BRUSELAS — Estados Unidos y la Unión Europea anunciaron el viernes un nuevo acuerdo para reducir la dependencia del continente de la energía rusa, que será el inicio de una iniciativa de varios años para aislar aún más a Moscú tras la invasión de Ucrania.
Como parte del plan, Estados Unidos y otras naciones aumentarán las exportaciones de gas natural licuado a Europa en 15.000 millones de metros cúbicos este año, explicó la Casa Blanca. En el futuro se prevén envíos mayores.
En conversaciones con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, Biden dijo que el tema central era “ayudar a Europa a reducir su dependencia del gas ruso lo más rápido posible”. Y Europa, que depende de Moscú para el 40% del gas natural usado para calentar hogares, generar electricidad y la industria del transporte, necesita la ayuda.
Un cálculo económico erróneo con consecuencias geopolíticas enormes, a lo largo de los años muchas naciones de la Unión Europea se permitieron aumentar su dependencia a los combustibles fósiles rusos con la vana esperanza de que el comercio superaría la animosidad de la Guerra Fría en un continente con demasiada frecuencia afectado por el conflicto.
La longeva práctica significa que el bloque de 27 países no podría simplemente detener las importaciones de energía rusas como parte de las sanciones del Occidente para castigar a Moscú por la invasión que inició hace un mes.
Y cambiar la política energética es tan complicado como darle la vuelta a un transportador de gas natural licuado en un mar agitado. En realidad, tardará años.
Aquí es en donde Biden se metió el viernes. Bajo el plan, Estados Unidos y algunos socios con ideas similares aumentarán este año las exportaciones de gas natural licuado (GNL) a Europa a 15.000 millones de metros cúbicos. Esas exportaciones se triplicarán en los años por venir, una medida necesaria si la UE puede respaldar su afirmación de que se librará de las importaciones rusas en cinco años.
“Estamos encaminados para alejarnos del gas ruso y acercarnos a los proveedores confiables de nuestros amigos y socios”, dijo Von der Leyen.
Ello requerirá una enorme inversión y puede resultar complicado hacer llegar más gas natural licuado a Europa. Las instalaciones de exportación estadounidenses ya operan a máxima capacidad, y la mayoría de las nuevas terminales todavía están en fase de planeación. La mayoría de los envíos estadounidenses de antemano van rumbo a Europa.
Incluso aunque se pueda enviar más gas a Europa, el continente podría batallar para recibirlo. Las terminales de importación se encuentran en zonas costeras y el sistema de gasoductos de Europa todavía no cuenta con las conexiones necesarias para enviar gas natural a través del continente.
Objetivos climáticos
Al mismo tiempo, tratarán de cumplir sus objetivos climáticos impulsando las infraestructuras de gas con energías limpias y reduciendo las emisiones de metano que pueden empeorar el calentamiento global.
Aunque el plan podría requerir levantar nuevas instalaciones para la importación del gas natural licuado, busca también la reducción de la dependencia de los combustibles fósiles en el largo plazo a través de la eficiencia energética y las fuentes alternativas, según la Casa Blanca.
Von der Leyen dijo a principios de semana que “aspiramos a un compromiso de suministro adicional para los dos próximos inviernos". Y Jake Sullivan, asesor de seguridad nacional de Biden, dijo recientemente a reporteros que el ejecutivo quiere el gas llegue rápido a Europa.
Conseguir que llegue más gas natural licuado a Europa podría ser un reto aunque Estados Unidos ha incrementado drásticamente sus exportaciones en los últimos años. Muchos centros de exportación ya operan a máxima capacidad y la mayoría de las nuevas terminales están aún en fase de planificación.
La mayoría de las exportaciones estadounidenses se dirigen ya a Europa, según el Centro del Gas Natural Licuado, un grupo de cabildeo del sector. Aunque gran parte del suministro ya está contratado con los compradores, existe margen para cambiar su destino.
Pero Europa podría tener problemas para recibirlo: sus terminales están en zonas costeras, donde hay menos ductos para su distribución. Además, podría recibir apenas dos tercios de la cantidad que importa de Rusia a través de sus gasoductos.
FUENTE: Con información de AP