Triste destino en el que le ha tocado existir al pueblo cubano desde que en 1959, un expandillero con ínfulas de revolucionario, buen manipulador de la emoción popular, junto a un “conclave” de seguidores y cómplices, impuso en Cuba una dictadura totalitaria y foránea, marxista y soviética, que desvió todo el curso histórico de la nación.
La inconformidad con aquel régimen extraño provocó una extraordinaria estampida de gran parte del pueblo cubano, en un éxodo masivo que no ha cesado, a pesar de los más de cincuenta años de permanencia de ese gobierno.
De tal suerte, ahora, tras tantos años de éxodo como escapada, miles y miles de cubanos escenifican una nueva crisis internacional, con la fuga a través de países de Centroamérica hacia los Estados Unidos, cuando esa caravana insólita se estanca en la frontera de Costa Rica y Nicaragua, al negarse el gobierno de este país a seguir permitiendo el paso de los cubanos en su rumbo hacia Norteamérica
Ya se ha hablado bastante de esto, que ha sido noticia y apremio internacional. Y ya para nadie es un secreto lo que hay en el fondo de este nuevo impulso migratorio del desdichado pueblo cubano: Es el modo tramposo, de mafia política, de negociar desde una posición de fuerza y chantaje muchos de sus “diferendos” con otros países, el gobierno castrocomunista. En este caso, una vez más, con los Estados Unidos.
Entre las exigencias altaneras que el jefe de la dictadura cubana, Raúl Castro, ha hecho a los Estados Unidos para el restablecimiento de relaciones diplomáticas está la derogación de la Ley de Ajuste Cubano. la cual , la cual no puede el Ejecutivo norteamericano derogar, sino que es función del Congreso.
Inicialmente, al echar a correr la maquinaria de este tortuoso plan, el gobierno castrocomunista tuvo la complicidad de el de Ecuador: libre entrada de cubanos a ese país, de modo que, desde éste, partía la gran caravana hacia la frontera de Estados Unidos, a través de países de Centroamérica. Entonces el gobierno cubano contó con la complicidad del de Nicaragua y, como cumpliendo una orden, éste cerró la frontera con Costa Rica, llegando a congregarse allí cerca de ocho mil cubanos. Crisis que Costa Rica no puede soportar dentro de sus posibilidades objetivas.
Así las cosas, el gobierno castrocomunista crea la situación propicia para acusar a Estados Unidos como responsable del conflicto, culpando a la Ley de Ajuste Cubano, cuya derogación fue una de las exigencias para las relaciones diplomáticas.
De inicio, Costa Rica acude al auxilio centroamericano en su organización o sistema de integración de los mismos (SICA), sin encontrar apoyo urgente, ante la reiterada intransigencia de Nicaragua. Luego, en consulta al efecto del gobierno cubano con Ecuador y Nicaragua, al primero de estos se le asigna que en lo adelante exija visa de entrada en el mismo a los cubanos, y a Nicaragua el mantenerse en su posición intransigente.
A poco se ha estádo planeando una situación de emergencia de los países de Centro América, de la que solo Nicaragua mantiene su invariable posición. De modo que el gobierno castrocomunista ha manipulado este conflicto para atacar a Estados Unidos – ante la dificultad de su Ejecutivo- haciendo al país del Norte responsable, al mantener la Ley de Ajuste Cubano, obligándolo desde esa posición de fuerza a la derogación de dicha Ley.
¿Es esta la primera crisis provocada por la mecánica tramposa del gobierno castrocomunista en similares conflictos con Estados Unidos?. No. Recuérdese la de la salida multitudinaria de cubanos por el puerto de Camarioca, en 1965; la situación que llevó al éxodo de más de cien mil cubanos por el puerto del Mariel; la crisis de los balseros en 1994. Ahora la crisis de Costa Rica es una página más del expediente de táctica tramposa (de indudable marca de mafia política) del régimen castrocomunista
En torno a esta última crisis, cabe una vaga pregunta que muchos se hacen: ¿Cómo contempla, específicamente el Ejecutivo norteamericano, este conflicto en el rejuego político con el régimen cubano?.