MIAMI.-SERGIO OTÁLORA
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@sergiootalora
Las organizaciones de defensa de los inmigrantes indocumentados están preparando a la comunidad para que haga valer sus derechos
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“Que cesen las redadas y las deportaciones”, fue el clamor de los inmigrantes indocumentados que asistieron la noche de este miércoles a una vigilia para pedir que no se dividan a las familias, no siga la intimidación, y se deje vivir a una comunidad, la mayoría centroamericana, que lleva ya varios años arraigada en el sur de la Florida.
Sergio, nacido en Guatemala, llegó de 15 años a este país, solo, sin familiares ni amigos. Ya lleva casi dos décadas viviendo aquí, en medio de grandes dificultades. “Trabajo en agricultura, he sido víctima de abusos, maltratos y humillaciones. Al no tener papeles nos explotan. Estamos acosados, perseguidos, tenemos miedo”, dijo en frente de otros como él, en un acto que se celebró en Homestead, en la sede de la organización pro inmigrante We Count.
Las nuevas redadas ya no son una posibilidad sino un hecho, a juzgar por lo que supo Miguel. “Ayer (martes) la policía estaba parando carros y luego llegaba Inmigración. Eso pasó en la avenida Krome. Las personas que venían del trabajo se arriesgaban mucho al pasar por ahí. Entonces nosotros estábamos dándoles información para que no tomaran es avenida. Estoy casi seguro de que era la policía de Homestead”, afirmó este inmigrante indocumentado, de origen guatemalteco, que vive aquí hace doce años.
En el Congreso estatal hay un proyecto de ley que busca que las autoridades de policía de la Florida cumplan labores de Inmigración, pero mientras esa ley no sea aprobada, se supone que ningún departamento de policía en este Estado tiene funciones de autoridad migratoria. “Casi estoy seguro de que era la policía de Homestead. No debía pasarle información a Inmigración, pero lo está haciendo. Entonces, no podemos confiar en la policía de ese municipio”, aseguró Miguel.
Las organizaciones de defensa de los inmigrantes indocumentados están preparando a la comunidad para que haga valer sus derechos. Y como lo dijo Lis Marie, nacida en Nicaragua, “que el gobierno vaya tras las personas que están pidiendo asilo, es inhumano”. Y añadió: “nos quieren atemorizar, están atacando a los más débiles”.
Durante la vigilia había una pareja de hermanos colombianos. Ella, Valerie, de 15 años, y él, Matthew, de 13. Habían llegado este miercoles, en el día, procedentes de la ciudad de Buga, en el Departamento del Valle del Cauca, en Colombia. Sus padres los enviaron solos, de urgencia, ante el temos de que les pasara algo en esa ciudad. Habían recibido amenazas. Hacía unos días, unos vecinos que fueron victimas de las mismas amenazas, fueron asesinados.
Los jóvenes nacieron en Estados Unidos; sin embargo, a sus padres los deportaron hace cinco años. "Queremos estudiar, aquí hay un futuro mejor", dijo Valerie. Ella y su hermano viven con una familia, que los está ayudando a reconectar con el país donde nacieron.
FOTOS ÁLVARO MATA
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