas sobre cómo lidiar con la violencia armada", dijo McConnell a los periodistas.