Aunque pletórico de poder, su imagen lleva el signo de la muerte. Es un cadáver errante con vestidura interna de cobarde. Aun cuando elevaba su voz, simplemente era un fanfarrón, pues estaba cargado de injusticia. En los momentos críticos su cara era reflejo de su falso corazón. Como cobarde, tenía miedo de encontrarse con la muerte. Este es el caso de las transnacionales delictivas de los nacoestados de Cuba, Venezuela y Nicaragua.
En estos momentos existe un operativo militar estadounidense contra el narcotráfico en el sur del Caribe, frente a las costas venezolanas, y una orden de captura y recompensa de varios cabecillas venezolanos del Cartel de los Soles: Nicolás Maduro, Diosdado Cabello, Vladimir Padrino, hasta completar 16 personajes criminales de la alta política del país, avalados por la acusación de un Gran Jurado de Nueva York y a solicitud del Departamento de Justicia de Estados Unidos de América.
El gran jurado del Distrito Sur de Nueva York, 26 de marzo de 2020, acusó a Nicolás Maduro y a otros de sus secuaces, hechos durante 21 años, de los siguientes delitos: narcotráfico, lavado de dinero, narcoterrorismo, corrupción, fraude, conspiración, soborno, fraude bancario, transacciones electrónicas ilegales, posesión de armas automáticas, importación de cocaína, utilización de aeronaves de EEUU en el narcotráfico.
El dictador Nicolás Maduro está identificado como el líder del Cartel de los Soles, secuestrador del pueblo venezolano y usurpador del Gobierno de Venezuela. Durante 21 años se transportaron 250 toneladas métricas anuales, o sea, 5 000 toneladas métricas de cocaína a EEUU, por un valor de 125 000 millones de dólares.
Las muertes por drogadicción están cerca de 100 000 ciudadanos estadounidenses al año. Los fallecidos en el año fiscal 2024 fueron 87 000 personas y en el 2023 la mortalidad por sobredosis fue de 114 000, alrededor de 312 muertes diarias. Un crimen de lesa humanidad, un genocidio planificado contra la población de EEUU.
Maduro entró en pánico, no por sus víctimas mortales en EEUU o en Venezuela, y dijo que 1,200 misiles estadounidenses apuntan sobre su cabeza (misiles cruceros Tomahawk). Sabemos del miedo y la cobardía de Maduro, porque será llevado a la justicia, lo hablará todo y sin parar, si antes no lo suicidan los servicios de inteligencia castrista (G2-DSE).
Parece indicar que con aquel fin estricto, Estados Unidos ha desplazado frente a las costas venezolanas 15 buques de guerra, un submarino nuclear de ataque, aeronaves y aviones de vigilancia, con 7.000 efectivos listos para el combate.
El secretario de Guerra de EEUU, Pete Hegseth, declaró: “No quisiera ser Nicolás Maduro en este momento. Maduro tiene muchas decisiones que tomar. Estamos sentados sobre una isla flotante del poder estadounidense y estamos preparados para usar ese poder para interceptar y destruir a los narcoterroristas que están enviando drogas a nuestro país”. Asimismo, en el discurso a los marines a bordo del USS Iwo Jima, dijo: “Esto no es un entrenamiento, es un ejercicio real”.
Del mismo modo, claro, justo y firme manifestó el secretario de Estado de EEUU, Marco Rubio: “El régimen de Maduro no es un gobierno. No es un gobierno legítimo. Nunca los hemos reconocido como tal. Son una organización criminal". Y lo define así: “Son grupos que están operando con impunidad en aguas internacionales, simplemente exportando a Estados Unidos veneno, que está matando, que está destruyendo comunidades” y “Son una organización criminal que básicamente ha tomado el control del territorio nacional de un país".
EEUU ha realizado diversos conflictos militares en la región latinoamericana y caribeña. Dos de los últimos fueron a final del siglo pasado, en 1983, Granada, Operación Furia Urgente, y Panamá, Operación Causa Justa, 1989. Ambos por seguridad nacional, el panameño con respecto al tráfico de drogas y en Granada, un golpe de Estado del partido comunista granadino en alianza militar cubano-soviética y la construcción de una pista de avión para el narcotráfico. En esas circunstancias, estuvo involucrado el narcoestado de Cuba.
En el conflicto panameño, los efectivos castrenses estadounidenses fueron 26 000 y murieron en combate 23 soldados y la acción militar duró 42 días, entre el 20 de diciembre de 1989 y el 31 de enero de 1990. En Granada fue una operación conjunta de EEUU y la Organización de Estados del Caribe Oriental, Jamaica, Barbados, Dominica, Antigua y Barbuda, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas. Los norteños con 7.300 efectivos, 19 muertos y 116 heridos, 8 días de combate, del 25 de octubre-2 de noviembre de 1983. EEUU devolvió la soberanía e independencia nacional de esos pueblos.
La administración estadounidense ha concentrado la mayor operación naval regional desde los años 80, que con los nuevos conceptos bélicos ha cambiado la forma de guerra, por el poder de fuego más poderoso y selectivo, asociado a la robotización, la inteligencia artificial, un mejor uso de las comunicaciones y los satélites militares.
El narcotirano Maduro, Cabello, Padrino y sus secuaces narcoterroristas son prófugos de la justicia estadounidense. El presidente Donald Trump pudiera actuar semejante a la situación de los ataques relámpagos a Osama bin Laden, Qasem Soleimani, Abu Bark al-Baghdadi o el Estado Islámico en Nangarhar; incluso, la solución de las bases militares nucleares Fordo, Natanz e Isfahán iraníes.
Maduro está en pánico por los miles de misiles Tomahawk; si con una sola bala basta para morir. Su estado neurótico se debe a que un comando estadounidense penetró, tomó y liberó a los opositores venezolanos refugiados políticos en la embajada de Argentina en Caracas; y se enteraron por las declaraciones de los rescatados a los medios en EEUU. También Venezuela será libre.