“Exitosas son quienes tratan de alcanzar grandes cosas. Quienes sean muy decididas, trabajadoras, que hablen y sepan escuchar. El éxito se da desde tener una familia hasta ser un profesional”, sostuvo.
Levine-Cava nació en Nueva York y vivió parte de su adolescencia en Latinoamérica. Más tarde, obtuvo su licenciatura en psicología con honores y títulos de posgrado en derecho y trabajo social.
“Tengo 65 años y he hecho muchas cosas en mi vida. Y, sin saber que algún día sería alcaldesa, me esforcé para conocer el sector empresarial, las comunidades que luchan por mejorar, los problemas de los inmigrantes, la necesidad de vivienda asequible, las carencias de las familias y sus hijos, de las personas mayores”, resumió.
Familia
En 1980 Levine-Cava llegó a Miami para unirse a su esposo, el Dr. Robert Cava, oriundo de la ciudad, quien regresó a casa para trabajar con su padre en la práctica médica. Juntos criaron a dos hijos, Eliza y Edward, y eso también le hace una mujer de éxito.
“Considero a mis hijos mi mayor logro. Tuve una familia muy solidaria que nos ayudó mucho con los niños, y entre todos logramos que resultaran ser maravillosos”, subrayó.
Daniella viajó por América Latina, donde se familiarizó con la cultura hispana y aprendió español.
“Fui muy afortunada porque mi padre era un hombre de negocios y viajaba por el mundo. Con él vivimos en varios lugares. En Vancouver, Canadá, cuando tenía unos 10 años, después un par de años en Brasil y más tarde Chile, donde aprendí español e interactué con gente de todo el mundo en la escuela. Creo que esa experiencia, de conocer personas de otros lugares, fue fundamental para abrir mi horizonte hacia otras culturas. Y eso realmente abre los ojos. Así nos damos cuenta de que los estadounidenses no somos el centro del mundo. Que hay mucho que aprender de otros lugares”, afirmó.
Sociedad
Como activista comunitaria y funcionaria pública, la familia ha sido una prioridad en sus ocupaciones diarias. Bastaría notar la sensibilidad que proyecta cuando una madre se le acerca para contarle sus problemas. ¿Sería diferente si la alcaldesa no fuera mujer?
“Pienso que fui muy afortunada durante mi niñez y adolescencia y creo categóricamente que todos los niños y jóvenes deben ser queridos, cuidados y tener una vida productiva”, confirmó.
Aplicar conocimientos académicos en la vida diaria es tarea imprescindible para cualquier diplomado y funcionario público. Al fin de cuentas, se trata de mejorar las condiciones de vida.
“Aplico esos conocimientos todos los días de mi vida, de una manera u otra”, resaltó.
Por ejemplo, la psicología, que trata las relaciones humanas, “nada sucede si no hay buenas relaciones humanas. Hay que entender y comprender las motivaciones de las personas. Hallar esas motivaciones. Comprender sus intereses y llegar al punto en el que podamos trabajar juntos para hacer las cosas que se necesitan hacer”.
Porque “si se quiere ser efectivo, hay que comprender a las personas”, acentuó.
Respecto al trabajo social, que básicamente consiste en promover los cambios necesarios, el desarrollo y la cohesión social, se aplica para ayudar a las personas.
“Lo más importante que aprendí del trabajo social es que la gente tiene que hacer el cambio por sí misma. Y por ello cito la broma ‘¿Cuántos trabajadores sociales se necesitan para cambiar una bombilla?’. No importa la cantidad de trabajadores sociales, la bombilla tiene que querer cambiar”, reflexionó.
En cuanto a derecho, “la ley es el lenguaje del poder para lograr cosas en la sociedad, y por eso la aplico para entender la estructura del poder y hacer los cambios necesarios”, enunció.
Levine-Cava fue electa primera alcaldesa del condado de Miami-Dade en el 2020, mientras la nación celebraba el centenario de la instauración del derecho constitucional del voto para la mujer. La sociedad evoluciona, pero todo parece indicar que faltan cosas por hacer.
“La mujer no goza de igualdad, ni en estatus, ni en salario, ni en la manera que el mundo ve su papel”, afirmó Levine-Cava.
Y alegó: “Personalmente, en mi vida, no tuve que afrontar barreras porque fuese mujer, salvo cuando entré en la política. Entonces descubrí que el lenguaje en la política es muy ‘masculino’. Ha sido una ardua ‘navegación’ para poder llevar una perspectiva femenina a la alcaldía”.
Qué diría a las nuevas generaciones de mujeres sobre el éxito: “Trabajar más duro para estar más preparadas para alcanzar una meta. Por eso, deben tener más confianza en ellas mismas y asumir riesgos. Si no corren riesgos, no aprenden. Es mucho más probable que un hombre se arriesgue y diga ‘Oh, yo puedo hacer eso’, incluso si no tienen ni idea de cómo hacerlo. Tienen que confiar en sí mismas. Y pueden lograrlo. Si no lo intentan nunca sabrán si pueden hacer algo”.