MIAMI.- El tsunami de escasez de fármacos en el país a medida que más hospitales y sistemas de salud luchan por controlar el aumento exponencial de la carga de pacientes con coronavirus, no ha impactado Florida donde los centros de atención médica vienen reportando provisiones de fármacos clave, aunque esto podría cambiar con los días.
Si la curva infección cumple sus peores pronósticos para las próximas dos semanas, entre 130 y hasta 400 muertes por día, la red de salud del estado podría verse desbordada, como advierten las autoridades federales, razón por la que el gobierno estatal prepara hospitales ambulatorios y recursos de la reserva nacional para dar respuesta urgente.
En el peor de los escenarios, para el 15 de abril, se estima que Florida requerirá hasta 1.037 respiradores y más de 1.220 camas en la unidad de cuidados intensivos, según un modelo estadístico del Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington, el cual es utilizada por la Casa Blanca para sus pronósticos.
Conforme aumenta el impacto de la pandemia, con Estados Unidos como epicentro mundial, los cerca de 6.700 hospitales del país que atienden a los pacientes con Covid-19, la enfermedad provocada por el nuevo coronavirus, trabajan a codo con los departamentos de farmacia para mantener el ritmo de las provisiones, no solo de insumos médicos, sino fármacos clave como anestésicos y broncodilatadores.
Con de 15.900 casos reportados en Florida y 358 muertes hasta el jueves 9 de abril, la red de salud del estado con 315 hospitales y 40 departamentos de emergencia independientes, viene observando un aumento gradual de las hospitalizaciones e infectados, sobre todo en los condados más poblados como Miami Dade y Broward, lo que podría afectar la capacidad de atención y suministros.
Un grueso de hospitales de Florida reportó una dotación cercana al 100% de suministros de medicamentos como antivirales, broncodilatadores y antimaláricos, eficaces en el tratamiento por Covid-19, según la última encuesta elaborada por Premier INC, una de las mayores corporaciones del país dedicada a prestar servicios de mejora de atención médica y compras grupales con alianza de 4,000 hospitales y 175,000 proveedores.
De un compendio de diez medicamentos clave, los hospitales de Florida encuestados reportaron escasez en un 33% de soluciones salinas (IV Fluids), hasta un 16% de corticosteroides y un 33% de material de intubación traqueal, una tendencia similar a lo reportado por Nueva York, California y Washington, los estados más afectados por la pandemia.
Utilizando sus datos completos sobre los patrones de compra y las tasas de reposición, Premier descubrió que los antibióticos, antifebriles, anestésico y sedantes, por ejemplo, experimentaron los mayores picos de demanda durante el mes de marzo, pero tampoco pudieron ser suministrados en las cantidades solicitadas.
Para los expertos estas son dos señales de alerta temprana por escasez que las autoridades y hospitales deben atajar a tiempo. La mayor preocupación es que los medicamentos incluyen antipalúdicos y antivirales son los que más están costando para la reposición.
En el caso de Florida se encontró, según los datos de Premier, una provisión robusta de broncodilatadores, antimaláricos, antivirales y medicamentos para el dolor y fiebre, a un cien por cien de capacidad.
En concreto el acceso a sedantes como el fentanilo, midazolam y propofol, ha sido problemático para su reposición en los hospitales del país las dos últimas semanas, pero en caso de Florida se desconoce si su abastecimiento es robusto para un eventual repunte de hospitalizados.
A finales de marzo, varias organizaciones de la industria de la salud enviaron una carta a la Administración para el Control de Drogas (DEA) solicitando un aumento inmediato de las asignaciones anuales de cuotas de producción de sustancias controladas (CII) a los fabricantes para incrementar el suministro de opioides críticos para los pacientes con Covid-19 en ventiladores.
La falta de medicamentos en los “hospitales también tienen que ver con la disponibilidad de los bloqueadores neuromusculares, como el vecuronio, cisatracurio y rocuronio, y algunos vasopresores como la norepinefrina, fenilefrina, y la vasopresina”, explicó a este diario un portavoz de la Sociedad Americana de Farmacéuticos del Sistema de Salud (ASHP), que representa a los farmacéuticos que sirven como proveedores de atención al paciente en entornos agudos y ambulatorios.
Inhaladores como Albuterol, que a menudo se utilizan para ayudar a abrir las vías respiratorias en pacientes con asma, también son escasos, dijo la ASHP en un correo electrónico.
El Departamento de Salud y Servicios Humanos informó esta semana que existe una Reserva Estratégica Nacional de medicamentos y suministros específicos almacenados en todo el país, pero un portavoz declinó reportar a Diario Las Américas el volumen de medicamentos en existencia, y si las autoridades de Florida realizaron una petición de materiales para dotar el sistema hospitalario estatal.
A los escases de medicamentos clave se ha sumado la capacidad de respuesta de los sistemas hospitalarios del país, y en el caso de Florida las autoridades crearon un sistema en tiempo real para conocer la disponibilidad de camas en hospitales, en caso de cumplirse los pronósticos de aumento de internos por Covid-19.
Hasta el jueves el Estado contaba con 42% de camas disponibles para emergencias, pero el condado de Broward, el segundo foco de infección de Florida, tenía 42% de disponibilidad (2.541 camas) de un total de 6.202 camas de hospitalización.
Con todos los estados del país reportando decenas de casos de coronavirus por día y una alta demanda de respirados y ventiladores pulmonares para atender a los pacientes graves, el sistema de salud estadounidense muestra cautela ante un escenario de desborde similar al que viven Italia y España con los mayores picos de propagación y fallecimientos.
En la última década Estados Unidos incrementó sus importaciones de medicinas y material médico debido a la reubicación de instalaciones de producción de las grandes compañías estadounidenses a China, México, India e Irlanda, donde las tasas impositivas eran menores y la mano de obra más barata. Tras esta crisis, lo más evidente será una revisión profunda de hasta que grado el país más rico del mundo depende tanto del exterior para sobrevivir abriendo paso a una nueva revolución industrial estadounidense.