domingo 27  de  abril 2025
DESAMPARADOS

Comerciantes de Hialeah agobiados por indigentes piden ayuda

Traspasan sus negocios, molestan a los clientes, ensucian las áreas, se bañan en público: es el panorama descrito por dueños de negocios afectados por la presencia de desamparados

Diario las Américas | CÉSAR MENÉNDEZ
Por CÉSAR MENÉNDEZ

MIAMI. - Comerciantes del oeste de Hialeah enfrentan un verdadero desafío debido a la presencia de indigentes en el centro comercial donde desarrollan sus negocios. Estos acceden a los locales, molestan a los clientes, roban manteles, ensucian las áreas, se bañan desnudos en público y, cuando acuden a las autoridades policiales, estas no saben cómo lidiar con el problema, según testimonios de los afectados.

Desesperados, los comerciantes de Gratigny Plaza, antes de que la situación se vuelva insostenible, acudieron a DIARIO LAS AMÉRICAS para visibilizar el delicado tema que les preocupa.

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Luis Velasco, y Zunay Rabelo, dueños del restaurante ‘La Taberna de Ignacio’.

Luis Velasco, y Zunay Rabelo, dueños del restaurante ‘La Taberna de Ignacio’.

Hialeah Oeste

“Desde hace un par de años, muchos indigentes están llegando a esta área. Acampan debajo de la rampa del Palmetto, en la salida de la Calle 68 del oeste, en una especie de bosquecito que hay en la autovía”, explicó Luis Velasco, junto a su esposa Zunay Rabelo, dueños del restaurante ‘La Taberna de Ignacio’. Con ellos recorrimos las zonas verdes de la 20 Avenida del oeste, donde se observan varios carritos de compra de supermercados, bicicletas y enseres de las personas sintecho, un verdadero campamento.

“Ellos duermen ahí en esa área y, por la noche, nos llevan la mantelería y las servilletas de tela que usamos viernes y sábados en nuestro negocio”, indicó el dueño, contrariado.

Desnudos a la luz del día

“Tenemos un video de vigilancia donde se puede ver a uno de los indigentes desnudo a plena luz del día, cuando nuestros clientes están almorzando. Mucha gente se asusta con su presencia y esto afecta a nuestro negocio”, explicó Velasco, quien gerenta el restaurante desde hace casi 10 años.

“Uno de estos días, un indigente estaba acostado prácticamente en la puerta del restaurante. Llamamos a la policía, y el agente nos informó que no podía hacer nada porque el indigente no estaba dentro del negocio. ¿Te imaginas? Estaba estorbando a los clientes”, afirmó Velasco con resignación.

Velasco reconoce que tiene una buena relación con los policías de la ciudad —“algunos visitan el negocio”—, pero le molesta que no tengan manera de actuar.

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Miguel Granja, dueño de un taller mecánico.

Miguel Granja, dueño de un taller mecánico.

Ensucian todo

Miguel Granja, dueño de un taller mecánico en el centro comercial desde 2016, afirma sentirse molesto por la suciedad que dejan estos desamparados frente a su negocio. “Duermen, ponen colchones y todas sus cosas afuera. Llamamos a la gerencia del shopping y no pueden hacer nada, y la policía tampoco”.

Desde el punto de vista de seguridad, “no sabemos qué puede suceder porque esta gente está drogada”, evaluó.

Invaden los negocios

Leonardo Basario, dueño del salón de belleza ‘Sensation Beauty Salon’, quien trabaja en el centro comercial desde hace 20 años, expresó su preocupación por el aumento significativo de indigentes. Señaló que esta realidad ha generado situaciones perturbadoras que podrían afectar la seguridad y la comodidad de sus clientes.

Falta de seguridad

“La semana pasada, entró uno [un desamparado] aquí y se sentó. Tenía muy mal aspecto. Eso me afecta el negocio. Le tuve que decir que se fuera”.

“Esto es un salón de belleza donde vienen mujeres que se pueden sentir amenazadas. Es una situación que nos comienza a afectar”, reconoció.

