MIAMI.- Tras un agitado fin de semana en la zona sur de Miami Beach, donde miles de jóvenes acudieron a celebrar sus vacaciones Spring break y más de 1.000 fueron arrestados por ‘diversas razones’, el jefe de la Policía municipal, Richard Clements, reiteró “se acabó la fiesta”, en alusión a la violencia y peligrosa posibilidad de contagio de coronavirus que deriva una multitud que ni usa mascarillas ni mantiene la distancia física.
En efecto, el Gobierno municipal adoptó establecer un inusual toque de queda, por al menos otra semana, a partir de las 8 pm, de jueves a domingo, en el llamado distrito South Beach, al mismo tiempo que restringe el acceso a la isla para vecinos y trabajadores del área.
El jueves la multitud creció, a medida que se reportaron peleas y peligrosas estampidas de personas que huían en busca de seguridad, según reportó la agencia de noticias AP.
La Policía municipal, acompañada del grupo SWAT, irrumpió en Ocean Drive para esparcir a miles de jóvenes que no respetaban la orden de “alejarse del lugar”.
De esta manera, policías con chalecos antibalas dispersaron la multitud con disparos de gas pimienta el sábado por la noche, quienes se negaban a cumplir la orden de toque de queda.
Unos saltaban encima de los autos, otros incluso lanzaban dinero al aire.
El viernes por la noche la fiesta estaba fuera de control. Un restaurante fue "puesto patas arriba", señaló la Policía.
"Las sillas se usaron como armas". Los vidrios rotos cubrían el suelo.
Entretanto, el icónico bar Clevelander anunció que cerraba temporalmente sus puertas hasta al menos el 24 de marzo.
“¿Cuántas cosas más vamos a permitir que ocurran antes de intervenir?”, preguntó Clements.
El alcalde Dan Gelber aseguró que tiene problemas para dormir por la noche, preocupado por la multitud fuera de control.
"Cuando cientos de personas corren por las calles en pánico, te das cuenta de que no es algo que una fuerza policial pueda controlar", señaló Gelber durante la reunión de emergencia de la comisión el domingo.
Acorde a los datos preliminares, más de la mitad de los arrestos son jóvenes que provienen de otros estados, donde las reglas sanitarias no permiten aún la llamada reapertura.
“Muchos vienen con la actitud de 'todo vale' y no podemos permitir eso”, señaló el administrador municipal Raúl Águila.
De hecho, el comisionado Michael Góngora inculpó al gobernador de Florida, Ron DeSantis, por “promover la reapertura del estado” porque “la gente cree que aquí todo está bien”, en alusión a la continuidad de las medidas sanitarias locales para contrarrestar el contagio de coronavirus.
Municipalidades del sur de Florida ha luchado para hacer cumplir las ordenanzas COVID-19, ante la medida estatal de reabrir la economía.
“Aún estamos en medio de una pandemia. El virus todavía está muy presente en nuestra comunidad. Tenemos (en Miami-Dade) más de 1.000 infecciones al día".
Hace apenas unos días el alcalde Gelber planteó la idea de convertir el distrito South Beach en una zona de entretenimiento artístico “para otro tipo de público” que no requiera el consumo de alcohol o el placer de la música.
Por qué el cierre
El toque de queda tendrá lugar, al menos por ahora, durante los próximos tres fines de semana, hasta el 12 de abril, usualmente terminan las vacaciones de primavera.
El cierre se lleva a cabo de jueves a domingo, y tal como señaló el comisionado Góngora “de lunes a miércoles la ciudad continuará funcionando de forma normal”.
Entretanto, la restricción del acceso a South Beach ocasionó un gran congestionamiento vehicular en la carretera interestatal I-195. Miles de vehículos se quedaron atrapados durante horas, incluso en los viaductos McArthur y Julia Tuttle, mientras algunos de ellos lograban volver en dirección contraria.
Góngora reiteró que “parte del problema es el Spring Break y la otra parte es que el gobernador ha dicho que nuestro estado está abierto y que el gobierno local no puede obligar el uso de mascarilla. También la gente ha recibido su cheque [de ayuda federal] y están utilizando ese dinero para venir aquí a hacer rumba y retar a la Policía”.
“Tuvimos que poner mano dura, cerrar las calles y los puentes de acceso a Miami Beach para mantener el control de la ciudad”, subrayo.
A la pregunta de uno de uno de los periodistas de la emisora de radio Actualidad 1040, sobre por qué pensaron que la gente se iría al cerrar el acceso a la zona y exhortar a cerrar locales comerciales, el comisionado respondió: “Es la única manera de sacar a la gente de la calle de lo que se llama el corazón de South Beach, que son las calles Ocean Drive, Collins Avenue y Washington Avenue, de la calle 5 a la 16. Estos jóvenes se congregan sin respetar la distancia social. Es peligroso para ellos y es peligros para el público”.
“Además, estos jóvenes no respetan la ley. La Policía viene y le da órdenes y ellos siguen haciendo lo que les da la gana. El administrador determinó el sábado que la única forma de controlar esto es cerrar esa zona a las ocho de la noche”, reafirmó