jueves 20  de  marzo 2025
Equilibrando el planeta

Interacción atmósfera-océanos: el motor del mundo

Ambos elementos interactúan y evolucionan al mismo tiempo formando una simbiosis a escala global que sostiene las condiciones de vida en el planeta

Los procesos térmicos que ocurren en la tierra han encontrado un equilibrio sostenido gracias a la interacción consolidada entre la atmósfera y los océanos. Esta dupla es la principal protagonista de movimientos, cambios y transformaciones constantes que se reflejan en las variaciones de los elementos meteorológicos e hidrológicos. Por ejemplo, del total de radiación solar que entra por la capa superior de la atmósfera, llamada ionosfera, un 44% es absorbido por los océanos, y de ese total, un 90% se transforma en la reserva natural de calor de nuestro planeta.
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Esta simbiosis perfecta de calor, agua y gases, que se convierte en la gran generadora de energía en el planeta gracias a la intervención del Sol, es también responsable de la evaporación del agua que va directo a la atmósfera para equilibrar el ciclo de convivencia. Cada uno cumple con su parte, pues mientras los océanos juegan un papel importante en la regulación del dióxido de carbono antropogénico por su inmensa capacidad disolutiva, la atmósfera actúa como una gigantesca generadora de procesos meteorológicos y oceanográficos, que van desde una simple brisa hasta un potente huracán, capaz de arrasar con todo a su paso.
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La influencia de la atmósfera se confirma con la formación del oleaje, producto del roce que ejerce el viento sobre la superficie oceánica, así como en su capacidad de generar descensos o incrementos del nivel del mar. Otra de las consecuencias de gran importancia de la interacción del mar con el viento, es que el agua, necesaria para mantener la vida en el planeta, circula constantemente gracias a la acción de este viento. En síntesis, las formas de transferencia energética entre los océanos y la atmósfera son: la radiación solar, la evaporación, el intercambio de energía térmica por calentamiento o enfriamiento del aire y el intercambio de energía mecánica provocado por las presiones y los vientos de la atmósfera.
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Cambiando el clima n

Durante los últimos 30 años, se ha logrado comprender mejor no sólo la relación atmósfera-océanos, sino que se ha determinado su impacto en el clima, gracias al desarrollo de nuevos instrumentos de observación, como los satélites meteorológicos, la implantación de nuevas técnicas experimentales que permiten simular la dinámica de fenómenos como la nubosidad, y el uso de las computadoras de gran velocidad, que permiten hacer pronósticos en base a modelos matemáticos.
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Pero además, se han desarrollado investigaciones que permitieron determinar que es el océano el que afecta significativamente las fluctuaciones del clima a largo plazo, específicamente de una década a otra, mientras que la atmósfera, es la principal responsable de las variaciones a corto plazo, concretamente de un año al siguiente. El objetivo de los meteorólogos, a futuro, es considerar a la atmósfera y a los océanos como una sola entidad, para poder pronosticar simultáneamente los huracanes y las tempestades que estos desencadenan.
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Un equilibrio frágil n


Esta interacción entre atmósfera y océanos, que ha sido calificada como el"motor del mundo", a pesar de la fuerza que puede generar, tiene un lado débil, y es que la contaminación producida por el hombre la está poniendo en peligro. Defender este equilibrio es vital, no en vano se trata del balance de la energía global, la configuración del clima, el mantenimiento de la temperatura terrestre y la circulación del aire.
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