“Hace unos días, vi un video de otro indigente bañándose bajo la lluvia semidesnudo”.

“Creo que el alcalde debe tomar medidas. Es la persona más indicada para evitar que esto continúe ocurriendo”.

Por su parte, Chavela, que trabaja en la clínica Miguel A. Chamah M.D. P.A., sostuvo que el día anterior tuvieron un incidente “con un joven indigente, que nos dio mucha pena. Él entró a la consulta y se sentó. No sabíamos cómo sacarlo. Nuestro lobby estaba lleno de pacientes. Estuvo media hora sentado tranquilo. Un momento de mucha tensión. Cuando decidió salir, coincidió en la puerta con un paciente que pretendía entrar y el indigente lo insultó. El paciente dio media vuelta y se montó en el carro con su esposa. Pero el indigente lo siguió increpando”.

Chavela se quejó de la inseguridad y problemas de higiene que generan. “Tienen la parte de atrás del shopping llena de basura. No hay seguridad, comen ahí afuera y dejan todo desordenado”.

Inocencia Josefina, quien todos los días termina de trabajar a las once de la noche, confiesa no sentirse segura. No obstante, pide que se ayude a los indigentes, “algunos de los cuales tienen problemas mentales”.

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Luis Velasco señala donde duermen los indigentes.

Luis Velasco señala donde duermen los indigentes.

Impedirles que acampen

Todas las personas que dieron su testimonio coinciden en que mientras se les permita acampar en las áreas verdes del Palmetto, ellos siempre irán al centro comercial a buscar comida, a bañarse en público y a dormir, sobre todo los días de lluvia. “Estas áreas deben limpiarlas e impedir que acampen”, indicó Rabelo.

Solicitan más presencia policial, que patrullen el área, que desmonten el asentamiento y que ayuden a los indigentes, principalmente a los enfermos mentales.

Un asunto sensible

Al conversar con José Torres, segundo jefe de policía de Hialeah reconoció no estar al tanto de lo que ocurría en ese centro comercial. No obstante, explicó cómo actúa habitualmente la policía ante estos casos.

“Cuando recibimos una llamada, enviamos a nuestros oficiales, hacemos contacto con la persona desamparada y le ofrecemos asistencia. Si aceptan, les trasladamos a Camillus House o cualquier otra instalación asistencial disponible. Pero, si el indigente rechaza la ayuda y se encuentra en un lugar público o privado, se le pide que se marche y se le advierte que no pueden establecerse ni dormir en el sitio”.

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José Torres, segundo jefe de policía de Hialeah.

José Torres, segundo jefe de policía de Hialeah.

Problema social

“El problema no solo es de la ciudad de Hialeah, eso ocurre en el condado de Miami-Dade y a nivel nacional. Cuando nosotros solicitamos a los indigentes desalojar un lugar, la mayoría de las veces se van sin resistencia, pero se establecen en otro sitio porque esta gente no tiene dónde vivir. Es una labor constante de la policía, que hacemos con la ayuda de los comerciantes y los residentes. Nuestro propósito es mantener nuestra ciudad limpia y segura. No es algo que tenga fácil solución. Pero, nosotros insistimos en buscar asistencia para los indigentes que la necesitan para sacarlos de la calle”.

Torres recomendó a los comerciantes recurrir siempre a la policía, ya que los dueños de negocios están amparados por el derecho de admisión. “Si un agente acude a una llamada y se encuentra con personas molestando a los clientes, tenemos la potestad de advertirles a petición del dueño que no pueden estar en el centro comercial. Entonces, si esa persona incumple la advertencia, podría ir preso con cargos por traspaso”, es decir, intrusión ilegal a una propiedad privada.

Torres prometió que hablaría con el jefe de la división correspondiente para que se haga cargo de la queja.

Antes de publicar este texto, los comerciantes afectados enviaron una foto a la redacción donde se observa la presencia de una patrulla en el centro comercial, lo que podría significar que las promesas del jefe policial no cayeron en saco roto.

Según Homeless Trust Census, en Miami-Dade existen unos 3.800 indigentes, de ellos 1.033 carecen de albergues.

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