MIAMI.- El Club Kiwanis de la Pequeña Habana, desde su creación en 1975, ha sido un bastión de solidaridad y servicio en la comunidad latina de Miami. Esta organización sin fines de lucro ha dejado una huella profunda en la vida de miles de familias en el sur de Florida.
Reconocida por su contribución al desarrollo cultural y social, la entidad cumple 50 años de entrega, siendo el club latino continuamente activo más antiguo de Estados Unidos, con logros importantes para la comunidad como la celebración en 1978 del primer Festival de la Calle Ocho (parte del Carnaval Miami), y la creación de la Fundación Kiwanis en 1987.
En 2023, el club nombró al banquero Pablo Lau como su nuevo presidente, un líder cuya trayectoria y compromiso con la comunidad no solo se demuestran en sus 16 años de membresía en el club, sino en el profundo entendimiento de las necesidades locales y su vocación de servicio comunitario. Su liderazgo se centra en expandir el impacto positivo del club, especialmente con eventos clave como el Carnaval Miami.
En entrevista con DIARIO LAS AMÉRICAS, Pablo Lau compartió su motivación detrás de su compromiso con los Kiwanis: “Conocí la organización desde que era niño. Nací y crecí en Miami, cerca de la comunidad de Little Havana. Crecí conociendo a los Kiwanis y el festival de música de la Calle Ocho. Pero no fue hasta que tenía 27 años y me afilié por primera vez a la organización que realmente entendí el impacto que los Kiwanis tienen en nuestra comunidad”.
“Aunque somos bien conocidos por los festivales que organizamos, el verdadero trabajo detrás de la misión del club se realiza después del Carnaval de Miami, cuando se llevan a cabo todos nuestros proyectos comunitarios, como nuestro campamento de baloncesto juvenil, el campamento de verano, la distribución de material de regreso a la escuela, las becas universitarias, la alimentación de ancianos durante el Día de Acción de Gracias, la ayuda a familias durante las vacaciones y nuestra distribución de juguetes”, añadió.
Como aseguró, “estamos bastante ocupados todo el año, y la misión del club me enamoró”.
Sobre el legado que hereda ahora que se desempeña como el presidente del club, aseguró que “es un gran honor que tomo en serio y con mucho orgullo”. Y admitió que asume una gran responsabilidad, “ya que la organización ha tenido una lista considerable de presidentes anteriores que han tenido sus propios desafíos y triunfos a lo largo de los años”.
“Tengo la suerte de estar rodeado de un grupo de voluntarios y miembros del personal que piensan como yo. Es importante informar a la comunidad que el club está compuesto por voluntarios profesionales que dedican mucho de su tiempo y llevan la misión del Club Kiwanis cerca de su corazón. Tengo la suerte de estar rodeado de un grupo tan increíble”, subrayó.
El compromiso de los Kiwanis de la Pequeña Habana va más allá de eventos festivos; se extiende a iniciativas educativas, becas, campamentos de verano y programas de regreso a clases. La Fundación Kiwanis de la Pequeña Habana ha sido instrumental en apoyar a la juventud en el condado Miami-Dade, brindando oportunidades para aprender, crecer y prosperar a través de diversos programas educativos.
El club ha contribuido con más de 3 millones de dólares en becas estudiantiles, representando unos 500 graduados gracias a esa ayuda. Los programas para el regreso a clases han entregado anualmente más de 350.000 dólares en útiles escolares a más de 11.000 estudiantes. De los campamentos de verano, ofrecidos de manera gratuita por 8 semanas, se han beneficiado más de 6.000 niños. El club ha entregado regalos por Navidad a más de 300.000 niños.
Sobre la relevancia de la educación, Lau recordó: “Mi padre siempre decía: ¡pueden quitarte todo, excepto lo que sabes! Hemos tenido estudiantes que emigraron a los Estados Unidos, con padres que trabajaban en dos o tres empleos, se graduaron de la universidad gracias a una beca Kiwanis y luego pasaron a oportunidades de educación superior en universidades prestigiosas como Harvard; ese es el sueño americano”.
Para el club Kiwanis, dar es más gratificante que recibir. Desde 1987, con la fundación, han ampliado su capacidad de apoyo a la comunidad.
Al respecto, Lau confesó: “Nos sentimos muy orgullosos cuando, a lo largo de los años, somos testigos de innumerables historias de éxito de jóvenes becados que se gradúan y avanzan para hacer grandes cosas en sus carreras profesionales. Contribuir a la sociedad de manera positiva es nuestro mayor atributo como organización: empoderar a los jóvenes de nuestra comunidad a través de la educación”.
Además, “hemos tenido la suerte de poder ayudar a niños con necesidades de salud, como proporcionarles la prótesis adecuada para su caso. Tuvimos dos casos en los que pudimos adaptar las piernas protésicas adecuadas para su edad a un adolescente y a una niña, lo que les permitió caminar. Son estos ejemplos de retribución los que más aprecio y la razón por la que muchos de nuestros miembros realizan el trabajo que hacen durante todo el año”.
“Pocas organizaciones pueden decir que han dedicado 50 años de servicio a los jóvenes de nuestra comunidad. Es algo de lo que estamos sumamente orgullosos, hay muchas historias de éxito durante nuestra trayectoria. Ha habido numerosos casos en los que un joven becado se ha graduado de la universidad para tener una carrera exitosa y luego ha contribuido a la comunidad, ya sea a través de Kiwanis o por su propia cuenta. Creemos que esta tradición de transmitir, hacer el bien y enseñar a los jóvenes con el ejemplo la importancia de contribuir es nuestra mayor contribución a nuestra comunidad local”, destacó Lau.
El liderazgo de Pablo Lau en el Club Kiwanis de la Pequeña Habana representa un ejemplo de compromiso cívico, y de cómo individuos dedicados pueden marcar una diferencia en la vida de otros.