MIAMI. - La final de la Copa América entre Argentina y Colombia en el Hard Rock Stadium se vio empañada por un clima de caos y violencia, con saldo de 27 arrestos y 55 expulsiones, según informó la policía de Miami-Dade.
Un clima de caos y violencia en la final de la Copa América dejó 27 arrestados y 55 expulsados, lo que empañó un evento deportivo que debía ser una celebración
MIAMI. - La final de la Copa América entre Argentina y Colombia en el Hard Rock Stadium se vio empañada por un clima de caos y violencia, con saldo de 27 arrestos y 55 expulsiones, según informó la policía de Miami-Dade.
El domingo por la noche, horas antes del inicio del partido, una multitud de aficionados desató una escena aparentemente fuera de control. Con un comportamiento desordenado, saltaron barandillas de seguridad, corrieron hacia los oficiales y el personal del estadio, creando escenas de pánico y confusión.
Algunos asistentes incluso se enfrentaron a la policía en un intento de acceder a las zonas restringidas del recinto.
Entre los detenidos se encuentra Ramón Jesurún, de 71 años, presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, quien fue arrestado junto a su hijo por agredir a varios guardias de seguridad del estadio.
Según informa el canal Local 10, otros arrestados incluyen:
Cabe destacar que Beltrán Martínez y Mayorga también fueron detenidos por órdenes de inmigración.
Las imágenes del estadio mostraron un escenario de destrucción y vandalismo. Barandillas de las escaleras mecánicas destrozadas, zapatos, latas de refresco, gafas y ropa abandonadas.
Las barandillas del puesto de control en la entrada suroeste del estadio quedaron dobladas por la presión de la multitud.
La policía de Miami-Dade desplegó más de 800 agentes para controlar la situación, pero la magnitud de los incidentes evidenció una aparente falta de control de la seguridad en el evento deportivo.
Las autoridades siguen investigando los hechos para determinar las causas de la violencia y para identificar a más responsables del caos.
La final de la Copa América, un evento que debería haber sido un momento de celebración para los fanáticos del fútbol, se convirtió en una noche de violencia y descontrol.