ESTAMBUL.- Un cráter de dos metros de diámetro es lo que se ve en la calle de Estambul donde estalló en la noche del sábado un auto cargado de explosivos. Así lo muestran las imágenes publicadas en los medios, pues la policía tampoco dejaba este domingo que nadie se acercase al lugar.
Los agentes han acordonado ampliamente la zona alrededor del campo de fútbol del Besiktas y el nerviosismo es visible en los rostros de las unidades especiales, que miran con desconfianza a todo aquel que se acerca al cordón policial. No obstante, responden con paciencia cuando se les consulta algo.
Y es que tan sólo hace unas horas los artefactos que estallaron estaban dirigidos contra sus compañeros y mataron a al menos 38 personas, en su gran mayoría agentes. La conmoción en todo el país es enorme. Unos desconocidos hicieron estallar un aunto cargado de explosivos a las 22:29 horas (local), apenas hora y media después del final del partido entre el Besiktas y el Bursaspor. Los espectadores ya se habían marchado. Si la bomba hubiese estallado antes, resulta inimaginable pensar cuánta gente podía haber muerto.
Besiktas es un barrio muy concurrido para salir en la parte europea de Estambul y queda cerca de la conocida plaza Taksim. El fin de semana es una zona muy frecuentada. Aun cuando al parecer el objetivo eran los agentes de seguridad, el atentado también causó la muerte a civiles. Las explosiones fueron enormes y se escucharon incluso a varios kilómetros de distancia. La tierra tembló. Y las sirenas no dejaron de sonar.
Según el viceprimer ministro, Numan Kurtulmus, se emplearon entre 300 y 400 kilos de explosivos. En un vídeo difundido en las redes sociales y que fue grabado desde la parte asiática se ve una enorme bola de fuego.
Como el partido entre los enconados rivales Bursaspor y Besiktas estaba calificado de riesgo, se realizó un fuerte despliegue policial. El coche con explosivos detonó junto a una unidad de policía especial. Según el ministerio del Interior, Süleyman Soylu, también la segunda explosión estaba dirigida contra las fuerzas de seguridad. Un terrorista suicida hizo estallar los explosivos que portaba en el parque Macka, junto al estadio.
Según el Gobierno, los primeros indicios apuntan a que fue obra del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), prohibido en el país. Por el momento la organización no ha asumido la autoría del ataque. Todavía quedan pendientes de aclarar numerosas cuestiones sobre el trasfondo. El PKK suele atentar contra las fuerzas de seguridad, por lo que en ese sentido la elección de policías como blanco podría ser un motivo. En el sureste del país el Ejército actúa desde mediados de 2015 contra el PKK, que ha reaccionado a través del grupo escindido TAK con numerosos atentados también en el oeste de Turquía.
Pero según el Gobierno de Ankara, también la milicia terrorista Estado Islámico (EI) ha perpetrado numerosos atentados en Turquía. Hace un mes, en un mensaje de audio, el EI instó a sus seguidores a atentar contra Turquía. El mensaje pedía atacar, entre otros, a las fuerzas de seguridad y edificios del Gobierno, por lo que la autoría del EI no debería descartarse.
Turquía combate en Siria tanto al Estado Islámico como también a la rama siria del PKK. El viernes, el Ejército turco y los insurgentes sirios avanzaron hasta Al Bab, bastión del EI. La ciudad, que no queda lejos de la frontera con Turquía es el último reducto del EI en la provincia de Alepo, en el norte de Siria.
FUENTE: dpa