domingo 24  de  marzo 2024
FLORIDA

Comienza juicio por fraude contra Andrew Gillum

Quien estuvo a punto de ganar las elecciones a Ron de Santis en 2016 enfrenta varios cargos por mentir, conspiración y fraude electrónico
Por JESÚS HERNÁNDEZ

MIAMI.- El exalcalde de Tallahassee Andrew Gillum, que perdió por poco las elecciones a gobernador de 2018 ante Ron DeSantis, por solo 0.40% del voto, finalmente enfrenta un juicio federal por corrupción, donde los puntos de vista parecen contrastar.

Según los informes de prensa del juzgado de Tallahassee, la antigua estrella en ascenso del Partido Demócrata de Florida, que fue acusado de 21 cargos hace un año, fingía no aceptar sobornos de agentes encubiertos del FBI o, como alegan los fiscales, en realidad se negaba a aceptar sobornos.

Por una parte, la fiscalía alega que el hermano de Gillum sabía todo lo que este hacía, mientras el equipo de defensa estima que el hermano dijo cosas que no sucedieron.

Lo cierto y probable es que la forma que ambos bandos presenten el caso determinará la opinión del jurado sobre Gillum, quien enfrenta cargos de mentir al FBI y conspiración, así como 17 acusaciones de fraude electrónico.

El fiscal federal adjunto Gary Milligan describió una complicada red de contribuciones, transacciones bancarias y mensajes de texto que, según dijo, muestran a Gillum conspirando con su mentora y coacusada, Sharon Lettman-Hicks, para desviar parte del dinero de campaña a sus cuentas.

Milligan argumentó que Gillum estaba desesperado por dinero después de dejar un trabajo de 120.000 por año con la organización People for the American Way en 2016 para postularse para gobernador de Florida.

Con solo su salario de alcalde de 70.000 por año, la situación financiera de Gillum "no era ideal", señaló Milligan. Tenía deudas, incluidos dos autos caros, empleadas domésticas y pagos de escuelas privadas para sus hijos.

Para compensarlo, Lettman-Hicks “lo puso en la nómina de su empresa, P&P Communications, pero la empresa no ganaba suficiente dinero”, según Milligan. En cambio, a la compañía se “le estaba pagando en contribuciones de campaña para hacer esfuerzos para promover el voto y otros trabajos que no ocurrieron”, aseguró.

Al mismo tiempo, agentes encubiertos del FBI, que se hacían pasar por urbanistas, investigaban la corrupción de Tallahassee. Milligan dijo que su objetivo inicial era el constructor J.T. Burnette, quien ahora cumple una sentencia en una prisión federal por cargos de corrupción.

En ese momento, Gillum no estaba en la “pantalla de radar” del FBI, comentó Milligan, pero los agentes encubiertos llegaron al amigo de Gillum, Adam Corey.

Los agentes se hicieron amigos del hermano de Corey y Gillum, Marcus. Los agentes fingieron estar interesados en construir proyectos urbanísticos en Tallahassee y propusieron contribuciones de campaña a cambio del apoyo de Andrew Gillum para los proyectos.

Según la fiscalía, Gillum les dijo repetidamente a los agentes encubiertos que deberían “separar mentalmente” la idea de vincular las contribuciones de campaña a los proyectos.

Milligan dijo al jurado que Gillum “estaba tratando de tener las dos cosas: aceptando sobornos sin reconocer que estaba aceptando sobornos”.

“Quería, pero no quería asumir la responsabilidad”, sostuvo Milligan.

En última instancia, Gillum “no aceptó un soborno”, reconoció Milligan ante el jurado.

De esta manera, el Gobierno federal acusa a Gillum de solicitar contribuciones políticas con pretextos, desviar el dinero a través de la compañía de comunicaciones de Lettman-Hicks y luego distribuir el dinero a Gillum.

Aunque los fiscales tienen horas de llamadas telefónicas grabadas, mensajes de texto, correos electrónicos y extractos bancarios, hasta ahora hay pocas pruebas de que Gillum organizaba una trama de fraude. Sin embargo, el fiscal Milligan afirmó que Gillum “trabajaba a través de otras personas”.

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