domingo 23  de  noviembre 2025
ELECCIONES 2025

El choque de dos visiones antagónicas por la alcaldía de Miami

La segunda vuelta el 9 de diciembre enfrenta a Eileen Higgins y Emilio González, tras unos comicios en noviembre definidos por la fragmentación del voto

Por Daniel Castropé

MIAMI.— El 9 de diciembre, los votantes de Miami deberán acudir nuevamente a las urnas para definir el rumbo de su gobierno local en una segunda vuelta electoral que se anticipa reñida y determinante.

Tras un periodo administrativo marcado por controversias legales y una alegada desconexión entre el Ayuntamiento y sus residentes, la ciudad busca un nuevo liderazgo capaz de sanear las finanzas y responder, con acierto, a una crisis de asequibilidad.

La elección no solo decidirá al sucesor de Francis Suárez en la silla municipal, sino que validará uno de los dos modelos de gestión radicalmente opuestos que hoy se disputan la confianza del electorado.

El escenario de este balotaje se configuró el 4 de noviembre, durante una jornada electoral general caracterizada por la dispersión del voto y una baja participación ciudadana que reflejó el descontento generalizado.

En la primera prueba electoral, Eileen Higgins, excomisionada de Miami-Dade, demostró fortaleza política al obtener la mayoría con aproximadamente el 36% de los sufragios. Sin embargo, dicha cifra no bastó para evitar la segunda vuelta, requisito indispensable al no superar el umbral del 50% más uno de los votos.

Su rival, Emilio González, coronel retirado del Ejército y exadministrador de Miami, logró asegurar su pase a la final con cerca del 19% de los votos, tras una contienda atomizada donde tuvo que competir contra otros doce aspirantes, incluidos exfuncionarios y figuras locales de renombre.

La campaña hacia el 9 de diciembre se ha desarrollado en un clima de tensión y reproches mutuos, bajo la sombra de lo que ambos candidatos denominan una cultura de "caos y corrupción".

No obstante, la interpretación de este diagnóstico varía sustancialmente entre ambos. Mientras Higgins apela a su experiencia como ingeniera y ejecutiva para proponer reformas estructurales, González invoca su pasado militar y gerencial para prometer orden, jerarquía y un empoderamiento directo del residente frente a la burocracia.

Ambos aspirantes conversaron en exclusiva con Diario Las Américas para desglosar sus planes de los primeros 30 días, sus estrategias frente a la crisis habitacional y sus métodos para devolver la transparencia gubernamental, entre otros temas.

Restauración de la confianza

La prioridad inmediata para quien asuma el cargo será limpiar la imagen del Ayuntamiento, una institución golpeada por escándalos recientes.

Higgins aborda este desafío desde una perspectiva técnica y ética, enfocándose en la eliminación de conflictos de interés.

La excomisionada sostuvo que "restaurar la confianza comienza con la transparencia y una evaluación honesta", por lo que su primera orden ejecutiva apuntaría a una auditoría independiente no solo de las finanzas, sino también de las contrataciones y operaciones.

Higgins puso énfasis en la dedicación exclusiva del funcionario público y prometió una medida que podría generar resistencia interna: "Eliminaré el empleo externo en mi oficina".

Para la candidata, es fundamental que los empleados trabajen "a tiempo completo para los residentes", una clara alusión a prácticas pasadas donde las labores privadas se mezclaban con la función pública.

Por su parte, González dijo apostar por un cambio de cultura organizacional basado en el liderazgo personal y la reestructuración del mando. Su primera acción tangible sería política: "Nombrar un administrador de la Ciudad que piense como yo, que tenga los mismos valores y la misma orientación".

González coincidió en la necesidad de una "auditoría masiva y detallada", pero su enfoque se centra en redefinir la relación entre el burócrata y el ciudadano.

De tal manera, propuso la creación de una "Carta de Derechos" para los residentes, con el objetivo de recordar a los empleados municipales su verdadera función: "Ellos sirven al público; el público no les sirve a ellos".

El exmilitar aseguró que interpreta el “descontento actual” como una “sensación de abandono”, y sumó que "los votantes piensan que su gobierno los ha abandonado, que no los consideran".

¿Propietarios o inquilinos?

El contraste ideológico más profundo entre ambos aspirantes emerge al abordar la crisis de la vivienda, uno de los problemas que más agobia al miamense promedio.

Higgins defendió un modelo progresista y urbanístico, enfocado en la "vivienda para la fuerza laboral" y el desarrollo orientado al transporte. Su estrategia se basa en replicar lo que sostiene haber logrado a nivel condal: construir miles de unidades asequibles utilizando terrenos municipales y reformando el sistema de permisos.

"Todo comienza con la reforma de nuestro deficiente sistema de permisos", explicó Higgins, quien citó como ejemplo de éxito el edificio Magnus Brickell, donde adultos mayores pagan alquileres de 300 dólares en una zona premium. Su visión busca que "maestros, enfermeros, adultos mayores y familias trabajadoras puedan seguir viviendo en nuestra ciudad".

