Johani Carolina Ponce
Personas que laboran a la intemperie, expuestos al calor extremo, esperan que el 17 de octubre los comisionados del Condado Miami-Dade legislen a su favor
Johani Carolina Ponce
Huella Zero / Especial para Diario Las Américas
A las puertas de una decisión que debe adoptar la junta de comisionados del condado Miami-Dade, trabajadores que laboran al aire libre encararon las altas temperaturas y emprendieron un “ayuno de agua” en un intento de arrojar luz sobre una problemática: la necesidad de que se les garanticen pausas regulares para hidratarse en condiciones de calor extremo.
Este gesto sin precedentes busca visibilizar una problemática que enfrentan a diario.
La acción se realiza a solo dos semanas de una votación crucial sobre una legislación que promete ofrecer el ansiado respiro a quienes trabajan bajo el sol en Florida. Jardineros, agricultores, trabajadores de viveros (nurseries), jornaleros y obreros de la construcción, con los ojos del condado puestos sobre ellos, se han unificado, erigiéndose como un potente recordatorio de la esencialidad del agua, la sombra y el descanso como derechos humanos insoslayables.
Durante la protesta, que tuvo lugar frente al edificio de la sede del Gobierno condal, los trabajadores se abstuvieron de beber agua durante varias horas. La votación final sobre un "estándar de calor" para proteger a quienes laboran al aire libre está pautada para el 17 de octubre.
Karen Maderal, quien trabaja en la demandante industria de la agricultura y también es una madre soltera, halla en su hija Sofía, de 13 años, la fuerza e inspiración para seguir adelante incluso en los días más difíciles. “Afronto diariamente los embates del calor, experimento mareos, náuseas, insolación y fatiga. He tenido que ir al hospital en al menos tres ocasiones. Los índices de calor históricos suponen mayores riesgos para la salud de los trabajadores al aire libre. Por eso, cuando llego a casa, mi hija me recibe llorando, agradeciendo a Dios por mi regreso".
Una investigación de la Universidad de Florida arrojó cifras preocupantes: entre 2010 y 2020, el calor estuvo vinculado con 215 fallecimientos en el estado de Florida, y en Miami-Dade, al menos 34 personas pierden la vida anualmente debido a las extremas temperaturas. Desde una perspectiva económica, las autoridades del condado estiman que los costos relacionados con los efectos del calor extremo ascienden a los $10.000 millones anuales, una cifra atribuida en gran medida a la disminución de la productividad laboral. Otro estudio anticipa que esta pérdida financiera podría duplicarse en las próximas tres décadas.
En todo el condado Miami-Dade, decenas de miles de trabajadores al aire libre enfrentan con regularidad la negación de acceso a agua potable y descansos a la sombra durante sus jornadas, incluso en días de temperaturas extremas.
El estándar de calor propuesto para trabajadores al aire libre en Miami-Dade protegería a casi 100.000 empleados locales en sectores como la agricultura y la construcción, asegurándoles acceso a agua, sombra y descansos. Según la organización We Count, los trabajadores al aire libre tienen 35 veces más probabilidades de morir por calor en el trabajo que aquellos en otros sectores.
El 11 de septiembre, el Comité de Salud Comunitaria de la Comisión del Condado de Miami-Dade aprobó, en una votación de 4-1, el mencionado estándar de calor, copatrocinado por los comisionados Marleine Bastien y Kionne McGhee.
El proyecto de ley busca implementar medidas protectoras para trabajadores que laboran aire libre. En su versión original, se obligaría a las empresas con cinco o más empleados a garantizar acceso al agua y a proporcionar descansos en la sombra de 10 minutos cada dos horas cuando el índice de calor alcance los 90 grados, además de ofrecer formación sobre reconocimiento y actuación frente a enfermedades provocadas por el calor. Las empresas que violaran estas normativas podrían enfrentarse a multas de hasta 3,000 dólares por cada infracción y por día. Además, este estándar de protección contra el calor tenía la intención de ser el primero en su tipo y a su vez, servir como modelo para el resto del país.
Sin embargo, el proyecto fue significativamente modificado tras las negociaciones con lobistas de sectores involucrados, alterando principalmente el umbral de temperatura que activaría las medidas de protección. La temperatura límite fue aumentada a 95 grados, cifra que, en promedio, se alcanzaría menos de cinco días al año en localidades como Miami, lo cual modifica la frecuencia con la que las medidas serían requeridas. Esta alteración ha sido fuente de preocupación y resistencia por parte de profesionales médicos y científicos, quienes, mediante una carta abierta, piden que se reconsidere y vuelva al estándar original de 90 grados para salvaguardar adecuadamente la salud y seguridad de los trabajadores.
Por otra parte, la Dade County Farm Bureau y otros opositores al proyecto argumentan que tales regulaciones, incluidas las sanciones económicas, son innecesarias, independientemente del umbral de temperatura. Estos grupos promueven la educación sobre mejores prácticas como alternativa a las penalizaciones y regulaciones.
“Nuestra vida está en manos de los comisionados; por eso, deben tener empatía y respeto por la dignidad del trabajador. Somos las manos y el corazón de Florida. Ellos pueden hacer historia al aprobar esta ley”, concluyó Maderal.