CARACAS.- REDACCIÓN
El primer opositor que se midió con el entonces presidente Hugo Chávez en Venezuela, en medio de unos comicios que en 2006 permitieron al gobernante mantenerse al frente del país, al lograr acaparar el 62,84% de los votos
CARACAS.- REDACCIÓN
El primer opositor que se midió con el entonces presidente Hugo Chávez en Venezuela, en medio de unos comicios que en 2006 permitieron al gobernante mantenerse al frente del país, al lograr acaparar el 62,84% de los votos.
Ese es Manuel Rosales, quien a pesar del traspié electoral se mantuvo en la palestra de la política nacional, al adquirir notoriedad en medio de las filas de los partidos que adversan al chavismo.
Rosales comenzó su carrera política en el partico Acción Democrática donde se desempeñó como Secretario General de la Juventud.
Años después, en 1996 es electo como alcalde de la capital zuliana, cargo que ostentó hasta el 2000, cuando decide fundar el partido Un Nuevo Tiempo que desde el primer momento mostró fuerza al conseguir cuatro curules para sus diputados.
El apoyo con el que contó desde un principio Un Nuevo Tiempo le valió a Rosales el cargo de gobernador del Zulia, que ocupó por dos períodos consecutivos desde el 2000 hasta 2008, cuando fue objeto de acusaciones de corrupción.
En 2009 las autoridades venezolanas libraron una orden de captura en contra de Rosales, sindicado de malversación de fondos y enriquecimiento ilícito, por lo que decidió pedir asilo político en Perú.
¿Cuentas con la justicia o linchamiento político?
Rosales ha insistido en que la acusaciones en su contra forman parte de un “linchamiento político”, que lleva a cabo el Gobierno, primero en la figura de Hugo Chávez y luego con Nicolás Maduro, para impedirle a toda costa encabezar cualquier actividad de índole política.
Sin embargo, el Gobierno nacional basado en la Ley Contra la Corrupción asegura que Rosales cometió delitos durante sus gestiones como alcalde y gobernador.
Específicamente Rosales fue acusado de incumplir de manera reiterada su obligación, como mandatario regional, de publicar una declaración jurada de patrimonio. Ante esta premisa, la Contraloría General de la República lo inhabilitó en 2010 para ejercer cualquier cargo político en el país.
Esta inhabilitación fue reiterada el 8 de agosto de 2014, cuando nuevamente la Contraloría ordenó la imposibilidad de que Rosales haga política en el país, durante siete años y seis meses.
Desde Perú, Rosales se ha mantenido atento al acontecer político de Venezuela, y en varias oportunidades había barajado la posibilidad de retornar.
Pero no fue sino hasta este octubre cuando anunció la decisión irrestricta de regresar al país para ayudar a consolidar el triunfo de la oposición en las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre.
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