¿Pasaportes sanitarios para impulsar los viajes internacionales pese a la pandemia de COVID-19? Hay varios países que apuestan por esta idea, como China, que lanzó uno esta semana, y varias empresas están trabajando en ello.
¿Pasaportes sanitarios para impulsar los viajes internacionales pese a la pandemia de COVID-19? Hay varios países que apuestan por esta idea, como China, que lanzó uno esta semana, y varias empresas están trabajando en ello.
¿De qué estamos hablando?
El pasaporte sanitario es un documento que prueba que el que lo posee está, en principio, inmunizado contra el COVID-19, por lo que puede viajar de un país a otros sin riesgo de transmitir el virus entre fronteras.
A menudo se habla de pasaporte "de vacunación", pues es el hecho de haber recibido una vacuna el que apunta más claramente hacia esa inmunidad.
Pero los diferentes proyectos que se están desarrollado, y que en general consisten en una aplicación móvil, aceptan otros criterios: por ejemplo, un test que garantice la presencia de anticuerpos en el viajero, si este ya padeció la enfermedad.
Además, hay que distinguir entre esos pasaportes y otro concepto, que algunos llamaron "pase sanitario", que no tiene la misma finalidad pues solo sería válido en el país de origen. Este "pase" se utilizaría para poder entrar en algunos establecimientos, como restaurantes, o en eventos como conciertos.
¿Quién está trabajando en ello?
Numerosos países contemplan poner en marcha un pasaporte sanitario y algunos ya han empezado a utilizarlos.
China anunció esta semana el lanzamiento de un "certificado de salud" digital para los chinos que quieran viajar al extranjero.
En Europa, Grecia y Chipre han puesto en marcha pasaportes de ese tipo para viajar a Israel, un país particularmente avanzado en su vacunación, según sus autoridades. Los ciudadanos vacunados pueden viajar entre esos tres países sin restricciones.
De forma aislada, otros países europeos como Dinamarca o Suecia prevén instaurar pasaportes sanitarios próximamente. Pero implantar ese tipo de iniciativa a nivel de la Unión Europea (UE) es algo mucho más complicado, pues países como Francia y Alemania son muy reacios.
Sin embargo, la UE prometió que presentaría a mediados de marzo un proyecto de "pasaporte verde" para facilitar los desplazamientos entre países miembros del bloque.
¿Es un verdadero pasaporte?
No, ningún proyecto equivaldría a un verdadero pasaporte, es decir, un documento obligatorio para viajar de un país a otro.
Por ejemplo, el pasaporte sanitario chino solo es una de las varias opciones que tienen los ciudadanos de ese país. Además, como de momento no se firmaron acuerdos con otros países al respecto, su interés sigue siendo vago.
En definitiva, más que de un documento oficial, se trata de una aplicación destinada a facilitar los controles sanitarios en las fronteras.
Por ello, el sector privado también está estudiando este tipo de iniciativas, empezando por las aerolíneas, deseosas de retomar la actividad, muy golpeada por las restricciones.
La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés), que reagrupa a las principales compañías del sector, también examina desde hace meses la posibilidad de instaurar un pasaporte digital para que los viajeros puedan probar su situación sanitaria antes de embarcar. Algunas compañías, como American Airlines, ya lo están haciendo.
¿Se puede ir más allá?
Ahora bien, sistematizar el uso de los pasaportes sanitarios y hacerlos más obligatorios plantea problemas jurídicos.
En primer lugar, hacer que la vacunación sea obligatoria para realizar ciertos desplazamientos daría lugar a desigualdades entre ciudadanos, pues el acceso a las vacunas anticovid sigue siendo muy limitado en la mayoría de los países.
Por otro lado, el acceso de esas aplicaciones a los datos sanitarios de los usuarios también plantea dudas sobre hasta qué punto no se estaría vulnerando la vida privada de los ciudadanos.
FUENTE: AFP