González rechazó de plano este enfoque. "Creo que la gran diferencia es que yo quiero una ciudad de propietarios, y creo que el otro enfoque es una ciudad de inquilinos", sentenció el candidato republicano.

Para González, la solución no reside en subsidios o construcciones masivas de alquiler, sino en el alivio fiscal directo para fomentar la propiedad. Por tanto, uno de sus planteamientos es "eliminar lo que vienen siendo los impuestos de bienes raíces para las casas donde uno vive", bajo el argumento de que el presupuesto de la Ciudad ha crecido casi un 100% en cinco años sin que los servicios mejoren proporcionalmente.

Según palabras del postulante, su objetivo es que el votante pueda "retener la mayor cantidad de dinero en su bolsillo".

Disciplina fiscal y fondos

El manejo de los recursos públicos es otro campo de batalla crucial. Higgins se presenta como una gestora que analiza el presupuesto "como un plano", con lo que antepone su formación de ingeniera para "gastar con prudencia, eliminar el despilfarro y aprovechar la financiación externa".

"No se puede gobernar una ciudad con acuerdos secretos, costos de litigios y favores políticos", apuntó.

Respecto al Bono ‘Miami Forever’, destinado a obras de resiliencia, Higgins afirmó que realizará una auditoría pública inmediata para explicar el retraso de los proyectos y asegurarse, en caso de ganar la elección, de que podrá agilizar "los proyectos listos para iniciar" y entregar a la comunidad la infraestructura prometida.

González, en cambio, dijo mantener una postura de “sospecha profunda” sobre el destino de los fondos. Su demanda de auditoría va más allá del presupuesto ordinario o el bono de 400 millones aprobado durante la administración de Tomás Regalado.

El exadministrador puso la lupa sobre los fondos federales recibidos durante la pandemia: "Durante la época del COVID, el gobierno federal le otorgó a la Ciudad de Miami como 130 o 140 millones de dólares. Vamos a ver qué se hizo con ese dinero", indicó.

González insistió en que "nadie sabe y nadie ha dado explicaciones", tras lo que sugirió un manejo “opaco de recursos millonarios”. Su narrativa se centra en que Miami no es una ciudad pobre, sino una municipalidad que ha gastado sus recursos "de una manera pobre" o ineficiente.

Burocracia

Ambos candidatos coinciden en que el sistema de permisos de construcción y operación de negocios es un obstáculo para el desarrollo, pero difieren en la intensidad de la solución.

Higgins lo ve como un problema de "trabas e interferencia política" que requiere una revisión de procesos para exponer ineficiencias. El enfoque de la excomisionada es “correctivo” y busca modernizar el sistema para facilitar desde la apertura de negocios hasta la reparación de viviendas.

Entretanto, González utilizó un lenguaje contundente para describir la situación, que calificó de "criminal" para los pequeños empresarios que pierden sus inversiones esperando un papel.

"El 100% de las personas con quien yo hablo, me hablan de los permisos", aseguró. Su propuesta no es solo reformar, sino desregular si es necesario: "Voy a buscar una solución radical. Si hay que eliminar algunos, perfecto".

Aun así, González admitió no tener una "varita mágica" inmediata, pero su postura abriría la puerta a cortar la burocracia de raíz para agilizar la economía local.

Seguridad y urbanismo

En materia de seguridad, las visiones vuelven a bifurcarse entre un enfoque integral y uno operativo. Higgins abogó por una seguridad que trascienda la labor policial, integrando el diseño urbano y los servicios sociales.

"Mi enfoque de seguridad pública es basado en una Policía sólida, al tiempo que se mejoran los elementos básicos: mejor iluminación pública, aceras, cruces peatonales", detalló.

Además, defendió el modelo "Vivienda Primero" y la colaboración con trabajadores sociales para atender crisis de salud mental, con lo que buscaría evitar que la Policía cargue con responsabilidades que no le corresponden.

González, apelando a su experiencia, descartó que el problema sea la cantidad de oficiales. "Tenemos el número más alto de policías en la historia de Miami", afirmó. Para él, la falla es de liderazgo y estrategia de despliegue.

Asimismo, cuestionó la distribución actual de la fuerza: "¿A qué vecindarios les estamos dando protección?", preguntó el candidato, para quien la administración actual habría priorizado la seguridad de las grandes inversiones y los nuevos desarrollos de lujo, “olvidando a la gente que hizo patria aquí”.

Planificación urbana y movilidad

Higgins, al ser consultada sobre el impacto del Plan SMART y el riesgo de gentrificación, ofreció una respuesta detallada basada en el "desarrollo orientado al transporte".

La candidata, según dijo, estaría de acuerdo con la densificación alrededor de las estaciones como una forma responsable de crecer y permitir que las familias ahorren al no depender de un automóvil.

"Cuando una familia no necesita un automóvil para ir al trabajo, ahorra cientos de dólares cada mes", argumentó.

La postura general de González sobre el desarrollo urbano se alinea con la protección del residente local frente a los grandes intereses externos. Desde esa perspectiva, el exadministrador resaltó que "al ciudadano lo han dejado atrás" mientras se corteja a "grandes empresas".

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