MIAMI.-SERGIO OTÁLORA
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@sergiootalora
En el último año, según estadísticas ofrecidas por el jefe de la policía de La Playa, Dan Oates, el 48% de los delitos violentos en el área sucedieron entre las 11:00pm y las cinco de la mañana.
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Este miércoles hubo un intenso debate en la comisión de Miami Beach sobre lo que, según el alcalde Philip Levine, se ha convertido en un “serio problema”: la situación de inseguridad en Ocean Drive, una de las calles más visitadas de Miami Beach.
En el último año, según estadísticas ofrecidas por el jefe de la policía de La Playa, Dan Oates, el 48% de los delitos violentos en el área sucedieron entre las 11:00pm y las cinco de la mañana. También la policía hizo, en el mismo periodo de tiempo, 330 arrestos. Hay un escuadrón especial para patrullar Ocean Drive, hay más agentes y detective en el área encargados no solo de investigar delitos, sino de atrapar a sospechosos, como lo indicó Oates.
Ante tal situación el alcalde Levine presentó una ordenanza que busca extender la prohibición de la venta de alcohol a partir de las dos de la mañana, en todos los sitios localizados en Ocean Drive, entre las calles cinco y 15, a excepcion de lo hoteles que tengan bares en su interior.
El 30 de mayo del año pasado entré en vigencia la ordenanza que prohibió la venta de licor en las terrazas de los locales. Y como lo aclaro el acalde en ese momento, en entrevista para DIARIO LAS AMERICAS, “esta norma no afecta el interior de las propiedades. Es decir, las áreas que no son partes de dominio público regido por el ayuntamiento. Afecta a los que están afuera, en los terrenos de la ciudad. No existe un derecho de vender licor: es un privilegio que el Gobierno municipal concede a los establecimientos. Si el modelo de negocio de algunos sitios es vender licor de manera primordial en los andenes, yo recomendaría que replanteen su modelo para vender más comida afuera”.
La motivación de esa medida fue la de “limpiar” la zona y evitar que los vendedores de drogas merodearan a la madrugada y aprovecharan la situación.
Sin embargo, un año después la situación parece haber empeorado, y los críticos dicen que esa prohibición tendría mucho que ver con el declive de la zona, que ha dado espacio para la intensificación de los delitos.
Pero el alcalde busca ampliar la prohibición inicial bajo la justificación de que hay que preservar la “marca Miami Beach” y una cosa es lo que piensen los comerciantes, “quienes no están de acuerdo con mi medida, y otra lo que piensen los residentes”.
En ese sentido, Levine propuso que hubiera que hubiera un voto, sin consecuencias legales (straw ballot), para indagar en los habitantes de la ciudad si estarían de acuerdo con la medida propuesta por el alcalde.
Lo cierto es que la comisión está dividida. Una de las voces más críticas fue la de la comisionada Kristen Rosen Gonzalez quien indicó que debe haber una solución integral a ese problema que no se debe reducir a prohibir la venta de alcohol. También propuso la contratación de agentes, que no estén en horas de servicio, para vigilar los establecimientos a lo largo de Ocean Drive. El jefe Oates no estuvo de acuerdo con esa medida.
Hay de todas maneras un estudio, hecho por un comité nombrado para analizar el problema de Ocean Drive, que dio 29 recomendaciones para atacar la inseguridad en la zona.
En la reunión de este martes de la Comisión se discutió en primera lectura la propuesta de Levine. La segunda lectura, y debate definitivo, está programada para el mes de septiembre.
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