MIAMI.- Una coalición de congresistas republicanos de Estados Unidos, parlamentarios europeos y líderes opositores de Cuba y Venezuela, entre otros, consolidó el pasado sábado en Miami un frente internacional para coordinar una política de máxima presión contra el régimen de La Habana.
Durante la conferencia "Salvar a Cuba", organizada en el marco del 35º aniversario del Directorio Democrático Cubano (DDC), se lanzaron duras acusaciones que vinculan al gobierno de la isla con la agresión rusa en Ucrania y se trazó una hoja de ruta para desmantelar el apoyo financiero de la Unión Europea.
"No más apaciguamiento"
Las declaraciones de legisladores estadounidenses reflejaron la postura de la actual administración republicana del presidente Donald Trump.
El congresista Mario Díaz-Balart afirmó de manera contundente que "los días de apaciguamiento y debilidad de Estados Unidos han terminado" y prometió que Washington ejercerá "mucha más presión" sobre la dictadura cubana.
En la misma línea, la congresista María Elvira Salazar se enfocó en la crisis humanitaria de la isla al señalar que "el pueblo cubano no aguanta más. No tiene luz, no tiene agua, no tiene medicinas, no tiene esperanza".
Salazar vinculó directamente la supervivencia del régimen cubano al auxilio petrolero de Venezuela y aseguró que un cambio en esa nación representa "el principio del fin" para La Habana.
Por su parte, el congresista Carlos Giménez celebró la alineación política actual, con un presidente como Donald Trump y una mayoría republicana en el Congreso. “Cayendo Venezuela, también caerá Cuba”, insistió el legislador.
Cómplice de "invasión genocida"
Uno de los momentos más críticos de la conferencia llegó con la intervención de parlamentarios de Europa del Este.
El diputado ucraniano Maryan Zablotsky acusó directamente al gobierno cubano de ser partícipe en la "invasión genocida rusa contra Ucrania" mediante el envío de más de 5.000 mercenarios, según datos de la inteligencia de su país.
Zablotsky también denunció que "el régimen de Castro ha robado 300.000 dólares de la Embajada de Ucrania en Cuba" a través de un esquema financiero estatal.
Sus palabras encontraron eco en ygimantas Pavilionis, exembajador de Lituania en Estados Unidos, quien mediante un mensaje en video afirmó que “Cuba está ayudando a los rusos a matar a muchos ucranianos”.
"Debemos luchar contra ellos. Ayuden a Ucrania, que también es nuestra causa", declaró Pavilionis, quien recordó que su país nunca firmó el acuerdo de cooperación de la Unión Europea con la isla.
Desmantelar apoyo financiero europeo
La estrategia para aislar a La Habana se centró en su principal sostén financiero en Occidente: la Unión Europea.
El parlamentario sueco Björn Söder dirigió un ataque frontal contra el Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación (ADPC) firmado en 1996 entre el bloque europeo y Cuba.
Söder argumentó que el acuerdo fracasó en mejorar los derechos humanos y, en cambio, sirve para sostener a la dictadura. Cuantificó el apoyo en "unos 80 proyectos en Cuba por un monto de 150 millones de euros anuales", recursos que, según aseveró, "han financiado a la dictadura".
El legislador sueco propuso realizar una auditoría completa de esta ayuda, detener las transferencias y coordinar una política de sanciones entre Estados Unidos y la Unión Europea.
Maria E Salazar parlamentario sueco Björn Söder Orlando Gutierrez
La congresista estadounidense María Elvira Salazar, el parlamentario sueco Björn Söder y el líder opositor cubano Orlando Gutiérrez-Boronat.
Wenceslao Cruz
Eje Cuba-Venezuela
La dimensión regional del conflicto quedó de manifiesto con la participación virtual de María Corina Machado, líder de la oposición venezolana.
En su mensaje, Machado expresó una profunda solidaridad y enmarcó las luchas de ambas naciones como una causa común e inseparable.
Su intervención reforzó la narrativa de que la influencia de La Habana es un factor determinante en la supervivencia del régimen de Caracas y que la liberación de un país está intrínsecamente ligada a la del otro.
Esta visión compartida solidifica la idea de una estrategia hemisférica que aborde a ambos regímenes de manera simultánea, un punto destacado por congresistas estadounidenses durante el evento.
"Plan de Salvación Nacional"
Más allá de la denuncia, la conferencia trazó una visión de futuro a través del denominado "Plan de Salvación Nacional", un documento marco diseñado para guiar a Cuba durante un eventual proceso de transición.
Orlando Gutiérrez-Boronat, líder del DDC, destacó la importancia de los dos primeros años posteriores a un cambio de régimen, al afirmar que "lo que pase en esos dos años afectará a los próximos 20 años".
El plan busca contrarrestar la narrativa de inestabilidad y proyectar una imagen de preparación y gobernabilidad, con un enfoque claro en la recuperación económica y las inversiones.
Unidad
La cumbre incluyó paneles sobre reformas clave, como la educativa, para construir una sociedad libre de adoctrinamiento. También participaron invitados de países como Nicaragua, Colombia y República Dominicana, entre otros.
La participación de Rosa María Payá, miembro de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), permitió invocar el legado de su padre, Oswaldo Payá, y el Proyecto Varela, una de las iniciativas cívicas más importantes de la historia reciente de Cuba.
La presencia de representantes de la Brigada de Asalto 2506, los veteranos de la invasión de Bahía de Cochinos, proporcionó un vínculo simbólico con las primeras luchas contra el régimen de Castro.
De igual forma, la asistencia de Madeline Pumariega, presidenta del Miami Dade College, y Manny Morales, jefe de la Policía de Miami, señaló la profunda integración de la causa del exilio en la estructura de poder del sur de la Florida.