sábado 23  de  marzo 2024
Héroes de esta batalla

Joven peruano vive el sueño americano con productos de su tierra

Tras enfermarse de COVID-19, Pedro Silencio decidió no esperar más para hacer realidad su anhelo, un comercio en el que vende productos peruanos
Por ELKIS BEJARANO DELGADO

MIAMI.- Pedro Silencio trabajaba como mesero en un restaurante en el Downtown cuando llegó la pandemia. En su casa todos se quedaron sin empleo y en un momento se vieron sumergidos en deudas y con pocas reservas para comprar alimentos, por lo que decidió hacer uso del talento culinario de su mamá y comenzó a ofrecer los dulces típicos de su natal Perú.

El entusiasmo de su nueva clientela, conformada por vecinos y amigos, lo llevó buscar alternativas más allá de los postres, y junto a su familia y a su pareja se idearon un menú de platillos salados que variaba cada día de la semana.

“Un día hacíamos ceviche, otro día lomo saltado y así íbamos ofreciendo. La gente no podía salir de sus casas y nosotros le llevábamos los pedidos. Comenzó a circular el dinero, ganábamos poco porque las comidas se vendían a muy buen precio, pero nos daba para comprar, seguir cocinando y lo necesario para mantenernos”.

Cuenta que desde siempre ha soñado con tener un negocio en los Estados Unidos y esa idea lo acompañó cuando comenzó a viajar con regularidad, al sur de la Florida para visitar a su mamá y hermano. Hace dos años, al decidir quedarse a vivir en Miami, se hizo más claro su pensamiento, pero no contaba con los recursos.

“Cuando nos vinimos definitivamente a Miami siempre soñé con un comercio, porque nos queremos quedar a vivir aquí. En esta ciudad quiero desarrollarme, crecer económicamente, y aquí deseo morir. Este país me encanta”.

En sus ratos libres, que asegura fueron muchos en la pandemia, comenzó a averiguar para sacar algunas licencias, habló con un amigo contador quien le explicó cuáles eran los pasos para abrir un negocio en Miami.

“La decisión final la tomé luego de que mi mamá y yo nos enfermamos de COVID. Ella se vio muy malita y casi la pierdo. Y yo también me vi bastante afectado, así que al salir del contagio decidí que lo haría. Mucha gente me decía que estaba loco. Que todo se había afectado por la pandemia, que no hiciera eso. Pero estaba decidido y me mantuve firme”.

Silencio conversó con la dueña de las galerías donde funcionaba el restaurante en el que era mesero. Con ella llegó a un acuerdo de pago, pero todo seguía cerrado. “Yo empecé a mandar correos a las principales importadoras de productos peruanos en Miami. Les explicaba que quería abrir un local pero que necesitaría que me dieran la mercancía contra factura. Mandé muchas cartas, hasta que me empezaron a responder que sí y logré acuerdo para adquirir productos de marcas importantes”. Aunque el pequeño mall en el centro de dowmntown, muy cerca de Bayside no estaba abierto al público, Pedro comenzó a acomodar el local para tener los permisos de ley. Con la ayuda de su pareja Alexander Rivas, acondicionaron el sitio y mientras veía con tristeza como algunos locales cerraban él esperaba a los inspectores de la ciudad para obtener los permisos. “Fue muy rápido. La persona vino revisó todo y nos dio la aprobación. Creo que fue muy acelerado porque no había locales que estuviesen abriendo en ese momento”.

Un pequeño Perú

La tienda de Pedro Silencio es colorida. En sus estanterías muestra diferentes productos peruanos desde maíz criollo, granos, especies, aderezos para cocinar, dulces, galletas, bebidas, infusiones, jugos, recuerdos de diferentes regiones del país sureño y por supuesto las franelas de la selección nacional de fútbol.

Conoce todo lo que vende, y cuando se le pregunta sobre el uso de algún ingrediente es capaz de explicar con detalles para qué sirve y cómo se utiliza. “Un aspecto que nos ha ayudado mucho es que la gente que quiere preparar un platillo especial peruano, me llama y me preguntan cómo se hace la receta, cuáles son los ingredientes y yo con todo gusto los ayudo.

Creo que la gente agradece ese servicio personalizado y vienen a mi tienda a comprar esos productos que necesita para cocinar” asegura.

Ayudar a la comunidad

Pedro trabaja con entusiasmo durante toda la semana. Como está comenzando, aún no puede contratar un empleado, pero esa es su idea, porque además quiere expandir este tipo de negocios por el sur de Florida.

“Estoy seguro de que antes de finalizar el año abriré otra tienda. Quiero que la comunidad peruana sea como son los venezolanos o los colombianos entre ellos, que se ayudan mucho. Sueño con ayudar a mis hermanos peruanos, que tanto lo necesitan. Sueño con crecer, con expandirme y con llevar la cultura de mi país a muchos rincones de Florida y de EEUU”.

Asegura que nada hubiese sido posible sin la ayuda de su mamá, su papá, sus hermanos y su compañero de vida. “En la pandemia aprendí a valorar a mi familia. Ahora los domingos son sagrados y lo único que quiero es estar con mi familia, con mi pareja, disfrutar de ellos y pasar momentos felices. Antes no veía la importancia de la familia, ahora sí. Todo lo que se hace con el amor de la familia siempre tiene éxito. Y ahora quiero trabajar para ayudarlos y sacarlos adelante.”

Pedro Silencio está feliz, sonríe y con emoción cuenta su historia. “Todos pueden hacerlo. Yo he animado a otros a atreverse. Con entusiasmo y fe sabemos que los sueños se cumplen”.

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