La Habana, Madrid y Miami son tres ciudades en las que Carlos Alberto Montaner ha dejado su impronta como intelectual, pero también son los sitios donde ha dado calor al hogar itinerante en el que junto a su inseparable Linda, conservó y alimentó la herencia del periodismo traído desde sus antepasados. Sus hijos Gina y Carlos Alberto Jr. crecieron en medio de los debates, la añoranza del exilio y la avidez imparable del padre por la escritura. Tras más de medio siglo dedicado a contar historias y a informar, Montaner le sigue apostando a “la mejor de las profesiones”.
El periodismo se dio en la vida de Carlos Alberto Montaner “como una selección natural”.
“Descubrimos que el primer cronista de América es un antepasado directo, Gonzalo Fernández de Oviedo, un español radicado en República Dominicana que se dedicó a escribir historias sobre el nuevo mundo”.
“Mi padre, Ernesto Montaner, trabajó en Cuba en periódicos, después que vino al exilio continuó haciéndolo”, recordó. “Mi padre, Ernesto Montaner, trabajó en Cuba en periódicos, después que vino al exilio continuó haciéndolo”, recordó.
El oficio se hizo costumbre en la familia y Gina Montaner, aunque graduada de Literatura, decidió también dedicar su vida al periodismo.
“Esta vocación ha sido parte de lo que me tocó vivir junto a mi padre. Los libros y la palabra escrita siempre han sido parte de nuestra casa”, comentó Gina.
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Como también lo ha sido estar pendientes de la realidad de Cuba, “a veces resulta agotador”, opinó Carlos Alberto Montaner, mientras Gina y su hermano, Carlos Alberto Jr. se preguntan cómo habría sido la vida “si no hubiésemos estado marcados por el exilio”.
Los Montaner no niegan el reto que constituye la era digital para las formas tradicionales de hacer periodismo.
“Es como el copista que entró en la imprenta de Gutenberg, y encontró que de momento había una forma diferente de imprimir los libros”.
“Pero algunas claves son permanentes porque a la gente les siguen interesando las mismas cosas y la información podrá ser más breve o más extensa, pero la comunicación y la información continúan siendo estrategias de supervivencia”, afirmó. “Pero algunas claves son permanentes porque a la gente les siguen interesando las mismas cosas y la información podrá ser más breve o más extensa, pero la comunicación y la información continúan siendo estrategias de supervivencia”, afirmó.
“Es un carro al que nos hemos tenido que sumar. La forma en la que las generaciones actuales consumen la información –indicó Gina sobre las nuevas plataformas de comunicación– hay que aceptarla”.
“Lo que no cambia y sigue estando ahí es el contenido, su calidad, la veracidad, la precisión y la credibilidad”, amplió Gina.
“La mejor de las profesiones, una enfermedad incurable que te mantiene joven”, así definieron los Montaner al periodismo.
Quienes la escojan como profesión deben “aprender a escribir y comunicarse oralmente, estudiar cosas que aporten referentes y estar siempre bien informados. El buen periodista es una persona muy curiosa a la que nada le es ajeno”. concluyó Montaner.