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MIAMI.- Estudio tras estudio demuestra lo que los miamenses ya saben: el coste de la vida en Miami es tan caro que requiere buenos sueldos o hacer mil malabares con el dinero para llegar al fin de mes.
Comenzando con el reporte realizado por GoBankingRates.com y Purdue University, que tuvo en cuenta precios y salarios en las 50 ciudades más grandes de la nación, Miami, con todo su sol, mar de espuma y altos edificios de confort, reclama al menos unos ingresos por vivienda de 143.955 dólares al año.
De eso trata la vida en los colosales condominios de Brickell Avenue, Bal Harbour o los muy exclusivos islotes del litoral: comodidades a plenitud, billetera holgada para gastar en tiendas de mayor factura, selectas fiestas que no se desaprovechan y diversidad gastronómica internacional sin tener que mirar los precios a pagar.
Todo eso es lo que el estudio realizado considera “to be happy”, o simplemente “ser feliz”, que “no cambiará el bienestar emocional” al poder disfrutar Miami a plenitud.
De hecho, el análisis plantea que “el bienestar emocional fue calculado de acuerdo a las emociones cotidianas de una persona, incluyendo felicidad, sensaciones, tristeza y enojo”.
En otras palabras, aunque parezcan banales, la sensación de felicidad no cambiará si gana 143.955 dólares al año
La segunda categoría es de quienes “evalúan la vida en busca de la felicidad”, y para ello debe ganar 130.245 dólares al año.
Pero si “solo” recibe entre 82.260 y 102.825 dólares no se sienta mal, usted disfruta ya “un bienestar emocional básico”.
Realidad que predomina
No obstante, la realidad que predomina es otra. Hace apenas un año un reporte de 24/7 Wall Street, un proveedor de noticias financieras en Internet, señaló que tres municipios del sur de la Florida, precisamente del condado Miami-Dade, forman parte de la indeseada lista de las 50 ciudades con peores índices económicos para vivir: Homestead, Miami Beach y Miami.
“Hay tres grandes Miamis, una para los más afortunados, otra para los del medio y una tercera que tiene que contar los centavos”, afirmó a DIARIO LAS AMÉRICAS el economista Sergio Rodríguez, asesor del grupo Max Gen.
En el número 42 de la indeseada lista figura Miami como una “de las ciudades más caras del país para vivir”, en la que el valor promedio de una vivienda es 277.700 dólares, mientras que la media en el país es 205.000 dólares.
El informe tiene en cuenta que el salario promedio en Miami es 34.901 dólares al año, cuando la media en el país es 57.617 dólares, y el índice de necesitados alcanza el 24,9% de la población, casi siete puntos más que la media nacional.
“Si a esto añadimos el coste del cuidado de salud”, señaló el economista, “las cosas se complican”.
Hace apenas un par de días, la fundación sin fines de lucro Commonwealth Fund catalogó a la Florida como uno de los cinco estados de la nación donde el monto a pagar por el cuidado de salud es mayor.
Más y menos
La firma consultora Knight Frank, fundada en Londres en 1896, afirmó que Miami ocupa el puesto número seis entre las ciudades del mundo con mayor volumen individual de riquezas. Son miles de millones de dólares que han sido mayormente transferidos desde otros países, gracias a los inminentes atractivos que mencionamos antes y la concentración de nuevas edificaciones de lujo que complacen el gusto de quienes tienen más.
“Eso está muy bien”, comentó el economista. Pero, ¿y los que tienen menos? “Eso es lo malo”, valoró el economista.
“Miami necesita algo más que unos millones que sean destinados a proyectos muy específicos”, recalcó. Algo más que un millón para paliar el alza del alquiler de la tercera edad y la construcción de un par de edificios que acojan a personas de bajos ingresos.
Basta mirar al otro lado de la ciudad, en las barriadas de Liberty City, Allapattah e incluso La Pequeña Habana, para darnos cuenta que hay miles de personas que tratan de sobrevivir con 11 dólares al día.
“Son seres humanos que viven prácticamente en condiciones de pobreza, acorde al nivel de vida estadounidense”, recalcó, por debajo del índice de 11.500 dólares al año estipulado por el Gobierno federal; sin contar las decenas de ‘homeless’, o desamparados, que deambulan por las calles con sus problemas a cuestas.
Serio problema
Sólo en la ciudad de Miami, la media de alquiler supera los 1.650 dólares al mes, cuando el salario neto promedio por hogar no supera los 3.433 dólares en efectivo al mes.
En otras palabras, los miamenses podrían estar gastando cerca del 48% del salario para pagar un alquiler, lo que los obliga a prescindir de otros gastos, como puede ser mejores alimentos o incluso cuidado médico.
Tanto las autoridades municipales como condales hablan de proyectos para mejorar el peligroso encarecimiento de la vivienda. Hay ideas planteadas que van desde estimular la inversión privada, relajar ciertas reglas de urbanización y emplear más terrenos públicos cercanos a vías servidas por el Metrorail, pero, en concreto, “las ideas no parecen tomar vuelo y en ideas se han quedado”, al menos hasta el momento, subrayó el académico.