MIAMI. — Lo que prometía ser un día de esparcimiento en las aguas cristalinas del Golfo de América se convirtió en una pesadilla para una familia. El miércoles, una niña de nueva años fue atacada por un tiburón mientras practicaba snorkel al norte de Fort Myers, Florida
La menor se encontraba en el agua junto a su madre, Nadia Lendel, y sus dos hermanos menores, cuando emergió gritando desesperadamente. Según el testimonio de la familia, la pequeña alzó el brazo derecho bañado en sangre, con la mano colgando prácticamente desprendida.
La angustia, el caos y el heroísmo
Los pedidos de auxilio fueron escuchados por un grupo de trabajadores de construcción que almorzaban cerca. Alfonso Tello, uno de ellos, narró con voz aún conmocionada: “Pensamos que era un juego, hasta que escuchamos los gritos y vimos a la niña sin su mano. Fue impactante”.
Raynel Lugo, otro testigo, aseguró que el tiburón —que describieron de unos ocho pies de largo y que presumen fue un tiburón toro— aún nadaba en torno a la menor cuando intentaron rescatarla. “Nos siguió mientras corríamos al agua para ayudarla”, relató.
Con lo que tenían a la mano, los trabajadores improvisaron un torniquete con camisetas y lograron detener parcialmente la hemorragia, mientras esperaban a los equipos de emergencia.
Traslado aéreo y cirugía de alto riesgo
Poco después del llamado al 911, el Departamento de Bomberos de Boca Grande, en el condado Lee, confirmó que se trataba de una “posible mordida de tiburón” y organizó el traslado aéreo de la niña al Tampa General Hospital.
Allí, un equipo médico de trauma y cirugía reconstructiva trabajó durante seis intensas horas para intentar salvar la mano de la niña.
La intervención incluyó el injerto de arterias extraídas de su pierna y la colocación de clavos metálicos en los huesos para estabilizar la extremidad. Según su madre, los cirujanos lograron restablecer el flujo sanguíneo completo, un avance que aumenta la posibilidad de que Leah recupere funcionalidad.
"Gracias a Dios y a los médicos, pudieron restaurar el flujo a toda su mano y todos sus dedos", escribió Nadia en una emotiva publicación en redes sociales.
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IA / D. CASTROPÉ
Primeros signos de esperanza
A pesar de lo devastador del ataque, los especialistas indicaron que la menor ya muestra movilidad parcial en dos de sus dedos, un signo prometedor en su largo proceso de rehabilitación. La recuperación incluirá nuevas intervenciones quirúrgicas, fisioterapia y apoyo psicológico, dijeron los médicos.
El ataque ha generado conmoción en la comunidad y reavivado la conversación sobre los riesgos en las playas de Florida, un estado que acumula el mayor número de ataques de tiburón en Estados Unidos.
Un caso excepcional
Según datos del Departamento de Conservación Marina, Florida representa aproximadamente un tercio de todos los ataques no provocados de tiburones en el mundo. No obstante, el jefe de bomberos de Boca Grande, C.W. Blosser III, confirmó que este es el primer incidente de este tipo en la zona en al menos dos décadas.
En 2024, se registraron 28 ataques confirmados en Estados Unidos, la mitad de ellos en Florida. Las estadísticas muestran que el condado de Volusia ha sido el más afectado históricamente.
Solidaridad frente a la adversidad
Sin seguro médico, la familia Lendel enfrenta ahora una abrumadora carga económica. Para cubrir los costos del tratamiento —que incluye el vuelo médico de emergencia, cirugías futuras, terapias y apoyo emocional—, han lanzado una campaña de recaudación de fondos que ya ha superado los $34.000 de un objetivo de $80.000.
“Es una situación que nos cambió la vida”, dijo Max Derinskiy, tío de la menor, quien pidió a la comunidad mantener a la niña en sus oraciones y respetar la privacidad de la familia mientras enfrentan esta dura etapa.
El caso de esta niña no solo resalta la vulnerabilidad ante la fuerza de la naturaleza, sino también la fuerza de la compasión humana y la importancia de una atención médica rápida y especializada.