MOUNTAIN VIEW.- DPA
Aunque el objetivo de estudiar 20.000 estrellas puede parecer ambicioso, en realidad es sólo una cantidad mínima de la vecindad cósmica del Sistema Solar: en la Vía Láctea hay unos 300.000 millones de estrellas
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Los científicos estadounidenses quieren ampliar su búsqueda de vida extraterrestre, para lo cual en los próximos dos años se estudiarán 20.000 estrellas enanas rojas en búsqueda de señales radioeléctricas artificiales, según informó el instituto SETI la noche del miércoles en Montain View.
Los investigadores del SETI (Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre, por sus siglas en inglés) auscultan desde 1984 el Universo en busca de vida extraterrestre, hasta ahora sin éxito. Con la gran campaña de observación que plantean ahora quieren ampliar su búsqueda a las estrellas enanas rojas.
Los investigadores de este instituto sin ánimo de lucro trabajan con modernos radiotelescopios para intentar interceptar señales radioeléctricas.
"En el pasado, las estrellas rojas -relativamente frías- recibieron relativamente poca atención por parte de los investigadores del SETI", explicó en un comunicado Jon Richards, uno de los trabajadores del instituto. "Eso se debe a que los científicos hicieron la suposición aparentemente plausible de que otras especies inteligentes se encontrarían en planetas que orbitasen estrellas similares a nuestro Sol", agregó.
Por el contrario, las enanas rojas no se consideraban un destino prometedor ya que sus zonas habitables son mucho más escasas que en estrellas más grandes. Los astrónomos consideran zonas habitables las áreas alrededor de las estrellas en las que las temperaturas permiten la existencia de agua líquida, requisito para la existencia de vida tal como la conocemos.
Incluso aunque podría haber planetas en la zona habitable de una enana roja, estos orbitan tan cerca de sus astros que normalmente siempre muestran la misma cara a la estrella. Eso supondría, según las suposiciones de los astrónomos, que en la cara diurna haría un calor insoportable y en la nocturna un frío helador, dándose unas malas condiciones para la existencia de vida.
Nuevos descubrimientros muestran, sin embargo, que los posibles océanos y atmósferas de esos planetas podrían distribuir mejor de lo que se pensaba el calor entre las caras diurna y nocturna, apunta el SETI. Según las investigaciones actuales, entre una de cada seis o de cada dos enanas rojas tienen planetas en su zona habitable.
Además, estas estrellas brillan durante mucho tiempo, de media varios miles de millones más que las similares a nuestro Sol. "Los sistemas solares más antiguos tuvieron más tiempo para producir especies inteligentes", señaló el astrónomo de SETI Seth Shostak. "Tres cuartas partes de todas las estrellas son enanas rojas", agregó.
Aunque el objetivo de estudiar 20.000 estrellas puede parecer ambicioso, en realidad es sólo una cantidad mínima de la vecindad cósmica del Sistema Solar: en la Vía Láctea hay unos 300.000 millones de estrellas. El observatorio desde el que trabaja el SETI puede observar hasta tres estrellas a la vez.
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