MIAMI.- La pésima gestión económica de Nicolás Maduro ha convertido el tema de las pensiones en el pan diario de cada día para los venezolanos que superan los 55 años de edad.
Si para los ancianos en Venezuela es todo un vía crucis obtener sus fondos como retirados, incluso peor aún es para los que decidieron salir de la nación sudamericana en busca de una mejor calidad de vida. A estos últimos, el trámite de conseguir el dinero se les ha convertido en una batalla cuesta arriba.
A los pensionados en el exterior se les paga en dólares a un tipo de cambio preferencial de 6,30 bolívares por dólar, lo que equivale a 890 dólares. Pero con los cambios políticos y económicos, comenzaron los retrasos en los pagos hace más o menos un año.
La administración de Maduro eliminó CADIVI y lanzó SIMADI, lo que le dio las competencias del pago a los pensionados al Centro Nacional de Comercio Exterior (CENCOEX), que tiene de 120 a 180 días para aprobar la entrega de los dólares.
Sin embargo, tanto los pensionados en el país como los que están en el extranjero tienen que esperar mucho más que el tiempo establecido e, incluso, muchas veces no reciben sus pagos.
Para los venezolanos residentes en Miami la situación es aún más crítica. “Gracias” a Hugo Chávez, ellos no cuentan con un consulado y el más cercano queda en New Orleans. El hecho subraya lo que es una verdad a todas luces: la brecha entre las políticas del Gobierno de Maduro y los intereses de sus ciudadanos se ensancha mucho más.
El chavismo ha demostrado no tener ningún respeto por la vida humana y, muy especialmente, por la de aquellos que después de haber entregado sus vidas al país no cuentan con la protección del Estado para disfrutar de sus años finales con dignidad.
