MIAMI.-El regreso a clases en el condado Miami-Dade no tuvo mayor diferencia al de otros años lectivos, durante el curso de un verano con temperaturas altísimas. Lo único distinto es la amenaza del zika, que mantiene alerta a la comunidad.
Por ello, el superintendente escolar Alberto Carvalho reconoce que ha tenido más trabajo que en años anteriores, desde que asumió el cargo en 2008. “Esta es una amenaza real que no debe generar pánico, pero sí los controles necesarios de parte del Gobierno y las precauciones de la comunidad”, enfatizó.
El funcionario habló con DIARIO LAS AMÉRICAS durante un recorrido iniciado el domingo y que prosiguió este lunes por 12 escuelas de su jurisdicción, una de ellas Miami Beach Senior High, en Miami Beach, donde como medida de protección contra la propagación del zika se entregaron prendas de vestir y repelentes.
Carvalho descartó, “al menos por ahora”, la posibilidad de realizar fumigaciones en las escuelas de Miami-Dade para atacar posibles criaderos de mosquitos transmisores de la enfermedad. Según dijo: “Todavía no creemos que sea necesario y tampoco queremos generar alarma sino dar y pedir protección a nuestros estudiantes”.
Manifestó que es necesario que los padres de familia tomen precauciones como vestir a sus hijos con camisas de mangas largas y pantalones hasta los tobillos, y que, además, les pongan repelente no solo en la piel sino sobre la ropa.
El regreso a la escuela
Pese a las precauciones sugeridas por las autoridades, el ambiente que se observó en el primer día de clases en las 392 escuelas del Gran Miami fue de relativa normalidad.
En centros de estudio como Arvida Middle School, en el sector de Kendall, se registraron congestiones de tráfico sobre la avenida 127, en inmediaciones de la calle 109 del suroeste, y por tanto algunos conductores debieron usar las aceras de viviendas vecinas a la escuela para parquear provisionalmente y luego conducir a sus hijos hasta el establecimiento educativo.
“Esto es siempre, pero hoy como es el primer día de clases está mucho peor”, dijo una vecina del lugar que solo se identificó como Marta.
En otra área de Kendall, en los alredores de Dante B. Fasccell Elementary School, un elevado número de conductores apostaron sus vehículos sobre la hierba del separador central de la avenida 157 a la altura de la calle 80 del suroeste, creando caos momentáneo.
Entre tanto, en otros sectores de Miami-Dade hasta el mediodía de este lunes no se habían reportado “grandes problemas” en el inicio del período escolar 2016-2017, en el que están matriculados alrededor de 345.000 estudiantes.
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