MIAMI.-SERGIO OTÁLORA
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El supeintendente Alberto Carvalho hizo énfasis en que este año “pudimos eliminar las escuelas calificadas con F en los distritos 8 y 9. Ahora el sur no tiene ningún colegio calificado con la nota más baja”
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Este año es especialmente significativo que el Condado Miami-Dade haya logrado obtener unas calificaciones superiores al promedio del estado o de otros condados. Ahora, los estándares de evaluación son más complejos y duros, como no lo eran en años anteriores.
“De hecho a través del estado vemos un declive. Y en especial en las escuelas de secundaria. Cayó el número de escuelas calificadas con A y B. Como un todo, el número de escuelas en el estado calificadas como A cayó de manera significativa en los niveles elemental, intermedia y secundaria. No vemos ese impacto significativo en la situación de las escuelas del Condado Miami Dade”, indicó este lunes el superintendente Alberto Carvalho.
Detalló que la formula actual de evaluación en la Florida tiene dos dimensiones. “Primero, es un reconocimiento a un desempeño constante, consistente, en matemáticas, lectura y ciencias. Y segundo está basada en ganancias en aprendizaje. Es la diferencia entre lo que un estudiante demostró el año pasado con lo que es capaz de demostrar este año como avance”.
Este cambio en las evaluaciones hizo que la comunidad educativa del sur de la Florida preparara “a las comunidades para lo que sería el segundo año en un declive significativo en el desempeño académico”, explicó Carvalho.
Buenas noticias
Rodeado de los directores de las escuelas que lograron los cambios más dramáticos en el último año y de altos funcionarios del distrito escolar, Carvalho se preguntó qué pasa en las escuelas de los grandes centros urbanos de la Florida y del Condado. “Uno de nuestros esfuerzos ha sido mejorar, de manera estructural, las escuelas más frágiles de esas zonas. En un año en el que subieron los estándares de desempeño académico, el condado Miami Dade supera al estado en ese campo”.
Así lo indican los números dados a conocer por el distrito escolar de Miami-Dade. 30% de sus escuelas obtuvo calificación de A, al tiempo que el promedio de la Florida fue del 23%. El 88% de las escuelas de Miami Dade obtuvo calificaciones de A, B o C, mientras que el promedio estatal fue de 85%.
Carvalho destacó el trabajo de los directores de escuelas localizadas en sectores de gran pobreza, con una incidencia muy alta de delitos de toda clase. Uno de esos casos fue el de la escuela elemental Jesse J McCrary, de Little River, que paso de F, en 2015, a C, en 2016. Colegio dirigido por Maria Calvet-Cuba, el superintendente lo señaló como “uno de los más frágiles del distrito, que recibió una inversión de un millón de dólares, para apoyar el trabajo que se hizo en esa institución”.
Los ejemplos
Pero uno de los grandes cambios fue el de la escuela elemental Shadowlawn, dirigida por Gwendolyn Haynes-Evans, que obtuvo B, este año, y en 2015 había sacado F. Esa institución queda en una zona de gran pobreza, “de gran violencia a su alrededor, con cifras altas de desempleo o personas con trabajos de pocas horas a la semana”, especificó el superintendente.
Carvalho hizo énfasis en que este año “pudimos eliminar las escuelas calificadas con F en los distritos 8 y 9. Ahora el sur no tiene ningún colegio calificado con la nota más baja”. También recalcó que, por cuarto año consecutivo, ninguno de los colegios de secundaria del Condado tiene una calificación de F.
Señaló que “nuestras tasas de graduación son mayores que las del estado y el promedio es mayor que los de otros centros urbanos, a pesar de los altos niveles de pobreza de los nuestros”. Explicó que en el condado hay 73.000 estudiantes que aún estudian inglés. Esos jóvenes también deben presentar los exámenes y han obtenido “avances académicos significativos”. Especificó que 23.000 estudiantes del condado no nacieron en Estados Unidos.
“El estado publica todos los años la lista de las 300 escuelas de menor desempeño académico en términos de lectura. El condado pudo sacar de esa lista a 14 colegios, los más frágiles del distrito”.
A pesar de esos logros subrayó que aún hay mucho trabajo por hacer, que esas estadísticas son ya pasado, “hay que seguir luchando por incrementar la calidad académica”.
“El reto es lograr que cada estudiante llegue todos los días al colegio”
Gwendolyn Haynes-Evans es la directora de la escuela elemental Shadowlawn, queda en el corazón de Liberty City y, en medio de enormes dificultades, logró el milagro de subir la calificación de su escuela, en cuestión de un año, de F a B.
“Estamos localizados en una comunidad con grandes desventajas económicas, algunos estudiantes no tienen padres y viven en hogares substitutos. Tenemos el reto de ser exitosos en las evaluaciones. En nuestra escuela hay un ambiente muy positivo”, indicó Haynes-Evans.
Ella ha experimentado que, de primera mano, que padres, profesores y estudiantes están comprometidos. “Y a pesar de las dificultades que enfrenta nuestra comunidad, nuestros estudiantes se les estimula para que hagan lo mejor y que no hay nada lo suficientemente difícil que ellos no puedan lograr”, añadió.
“El gran reto en nuestro colegio es que haya un mayor compromiso de los padres en la educación de sus hijos”, recalcó Haynes-Evans. “Hay muchas familias con un solo padre, no pueden ir a las reuniones porque están trabajando, en dos o tres trabajos. Visitamos los hogares y tratamos de que los padres se envuelvan”, explicó
Los padres por supuesto juegan un gran papel, pero el reto supremo de las autoridades es estar seguros de que cada niño venga al colegio todos y cada uno de los cinco días de la semana, enfatizó la directora de esta institución que lucha cada minuto por derrotar esa “estrecha relación que hay entre bajo desempeño académico y pobreza”, como lo dijo Carvalho.
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