Por una parte, Miami Freedom Park se convertirá en breve en un destino recreativo que podrán disfrutar todos los miamenses. Allí encontrarán 58 acres de parques públicos y espacios verdes, un centro tecnológico, restaurantes y tiendas, canchas de fútbol para la comunidad, y lo más atractivo: un estadio para 25.000 espectadores destinado al equipo Inter Miami, con sus grandes estrellas del momento, si aún integran el equipo cuando se terminen las obras, Lionel Messi y Luis Suárez.
En su momento, los creadores del proyecto aseguraron que los trabajos de construcción no requerirían de fondos públicos. Sin embargo, una propuesta aprobada en la Comisión de Miami-Dade para solicitar una partida de cinco millones de dólares a Tallahassee, mediante una propuesta de ley en curso, hizo saltar las alarmas de la opinión pública.
La propuesta del comisionado condal Kevin Marino Cabrera, representante del distrito 6 de Miami-Dade, en donde se ejecuta la obra, busca recursos financieros estatales para construir un parque y descontaminar al menos una parte del terreno donde se erige el monumental complejo, a pocos pasos del Aeropuerto Internacional de Miami.
Aclaración sobre fondos
Los terrenos donde se construye el Miami Freedom Park estarían contaminados con arsénico y plomo, según la investigación de una consultora ambiental, que concluyó que los niveles de toxicidad son “peligrosos” y que la contaminación estaba “muy cerca de la superficie”.
La Comisión del Condado aprobó una resolución en su reunión del 12 de diciembre para pedirle al estado de la Florida que otorgue la partida antes mencionado para ejecutar labores de descontaminación, drenaje y otras.
Muchos recuerdan que en el contrato inicial —tal como lo alertó el entonces comisionado municipal Ken Russell—, el consorcio Beckham Mas, integrado por el astro del fútbol internacional y empresario inglés David Beckham y los empresarios Jorge y José Mas, anunció que correría con los gastos de limpieza, pero luego descubrió que la limpieza integral del lugar costaría alrededor de 50 millones de dólares.
Marino Cabrera explicó a DIARIO LAS AMÉRICAS que esa partida presupuestaria es necesaria para la parte del proyecto que incluye la construcción del “más grande parque que tendremos en el condado” y no para el estadio. La solicitud de fondos fue presentada por el senador estatal Bryan Ávila.
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El comisionado de Miami-Dade Kevin Marino Cabrera.
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“Ese proyecto de ley es para ayudar a la creación del parque público y la descontaminación, y veremos al final de la sesión legislativa cuál será el resultado. Pero lo que sí les puedo decir es que va a ser el parque más grande en nuestro condado, un parque público, con inmensas áreas verdes”, dilucidó.
El legislador condal precisó que el Miami Freedom Park contribuirá con más de 40 millones de dólares en ingresos fiscales anuales a la Ciudad de Miami, el Condado Miami-Dade, el estado de Florida y las escuelas públicas.
Explicó, basado en un documento oficial, que “serán 42.7 millones de dólares anuales”. De esa cifra, dijo, “5.5 millones son para la Ciudad de Miami, 10.83 millones para el Condado, 22.65 millones sobre el impuesto a las ventas para el estado de la Florida y 3.27 millones para la Junta Escolar de Miami-Dade”.
Otros reparos
Tomás Regalado, exalcalde de Miami, comentó que para la ciudad es importante tener un estadio de balompié como el que se construye en estos momentos, pero —criticó— “a los votantes se les pidió que aprobaran ese proyecto y al final se les ocultó la magnitud del complejo comercial que acompaña al estadio”.
En un referéndum realizado en 2018, votantes de Miami autorizaron a la Ciudad para negociar y aprobar un plan de arrendamiento de la propiedad de 131 acres donde funcionaba el antiguo Melreese Country Club, para convertirla en el Miami Freedom Park, que incluirá el estadio de la Major League Soccer del Inter Miami.
Además del recinto deportivo, los planes contemplan varios edificios de uso mixto para oficinas y locales comerciales, y también un hotel, negocios que pueden tener una alta rentabilidad.
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Tomás Regalado, exalcalde de Miami.
JJ BLANCO
Regalado cuestionó, además, que a los propietarios del proyecto “se les ha dado el control de una tierra por 99 años, que era considerada parte de los parques de la Ciudad de Miami, que por ley debe tener una cierta cantidad de áreas verdes para parques y si no, entra en violación de la ley federal y estatal”.
“Esto será por casi un siglo, algo que es casi permanente, y da la posibilidad a los urbanizadores de sub-rentar parte de la parcela, si es que ellos no están en disposición de operar tantos locales comerciales”, apuntó Regalado.
Asimismo, el exalcalde reseñó que “hasta ahora nadie ha respondido a los reclamos de los vecinos sobre el tráfico que tendrá la zona una vez que se construya el estadio, porque los estudios de tráfico han sido realizados por personas contratadas por los mismos constructores y los gobiernos tienen la obligación de contratar compañías independientes” para obtener otras recomendaciones.
Sobre este aspecto, el comisionado Marino Cabrera aseguró que “como Condado, vamos a asegurarnos de que se cumplan rigurosamente todos los acuerdos y [se implementarán las] medidas necesarias para garantizar la seguridad y la comodidad de nuestros residentes”.
Acotó que el proyecto cuenta con un “equipo de ingenieros” especialista en asuntos de tráfico vehicular, que “está trabajando con todos los departamentos del Condado y de la Ciudad de Miami para asegurar que no haya problemas con la entrada y salida de vehículos en el aeropuerto”.
La obra
La construcción del proyecto comenzó en agosto. DIARIO LAS AMÉRICAS estuvo en el área y pudo constatar la presencia de equipos y maquinaria pesada en el lugar.
De hecho, un espacio escarpado, captado por nuestras cámaras, podría sugerir que ese sería el sitio en donde se establecería el terreno de juego, una vez se le siembre hierba en el futuro estadio.
El Inter de Miami informó que la obra podría estar lista en algún momento durante 2025, lo que coincide con el último año de contrato de su estrella Lionel Messi.
Miami Freedom Park solo tendrá 25.000 asientos. Esto supone un ligero aumento de 4.000 aficionados en comparación con el actual estadio Drive Pink Stadium, en Fort Lauderdale, donde juega el equipo miamense.
A tener en cuenta
Pros:
El estadio será una adición importante al ámbito deportivo de Miami y proporcionará un hogar permanente para el Inter de Miami.
El escenario también incluirá un parque público de 58 acres y un distrito de entretenimiento, lo que podría atraer a más turistas y visitantes a la ciudad.
La nueva obra también tendría un impacto económico positivo en la ciudad, con hotel y espacios comerciales y empresariales, lo que generaría empleos y aumentos de ingresos fiscales.
Contras:
El estadio se encuentra cerca del Aeropuerto Internacional de Miami, lo que podría causar problemas de tráfico en la zona.
Hay residentes de zonas adyacentes que se oponen al proyecto, argumentando que podría tener un impacto negativo en el medio ambiente y la calidad de vida.
El proyecto también ha enfrentado cuestionamientos acerca de las ganancias municipales, así como desafíos legales y financieros, lo que ha retrasado su construcción.
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@danielcastrope