MIAMI.-Afuera de la iglesia de Saint Louis, un bus rojo que permanece estacionado llama la atención de los fieles que salen de la misa. En letras blancas, se lee: Big Red Bus [Gran Bus Rojo] y, más arriba: Get on the bus and give blood today [Entra al bus y dona sangre hoy, por su traducción].
Algunos feligreses atienden al llamado, en este caso, de la compañía One Blood [Una Sangre], cuya misión es “mejorar la salud y el bienestar de los demás” a través de su trabajo “con sangre y productos de células madre” y facilitar “la investigación científica”.
Sandra, una nicaragüense de más de 60 años, se acerca de tanto en tanto, más o menos cada tres meses, al bus rojo para donar su sangre. Sigue el precepto de One Blood de que la razón para donar es simple, ayudar a salvar vidas.
Antes de llegar a la camilla donde se realiza la donación de la sangre, Sandra completa un formulario en el que se le hacen numerosas preguntas y aclaraciones sobre el proceso. Le explican, en primer lugar, que la sangre tiene cuatro componentes principales, glóbulos rojos, plaquetas, plasma y glóbulos blancos, y que cada donación de sangre entera tiene el potencial de salvar hasta tres vidas.
De hecho, cada dos segundos de cada día —según esta iniciativa médica— alguien necesita sangre. “Dado que la sangre no se puede fabricar fuera del cuerpo y tiene una vida útil limitada, el suministro debe ser abastecido constantemente por generosos donantes de sangre”, dice en su portal web One Blood, en tanto a convertirse en “el sistema de sangre de clase mundial líder en la innovación de nuevos servicios, tecnología e investigación”, que tenga “un impacto positivo en la seguridad y disponibilidad de los productos sanguíneos”.
“La mayoría de las personas no piensan ni se dan cuenta exactamente de dónde proviene esa unidad de sangre que recibieron y cómo llegó allí. Hay un elaborado camino de coordinación y esfuerzo para que esa unidad salvavidas esté disponible”, se lee en la web de One Blood, la cual detalla “el viaje desde el donante hasta el hospital” e insiste en que cuando se completa la donación, “un mensajero lleva la unidad a un centro de procesamiento mientras los tubos de muestra se envían al laboratorio para su análisis”.
Las muestras de cada unidad de sangre se envían a un laboratorio central para someterse a un total de 18 pruebas, incluidas las de VIH, hepatitis y virus del Nilo Occidental.
Luego del análisis, si todo está bien, los mensajeros entregan los pedidos a los hospitales. “¡Nuestros mensajeros manejan alrededor de 2 millones de millas al año!”, explica One Blood y detalla que tanto glóbulos rojos como plaquetas y plasma se pueden donar, pero aclara que hay formas muy específicas en las que los tipos de sangre y los componentes de la sangre deben coincidir para una transfusión segura.
Cada año, One Blood emplea alrededor de 4 millones de tubos de ensayo. El procesamiento e inventario implica que tras la llegada a los laboratorios, la sangre se procese en sus componentes utilizables, se etiqueten una vez que se obtengan los resultados de las pruebas y se liberen los lotes. Los hemoderivados se envían a los HUB de distribución en espera de pedidos hospitalarios.
Aunque una donación se realiza de manera voluntaria con la motivación de ayudar a salvar vidas, compañías como One Blood entregan a los donantes botellas de jugo (648,878 a lo largo del año pasado), botellas de agua (831,792) y galletas (1,302,720). También se le entrega una tarjeta de recompensa, de unos 20 dólares, al donante, y una camiseta con letrero en el que se le reconoce el mérito por su labor humanitaria. Las camisetas pueden ser temáticas, como las que se entregaron a los donantes en estos días previos a la celebración de San Patricio.
“Vengo a donar bastante seguido, me gusta ayudar y, como tengo la hemoglobina siempre alta, no es un problema”, explica Sandra, si bien reconoce que es importante conocer los parámetros del organismo, en particular las tasas de hierro y entender que para algunos las pérdidas de este pueden ser irreparables.